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Jovita Idár, la mexico-estadounidense que luchó por la educación y que hoy homenajea Google

Jovita Idár

Conoce la vida de Jovita Idár, la activista, periodista y maestra mexicano-americana a la que Google le rindió homenaje el día de hoy.

Hay almas que reconocen en sus propias carencias y sufrimientos el impulso para abrir nuevas puertas; oportunidades para quienes todavía se encuentran en un estado suspendido frente al destino. Éste es el caso de Jovita Idár, una mujer que además de ser un ejemplo de lucha por derechos como el de la libre expresión y la dignidad humana, también nos muestra que ser mexicano es algo más que nacer dentro de un límite geográfico. A lo largo de su vida, Jovita y su familia mostraron lo que significa el compromiso de gestar nuevas posibilidades para otros desde la raíz, en aquello que ya se es y que por tanto más fácilmente se ama.

Jovita Idár

Biografía

Jovita Idár nació el 7 de septiembre de 1885 en Laredo, Texas, Estados Unidos. Fue hija de Jovita y Nicasio Idár, quienes durante su vida se dedicaron a luchar por los derechos civiles de los mexicanos-estadounidenses. A diferencia de la mayoría de familias de origen mexicano, los Idár tenían una posición económica buena y tenían la reputación de ser educados y trabajadores. Sin embargo, su situación afortunada no permitió que los Idár se desvincularan de las demandas sociales de su comunidad.

Jovita Idár como voluntaria de la Cruz Blanca.

Desde niña, Jovita Idár destacó como estudiante, siendo ganadora de varios premios por sus recitaciones de poesía. Su infancia y juventud las vivió inmersa en un contexto de discusión sobre las circunstancias desfavorecidas de la comunidad chicana. En 1903, Idár se graduó como docente en el Holding Institute de Laredo, tras lo cual vivió una carrera profesional frustrante, pues el colegio donde daba clases no contaba con los recursos básicos para la enseñanza. Del mismo modo que la comunidad afroamericana, los chicanos tenían una educación precarizada, pese al pago generalizado de impuestos para toda la población.

Durante el periodo de la Revolución Mexicana, Jovita se desempeñó como periodista. Dejando el ejercicio de la docencia en la escuela de Los Ojuelos, comenzó a escribir junto a sus hermanos en La Crónica, periódico propiedad de su familia. Siguiendo la vocación de sus padres, Jovita comenzó a escribir bajo un pseudónimo que le permitiera denunciar la precariedad del sistema educativo y apoyó editorialmente la Revolución en México.

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En 1910, el periódico La Crónica ya incluía contenido crítico sobre la discriminación de mexicanos y tejanos en Estados Unidos; ensayos literarios políticos, literarios y poéticos; así como historias sobre la pérdida del idioma español y la identidad cultural mexicana.

Jovita Idár: una vida de compromiso

Como respuesta al racismo, en 1911 Jovita se convirtió en la presidenta de la Liga Femenil Mexicanista, rama femenina del Primer Congreso Mexicano, que buscaba educar a la población infantil mexicana frente a la precariedad de la ofrecida por el estado. Asimismo, la organización buscó la ayuda de intelectuales para promover la educación bilingüe, la protección de los derechos civiles y laborales, y otras preocupaciones femeninas. La Liga Femenil Mexicanista evolucionó en una institución de caridad que, además de ayudar a los pobres con comida y ropa, tenía actividad política y cultural.

En 1914, Idár se convirtió en articulista del periódico El Progreso, cuya línea editorial hacía duras críticas a la orden del presidente Woodrow Wilson de enviar tropas a la frontera sur de Estados Unidos. Inmediatamente los Rangers de Texas y el ejército estadounidense intentaron cerrar el periódico, pero Idár defendió las instalaciones. Unos días después, cuando ella no estaba, los Rangers volvieron y destruyeron las oficinas, haciendo efectiva la censura a El Progreso. Ese mismo año don Nicasio falleció y Jovita se convirtió en editora de La Crónica, medio desde el que siguió denunciando la situación de los mexicano-estadounidenses y los inmigrantes mexicanos.

Jovita Idár se mudó a San Antonio, Texas, en 1921, donde fundó un jardín de niños gratuito y trabajó como voluntaria bilingüe en un hospital. Continuó su carrera periodística como co-editora del periódico El Heraldo Cristiano. Falleció en 1946.

autor Filósofo por formación. Contempla el alma e imaginación de México.
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