Sé un experto con esta guía para escalar

Al hacer esta guía para escalar en Nuevo León hemos pensando en los diferentes tipos de escaladores; si son principiantes o consagrados, si pueden prescindir de las comodidades o necesitan alguna.

Ciénaga de González

Hemos decidido partir de este punto porque en Ciénaga de González hay cabañas y demás servicios turísticos. Aunque la mayoría de los escaladores preferimos montar la tienda, cenar atún con pasta cocinada a fuego de miniestufa portátil, dormir en colchoneta (que se desinflará a media noche) y hacer rollo una sudadera para usarla como almohada, hay quienes prefieren la comodidad de un techo y una ducha con agua caliente.

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Arneses vs tragos

Es parte del encanto no salir de fiesta el viernes para salir muy temprano el sábado y hacer esta ruta para escalar en Nuevo León. Supongo que los fines de semana de los escaladores del mundo son parecidos: preguntar a la redonda quién va a dónde, preparar la mochila ‒que generalmente quedó intacta desde el fin pasado‒ con cuerda, arnés, mosquetones y cintas, gatas (tenis de escalada), magnesia, papel de baño y un largo etcétera, además de confirmar el carpool (modalidad de auto compartido) mañanero del sábado. En esta ocasión, el plan es trepar las paredes de una zona cercana a Monterrey.

El Salto

A hora y media de la capital neoleonense, se encuentra este asombroso lugar con tres de sus principales sectores abiertos: Las Ánimas, la Gruta del Tecolote y el Cañón de la Boca. Para llegar debes subir una angosta carretera de múltiples curvas, con vistas a un par de precipicios que dan verdadero vértigo. En efecto, al llegar a la pequeña y colorida comunidad de Ciénaga de González el ambiente es perfecto para una noche de acampada en un bosque fantasmagórico.

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Atención

Es posible que en esta región te encuentres alguna víbora de cascabel, coralillo, avisperos, pájaros carpinteros y cotorras serranas endémicas de la Sierra Madre Oriental ‒y tristemente en peligro de extinción por tráfico ilegal y pérdida de su hábitat‒ . Mantente alerta mientras caminas, no te sientes en troncos, ten cuidado de no destrozar ningún nido, no metas las manos dentro de los arbustos. Si encuentras una serpiente, no intentes matarla, aléjate despacio y en silencio.

¡A lo que vamos!

Lo realmente impresionante viene al bajar por la terracería hacia el sector Las Ánimas, cuando se develan las hermosas paredes blancas de roca caliza, de alrededor de 100 metros de alto, como chorreadas de pintura amarilla y gris, y cubiertas de tufas, que son formaciones esponjosas de sedimentos que va dejando el agua a su paso, como estalactitas pegadas en la pared de arriba abajo. Estas son hermosas a la vista, pero al tacto, para el deportista, implican un tipo de escalada muy particular. En una entrevista para Freeman, uno de los escaladores más constantes de Monterrey, Ricardo Vara, explica que más allá de la fuerza y la resistencia, en estas paredes se requiere de balance y técnica durante el ascenso para “sacarles provecho” a estas formaciones.

Punto de dificultad

De un lado está la pared, del otro, una cascada que solo tiene caída de agua en una época del año, pero con o sin ella, es muy bonita a la vista. Por si fuera poco, en un área de Las Ánimas se pueden ver pinturas rupestres que, se piensa, pueden tener alrededor de 4 mil años. A los pies de Las Ánimas, me di cuenta de que la pared desploma, lo cual significa que no es vertical sino que se inclina hacia uno. Esto hace que la escalada, de entrada, tenga un grado de dificultad mayor: la fuerza de la gravedad te jala obligándote a pisar fuerte y apretar el abdomen para ayudar a las manos y la espalda a no soltar los agarres y a mantenerte pegado a la roca.

¡Descansa!

Aprovechar el sueño y la quietud del bosque para recargar la pila es uno de los puntos fundamentales de esta guía para escalar. Si el desplome impone, los techos de la Cueva del Tecolote intimidan aún más; sin embargo, una vez acostumbrado a estar colgado de las tufas, la escalada aquí puede ser muy divertida, aunque demandante de fuerza, sin duda. En las cuevas se activan todos los músculos del cuerpo, aun los que uno nunca advierte. Para los últimos días, cuando ya las fuerzas me abandonaban y la piel de los dedos empezaba a estar extrasensible, las rutas del Cañón de la Boca me resultaron más relajantes, más fáciles de leer, y aquí encontré más opciones de vías de grados accesibles.

Aprovecha la sombra

Para disfrutar este sector a tope escala durante las horas de sombra, luego mata el tiempo comiendo o durmiendo mientras pega el sol, para volver a treparte a las paredes cuando regrese la sombra de la tarde.  La rutas no se arman de la noche a la mañana e implica mucho esfuerzo físico y mental para quien lo hace. Un armador visualiza las posibilidades de una ruta y luego va a hacer hoyos cada dos, tres o cuatro metros en la pared con un taladro que habrá que cargar mientras se está colgado al rayo del sol o aguantando el frío y la incomodidad del arnés que se clava en la cadera y las piernas, así como el sudor que provoca el casco.

¿Quién arma las rutas para escalar?

Sí, es un trabajo sucio, pero alguien lo hace, tan solo por amor al deporte… Por esto, mencionaré a algunos de los que abrieron rutas en El Salto, para reconocerles el esfuerzo: Paco y Repo Medina, Milton Paez y Ramón Huergo (desde 1996); y Alex Patiño y Arturo Martínez, entre otros. A ustedes y a todos los demás, gracias: gracias por abrir espacios deportivos como El Salto para todos nosotros, escaladores más o menos experimentados y para cualquier amante de la naturaleza. Ojalá te sirva esta guía para escalar en otros lugares del país.

Isabel Silva