Historia del Hemiciclo a Juárez: lo que no sabías sobre este icónico monumento

Visitar el Hemiciclo a Juárez es adentrarse en una parte fundamental de la historia de México. Descubre cada detalle arquitectónico de esta obra.
El Hemiciclo a Juárez es uno de los monumentos más representativos del Centro Histórico de la Ciudad de México. Ubicado en la Alameda Central, su imponente estructura de mármol de Carrara rinde homenaje a Benito Juárez, conocido como el Benemérito de las Américas.
Aunque es un punto de referencia para visitantes y lugareños, pocos conocen los detalles detrás de su construcción y su relevancia histórica. Aquí te la platicamos.
El origen del Hemiciclo a Juárez: un homenaje del Porfiriato
En 1910, como parte de las celebraciones del centenario de la Independencia de México, el entonces presidente Porfirio Díaz encargó la construcción de un monumento que honrara la memoria de Benito Juárez.
Este cenotafio, diseñado por el arquitecto Guillermo Heredia, fue concebido como una pieza neoclásica monumental. Su elaboración requirió mil 620 piezas de mármol de Carrara, alcanzando un peso total de 70 toneladas.
Lo más sorprendente es que su construcción se completó en tan solo 45 días, hazaña que implicó un costo de 399 mil pesos de la época. Al centro del hemiciclo, el escultor italiano Alessandro Lazzaroni plasmó una escena majestuosa: Benito Juárez rodeado de las alegorías de la Patria y la Ley, escoltado por leones que simbolizan fuerza y poder.

Sin embargo, antes de albergar el Hemiciclo a Juárez, este espacio en la Alameda Central lo ocupó el Kiosco Morisco, que posteriormente se trasladó a la colonia Santa María la Ribera, donde sigue siendo un ícono arquitectónico.
Con la llegada del hemiciclo, el lugar adquirió una nueva dimensión simbólica, convirtiéndose no solo en un homenaje al expresidente, sino también en un escenario de eventos históricos.
Detalles que quizás no conocías
El diseño semicircular del hemiciclo está compuesto por diez columnas de estilo dórico y dos pilares que sostienen pebeteros. Este formato neoclásico busca evocar solemnidad y respeto. Cada león ubicado al pie del monumento pesa nueve toneladas, lo que refuerza la monumentalidad de la obra.
El hemiciclo no es solo un monumento; es un cenotafio, es decir, una edificación funeraria que honra a una persona cuyos restos no reposan ahí. Este detalle subraya su intención de rendir homenaje simbólico a Benito Juárez y a los valores que defendió.
Hoy en día, el Hemiciclo a Juárez no solo forma parte del paisaje histórico de la Ciudad de México, sino también de su vida cotidiana.
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