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Arte y Artesanías

Juan Reynoso, el paganini mexicano

Guerrero

Conoce la historia de uno de los más grandes músicos de México, Juan Reynoso, mejor conocido como “El Paganini de Tierra Caliente”.

Soy toro sin caporal,
que paseo por donde quiera,
no estoy impuesto al corral y el que me quiera torear,
que se afiance bien la cuera.

– El Toro Sin Caporal.

Corría el año de 1912, la Revolución Mexicana recién pasaba por sus primeros años de lucha, y en Santo Domingo, una pequeña localidad de Tierra Caliente, en el estado de Guerrero, nacía un 24 de junio un pequeño que años más tarde se convertiría en «El Paganini de Tierra Caliente».

Juan Reynoso parecía como cualquier otro niño, pero era diferente. Aunque gustaba de los juegos infantiles, lo que realmente llamaba su atención era la música, la de aquellos hombres que tocaban sones, gustos, indias, remas y malagueñas. Cuando tenía tan sólo seis años su único sueño era tener un violín. “¿Y pa’ qué quieres eso?, estás loco” le decía su padre. “Quiero tocarlo, le voy a hacer la lucha. Ya de perdida una guitarra, a mí me gusta la música”.

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Al igual que muchos niños de la época, Juan no pudo ir a la escuela, pero eso no le impidió hacer lo que tanto quería, tocar el violín. Cuando por fin logró tener uno, comenzó su formación musical con apoyo de grandes músicos, como el compositor terracalentano Isaías Corona Pastenes, quien lo aceptó como su discípulo y con quien tocó en muchas ocasiones. Otros músicos y violinistas como Guadalupe Tavira López, Félix Tavira López y Remigio Rentería también contribuirían en su educación.

«Soy un hombre que no conoce ni las letras; nunca fui a la escuela ni aprendí siquiera el silabario. Soy un aldeano. Lo único que puedo decir, lo digo tocando música; mal hecho, regular o medio bien, pero no puedo decir más».

-Entrevista al diario La Jornada

El destino de Juan era tocar el violín, alma de la música calentana. Por eso, cuando lo aprendió a ejecutar lo hacía con tal virtuosismo y fluidez que atraía a las multitudes fascinadas de ver a un niño tocar; finalmente terminaron por llamarle Juan, “El Guache” (así se les llamaba a los niños en Guerrero).

Los años pasaron y Juan Reynoso seguía maravillando a todos los que lo escuchaban tocar cuando viajaba de pueblo en pueblo; incluso cuando llegó a la Ciudad de México a vivir por una  una temporada también sorprendió con su talento. Fue justo ahí, en la “gran ciudad”, donde su popularidad fue creciendo y en donde sería bautizado por el locutor, Víctor Manuel Guzmán, como «El Paganini de la Tierra Caliente».

Durante décadas, don Juan mantuvo viva la música de Tierra Caliente a través de sus sones y gustos, tocados siempre de una manera magistral. Fue así como la música tradicional mexicana cruzó fronteras e incluso hubo quienes de tierras muy lejanas vinieron a su encuentro.

Un día, la periodista estadounidense Lindajoy Fenley escuchó una grabación de Juan Reynoso y quedó asombrada. En 1993 fue a buscarlo a Tierra Caliente hasta que lo encontró, y aquel encuentro dio como resultado una larga y fructífera amistad. Después de un tiempo Fenley creó la asociación civil Dos Tradiciones, con el fin de promover la música de Tierra Caliente, y en especial la del violinista.

“Le tienen más aprecio a la música por allá que aquí, a pesar de que es mi tierra. Aquí ya son cosas anticuadas y ni caso le hacen. No le hacen caso porque no lo pueden tocar, no es fácil tocarlo”.

Tres años antes de que el siglo XX llegara a su fin, Reynoso fue reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el campo de Artes y Tradiciones Populares.

Lindajoy Fenley recuerda que cuando Juan Reynoso recibió ese premio, le dijo que el reconocimiento no era sólo para él, sino para sus maestros Isaías Salmerón y los miembros de la familia Tavira, de quienes aprendió el arte de la música. “Este premio es para toda la gente que tocó antes que yo”.

El nuevo milenio todavía conoció al talentoso Juan Reynoso, quien a pesar de sus noventa y tantos seguía tocando con el mismo ímpetu de aquel “guache” que viajaba con su violín de pueblo en pueblo.

A lo largo de sus casi 80 años de carrera artística, don Juan Reynoso grabó 16 Lps, recibió homenajes, diplomas y reconocimientos que lo colocaron como uno de los mejores músicos de todos los tiempos.

Dicen que la mar es grande,
yo les digo que no.
Que si la mar fuera grande
desde aquí la viera yo.
Solamente Dios es grande
porque Él es quien la formó.

– La Malagueña

Fue el 17 de enero de 2007, en Riva Palacio, Michoacán, cuando el alma de Juan Reynoso abandonó Tierra Caliente para reunirse en la eternidad con sus grandes y amados maestros y amigos del fandango.

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