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Hacienda San Antonio, belleza pura y serena

Colima

Viaja al estado de Colima y descubre la magnífica Hacienda San Antonio, ubicada a los pies de un volcán, llena de historia y decorada con bellas obras de arte. ¡Te encantará!

Relatos como los de la Hacienda de San Antonio que a continuación les hablaremos, quizá abundan en las faldas del volcán, pero difícilmente encontrarán un lugar como éste, lleno de historia y tan exquisitamente decorado con verdaderas obras de arte, realizadas por artistas de todos los estados de la República.

No cabe duda de que cuando la naturaleza da, lo hace a manos llenas, y ese es precisamente el caso del estado de Colima. Aunque es uno de los más pequeños de la República Mexicana, el cuarto, para ser exactos, tiene de todo: ríos, montañas, valles, bahías y sobretodo un volcán, uno muy hermoso que, paradójicamente, amenaza y a la vez da cobijo a la población que lo rodea.

cortesía de la hacienda

Hacienda San Antonio, refugio sin tiempo

No hay mejor sitio para disfrutar de la vista del volcán que la Hacienda San Antonio y claro, tomarla como base para conocer los alrededores, Comala y Suchitán valen realmente la pena.

Tomamos una de las 22 habitaciones, todas ellas decoradas individualmente, cada una con personalidad y encanto especial, elegante y delicado. Antes de dormir, cenamos en una de las salas, en donde las mesas estaban decoradas con semillas de mostaza que formaban patrones inimaginables.

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Todos los alimentos son preparados con productos de su propio rancho, orgánicos y frescos. Después de disfrutar de la vista nocturna que ofrecía el lugar y acompañados por una multitud de luciérnagas, regresamos a nuestra habitación y nos encontramos con la chimenea encendida, entonces descubrimos lo placentero que es dormir así, arrullados por el crepitar del fuego.

cortesía de la hacienda

Despertar como en otra época

Al día siguiente, tomamos el desayuno en la terraza desde donde se aprecian  magníficos jardines, fuentes y sobre todo, el volcán. Como la mañana era un poco fresca, casi todo el personal traía jorongo de lana, lo que los hacía verse como personajes de otra época añadiendo un encanto especial al entorno. Una vez más, un desayuno delicioso y otra sorpresa, el pan recién horneado: panqué, bolillos y suculentas conchas y ¡qué decir del café recién tostado y molido!

La localidad en donde se ubica la Hacienda de San Antonio (1890) es de las más cercanas al Volcán de Fuego de Colima, lo que le añade al lugar un encanto especial ya que se le puede ver desde casi cualquier punto. Es uno de los más hermosos volcanes que existen —considerado por los expertos como uno de los más perfectos del mundo, dada la regularidad de su contorno— y uno de los más activos de México.

Un dato interesante es que la hacienda lleva el nombre de San Antonio, ya que en 1913 una erupción poco común amenazó la producción del grano y a la propiedad misma. Como ambos se salvaron, doña Clotilde, esposa de Arnoldo Vogel, fundador, ordenó construir una capilla que se comunicara con la casa principal y se la dedicó a San Antonio, el lugar recibió el nombre del santo y desde entonces se le conoce así.

Y ya que estamos con el tema de don Arnoldo, nos contaron que encontró que la altitud y el clima fresco de sus tierras eran idóneos para la siembra de café arábigo y llegó a ser tan exitosa como productora que exportó café a la familia imperial alemana.

cortesía de la hacienda

La cosecha se recoge a mano entre diciembre y mayo y se procesa en un pequeño beneficio ubicado dentro del rancho “El Jabalí”, propiedad de la hacienda, en donde además de café, se cultiva de manera orgánica todo tipo de frutas y vegetales.

Más tarde, Sir James Goldsmith adquirió la hacienda y le pidió a su hija decorarla, conservando el espíritu y la tradición de una hacienda mexicana, pero con el sabor de un verdadero hogar.

