Hacienda Labor de Rivera: fin de semana al estilo Jalisco

Partimos desde Guadalajara muy temprano por la salida hacia Tequila y tomamos la carretera Nogales-Puerto Vallarta. ¿Nuestro destino? Una de las haciendas más hermosas de Jalisco que se ubica a tan sólo 55 kilómetros de la capital del estado, en la Zona Valles de Jalisco y a la rivera de la Presa de La Vega. Llegando al municipio de Teuchitlán, a 3 kilómetros del ingreso principal del poblado, hacia el lado sur dimos con esta edificación que data del siglo XVII y en donde, aunque suene trillado, parece que el tiempo se detuvo en la época del México virreinal.

Belleza perenne

La Hacienda Labor de Rivera pertenece a la asociación de Haciendas y Casas Rurales de Jalisco y forma parte de la Ruta del Tequila. Apenas llegamos, fuimos gratamente sorprendidos por la belleza del lugar, que no ha perdido un ápice de su hermosura y majestuosidad, por el contrario, ésta parece haber aumentado gracias al amor y la dedicación de sus dueños actuales, quienes decidieron darle una nueva y noble función: la crianza de caballos finos para la charrería. Las habitaciones son un fiel reflejo del exterior, la belleza y armonía de la decoración superaron nuestras expectativas. Todas están perfectamente decoradas con muebles que, si bien no son antiguos, evocan claramente el esplendor de la época virreinal. Son espaciosas y luminosas, desde todas las ventanas se tiene una hermosa vista de los jardines que rodean el edificio, por los que la fauna pasea libremente. Durante las noches se percibe un silencio y una paz absoluta que si acaso se ve perturbada únicamente por algún grillo enamorado llamando a su pareja.

Equinoterapia, una razón más en la visita

Después de una deliciosa comida, nos encontramos con Lupita, una mujer fuerte y alegre, que destila amor por los animales que cuida, entrena y monta. Ella nos llevó a las caballerizas y nos  enseñó todo lo que tiene que ver con su crianza, su desarrollo y la enseñanza del noble arte de la charrería. Aquí los animales nacen y crecen en su hábitat natural, en absoluta libertad y nunca son ni remotamente maltratados, al contrario, son tratados con cariño y esto se nota en el amor con que los animales corresponden a quienes se hacen cargo de ellos. Lo pudimos constatar pues, entre las sorpresas que nos tenían preparadas, se encontraba una sesión de equinoterapia, que consiste en hacer diversos ejercicios sobre el caballo guiado, por supuesto, por Lupita. Ahí se percibe la infinita nobleza del animal y la pericia de su entrenadora, pues el nivel de relajación que alcanzamos fue absoluto y aunque hubiéramos querido que durara para siempre, llegó la hora de bajar del noble animal para disfrutar una deliciosa cena en la terraza. Después nos retiramos a nuestra habitación a descansar, pues al día siguiente habría mucho más por conocer.

Charros de corazón

Al otro día, salimos a recorrer los jardines y pudimos conocer a los animales que ahí habitan y que son ya parte de la familia, entre los más simpáticos estaba “Bombón”, un adorable perro criollo que se había autoproclamado el guardián y compañero de “Chabelo”, uno de los caballos consentidos de los propietarios. También nos cruzamos con un enorme pavo real que no dudó un segundo en expandir sus plumas y presumir su belleza. En eso estábamos, cuando apareció nuevamente Lupita, esta vez enfundada en un magnífico atuendo de charra, atrás de ella venían dos caballos más en los que iríamos a conocer los alrededores de la propiedad. Mientras avanzábamos, Lupita nos iba contando sobre el arte de la charrería, de cómo montan las mujeres y los hombres, de las diferentes suertes que realizan y de la importancia de tener un buen equino. Así, transitamos por la sauceda y el lago en donde nos cruzábamos con hermosos especímenes que deambulaban por ahí. También visitamos un lugar apartado en donde tienen a las yeguas con sus potrillos recién nacidos, pudimos ver cómo los cuidan y alimentan.

De relajación y tequila

Regresamos al casco principal y, como el caballo nos había dejado un poco cansados, decidimos consentirnos con una terapia holística. Así que bajamos al spa, en donde nos dieron un masaje que nos hizo perder la noción del tiempo. Nos tomamos unos minutos para arreglarnos para lo que nos esperaba: nada menos que ¡una cata de tequila! En uno de los salones nos esperaba el tequilier de la casa La Cofradía, quien nos enseñó la manera adecuada de degustarlo y nos dio unos tips muy valiosos para disfrutarlo al máximo. Para empezar, nos enteramos que, aunque esta bebida combina a la perfección con el limón, chuparlo antes de darle el primer sorbo al tequila no tiene sentido pues le mata el sabor. Lo mejor es beber un poco, dejarlo en nuestra boca unos segundos, pasarlo y después probar el limón. La experiencia es completamente distinta. Además aprendimos que cómo no todos los tequilas son iguales, no se beben de la misma manera. Por ejemplo, los reposados y añejos no son muy fuertes, así que no necesitan complemento alguno, mientras que el blanco puede saborearse con limón o sangrita. Tampoco deben servirse en la misma copa. El blanco va bien en el clásico caballito, el reposado se disfruta mejor en una copa cherry y para el añejo la mejor opción es la coñaquera. Ya convertidos en unos expertos y con un grato sabor de boca, llegó la hora de despedirnos de este inolvidable lugar en donde constatamos que la nobleza de Jalisco es infinita, pues está en todos lados, en su gente, en su belleza natural, su fauna, sus tradiciones y, por supuesto, en su tequila.

Contactos

Hacienda Labor de Rivera
Extramuros No. 113-1, Centro Teuchitlán, Jalisco.
Tel. 01 (33) 3616 9198.
wwww.haciendalalabor.com

Tequila La Cofradía
Calle La Cofradía No. 1297, La Cofradía, Tequila, Jalisco.
Tel. 01 (374) 742 3677.
www.tequilacofradia.com.mx

Miel Valle de Ahualulco
Josefa Ortíz de Domínguez No. 195, Ahualulco de Mercado, Jalisco.
Tel. 01 (386) 752 0518.
valledeahualulco.com

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www.conciergeonline.com.mx

Casa del Artesano
Juárez No. 247, teuchitlán, Jalisco.
Tel. 01 (384) 100 4303.

Karla Otero