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Ignacio Ramírez, El Nigromante, el liberal que negó a Dios y luchó por el conocimiento científico

Ignacio Ramírez

"No hay Dios", decía Ignacio Ramírez, El Nigromante. Luchó por la inserción del conocimiento científico en el sistema educativo, así como por la separación del Estado y la Iglesia.

Ignacio Ramírez, El Nigromante, nació en San Miguel de Allende, Guanajuato, el 22 de junio de 1818 en una familia mestiza con predominancia indígena. Su padre, José Lino Ramírez se afilió al Partido Liberal Federalista, luchó contra el poder clerical, fue insurgente durante la independencia y llegó a ser vicegobernador de Querétaro.

Ignacio Ramírez, cuyo nombre completo era Juan Ignacio Paulino Ramírez Calzada, inició sus estudios en artes en Querétaro. En 1845 obtuvo el grado en jurisprudencia por la Universidad Pontificia de México y un año más tarde ingresó a la Academia Literaria de San Juan de Letrán, constituida por los hombres más ilustres de su época. Al solicitar su ingreso, Ramírez pronunció un célebre discurso en el que mencionó: «No hay Dios; los seres de la naturaleza se sostienen por sí mismos«. Ante dicha idea revolucionaria para su época, varios integrantes protestaron, pero aún con ello se le permitió su afiliación. Ramírez tuvo una educación rica en ciencias, filosofía, historia, literatura y artes, algo extraño para su época. Sobre su propia postura filosófica declaró:

«Yo soy positivista: todo hombre que no es infalible, absoluto, ni intolerante, debe ser positivista; es decir, debe buscar la realidad de las cosas […] [y expone su postura] ya antes me había dedicado a las ciencias naturales y conservaba la mortificación de que en ellas no había logrado emplear ni teología, ni mi metafísica, ni mi fraseología retórica, ni la poética. Antes bien, siempre se me prevenía que la impropiedad en los nombres es la primera causa de los errores […] [más adelante precisa su estilo y método] me veo comprometido a seguir mi instinto, mi íntima convicción […] [que] los hombres son hijos de las palabras […] el corazón humano siempre es el mismo«

Ignacio Ramírez, El Nigromante, un periodista liberal

Ese mismo año, fundó junto con Guillermo Prieto y Vicente Segura el periódico Don Simplicio, el cual tenía una línea editorial liberal y un estilo humorístico. En sus publicaciones, Ignacio Ramírez comenzó a firmar bajo el seudónimo de «El Nigromante«, apodo con el cual se le conocería toda su vida. Debido a sus publicaciones incendiarias a favor de la reforma económica, religiosa y política, en 1847 se prohibió el periódico y Ramírez fue encarcelado.

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Ignacio Ramírez "El nigromante"
Ignacio Ramírez.

También colaboró en el periódico Themis y Deucalión, en donde publicó el texto titulado A los indios, en el cual llamaba a los indígenas a sublevarse contra sus opresores y establecía símiles entre bases sociales de las distintas naciones. Dichos textos lo llevaron a juicio, pero fue absuelto gracias a su defensa escrita en el medio El Demócrata. Posteriormente colaboró en numerosos periódicos de corte liberal.

Tras salir de prisión, inició su vida en la administración pública de la mano del gobernador del Estado de México, donde trabajó de forma exhaustiva en la reconstrucción del gobierno. Reorganizó el Instituto Literario de Toluca, donde fungió como docente de literatura y derecho, pero fue separado de su cargo debido a sus ideas liberales.

Un ejemplo de servidor público

En 1851 se mudó a Sinaloa, donde se promovió su candidatura a la diputación federal por la entidad. Posteriormente fue secretario particular del gobernador de Sinaloa, Plácido Vega, quien admiraba sus posturas liberales. Tras el derrocamiento de Vega, viajó a Baja California donde descubrió canteras perlíferas y de mármol, sobre las cuales escribió.

En 1853 regresó a la Ciudad de México, donde trabajó en el Colegio Políglota. Tras una fuerte crítica a Antonio López de Santa Anna, fue encarcelado once meses, pero fue liberado tras la Revolución de Ayutla. Durante un tiempo fungió como secretario de Ignacio Comonfort, pero renunció a su cargo tras advertir que el gobierno falseaba sus principios liberales. Entonces se unió a la causa de Benito Juárez.

Guillermo Prieto, entrañable amigo de Ignacio Ramírez.

En 1856, Ignacio Ramírez «El Nigromante» volvió a la Cámara de Diputados en representación del Estado de México, donde destacó como orador y liberal radical de la izquierda jacobina. Debido a ello, tras el triunfo de la Reforma se convirtió en uno de los principales redactores de las Leyes de Reforma. Por su parte, el presidente Benito Juárez lo nombró Secretario de Justicia e Instrucción Pública, cargo que desempeño de enero a mayo de 1861, y durante el cual fundó la Biblioteca Nacional y unificó la educación primaria.

Ignacio Ramírez, El Nigromante, apóstol de la separación Iglesia-Estado

Como secretario de fomento hizo efectiva la separación entre Iglesia y Estado, se hizo cargo de los procesos de expropiación de bienes eclesiales como libros y obras de arte, y se responsabilizó por la salida de las monjas de los conventos. Su honradez fue admirada por sus contemporáneos, ya que jamás tomó ninguno de los bienes para sí. En 1861 es escogido como presidente del ayuntamiento de la Ciudad de México. Ante las protestas de los conservadores, Ignacio Ramírez «El Nigromante» declaró:

No venimos a hacer la guerra a la fe, sino a los abusos del clero. Nuestro deber como mexicanos no es destruir el principio religioso, sino los vicios o abusos de la Iglesia para que, emancipada la sociedad, camine. La constitución progresista debe considerar garantías individuales, educación laica y gratuita, igualdad de géneros, un México libre por la separación de la Iglesia y el Estado.

Últimos años

Durante la intervención francesa, Ramírez combatió en Mazatlán hasta que fue desterrado a Estados Unidos. Regresó a México antes de la caída del Segundo Imperio Mexicano y fue encarcelado en San juan de Ulúa. Posteriormente fungió como ministro de la Suprema Corte de Justicia, durante el gobierno juarista y del porfiriato. Murió el 15 de junio de 1879 a causa de un infarto. Dejó un extensa obra periodística y también escribió algunos poemas.

«¿Qué es vuestra vida sino tosco vaso
cuyo precio es el precio del deseo
que en él guardan natura y el acaso[…]
Cárcel es y no vida la que encierra
privaciones, lamentos y dolores
ido el placer, la muerte, ¿a quién aterra?
Madre naturaleza, ya no hay flores
por do mi paso vacilante avanza:
Nací sin esperanza ni temores;
vuelvo a ti sin temores ni esperanza.»

Ignacio Ramírez «El Nigromante»

Fuente: «Ignacio Ramírez: su interés científico y religioso», texto de J. Loreto Salvador Benítez, en la sección «Historia de la ciencia» de cienciaergosum, Revista Científica Multidisciplinaria de Prospectiva, vol. 25, núm. 2, julio-octubre 2018. Universidad Autónoma del Estado de México DOI: https://doi.org/10.30878/ces.v25n2a8 (Consultado domingo, 30 de septiembre del 2018).

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autor Filósofo por formación. Contempla el alma e imaginación de México.
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