¿Qué más hacer en San Antonio además de admirar cada detalle y disfrutarlo? Pues a los activos se les recomienda dar paseos a caballo, andar en bici de montaña por los alrededores, la clásica excursión al volcán tal vez sea un indispensable, hacer senderismo o jugar tenis. Para los relajados, hay desde un masaje en la terraza hasta un tour a la fábrica de quesos o ver cómo es el proceso de tostado de su café.

¿Qué hay alrededor de esta maravilla?

A pesar de que el volcán está activo, hay varias poblaciones asentadas a sus alrededores en las que se desarrolla una fuerte actividad agropecuaria, ganadera y turística. Una de ellas, las más conocida y pintoresca, es Comala, también conocida como “Pueblo blanco de América”, gracias a las fachadas blancas de sus edificaciones.

cortesía de la hacienda

Comala, un vecino de lujo

Su plaza principal deslumbra por su blancura y visitarla prometía ser toda una experiencia, así que nos bajamos del auto y emprendimos un breve paseo por Comala. Visitamos la Parroquia de San Miguel Arcángel, que invita a los caminantes a pasar un momento de paz y reflexión. La plaza es un lugar alegre, lleno de vida, en ella varios grupos de mariachis, vestidos también de blanco, esperan a que los paseantes les pidan una canción, así que eso hicimos y con un canto alegre aún en la memoria, subimos al auto y continuamos nuestro camino.

Una zona verdaderamente mágica

Un poco más adelante, en la salida a Suchitán, hay una desviación que hay que tomar a la derecha, así llegamos a “La zona mágica de Comala” ahí, decidimos hacer un experimento del que mucho nos habían platicado. Para hacerlo es conveniente llevar una botella de agua (por si hay mucho tráfico) pero si no, se puede hacer perfectamente con el auto.

Al llegar a una subida (el lugar preciso está muy bien señalado, así que no hay pierde) hay que poner el vehículo en neutral para ver cómo éste sigue sólo cuesta arriba en lugar de ir hacia abajo. Si hay demasiados coches basta con orillarse, bajarse y poner la botella con agua en la carretera para observar cómo mágicamente la botella empieza a subir! Después de esta increíble experiencia, dejamos atrás el pueblo para seguir nuestra ruta.

cortesía de la hacienda

Cabe mencionar que precisamente en Comala empieza la denominada “Ruta del Café”, que abarca unas 15 localidades del municipio. Aunque en este viaje no podíamos visitarlas todas, decidimos buscar uno de los lugares más bonitos y tradicionales de la ruta.

Para llegar a él pasamos muy brevemente por Suchitán, un pequeño pueblo conocido por ser ahí en donde se elaboran las máscaras para el festival del 3 de mayo, en la que los danzantes llevan máscaras de diferentes animales, talladas por ellos mismos en madera de zompantle y pintadas con los más vistosos colores.

Al finalizar el viaje, nos dimos cuenta que estábamos ya prendados de la hacienda, de Comala, de Suchitán, de su magia, de su historia y de su gente, pero sobre todo, de las imágenes que nos regaló su eterno compañero: el Volcán de Fuego de Colima.

Entre dos grandes

El Volcán de Fuego se sitúa en el límite entre los estados de Colima y Jalisco y junto con el Nevado de Colima, forma parte de un área natural protegida que lleva el nombre de éste último y protege al bosque mesófilo que se encuentra entre estos dos gigantes.

5 Imprescindibles en San Antonio

  1. Un paseo a caballo por el camino de bambúes.
  2. Un recorrido por el rancho “El Jabalí” y el beneficio de café.
  3. Un chapuzón en la magnífica alberca de 34 metros cuadrados.
  4. Leer un libro en la terraza del mirador.
  5. Tomar un aperitivo en la sala principal.

Dónde hospedarse

Hacienda de San Antonio
Domicilio conocido s/n, San Antonio,
Municipio de Comala, Colima.
T: 01 (312) 314 3143.
www.haciendadesanantonio.com

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