La caña de azúcar, un dulce verdor que nos llegó desde Asia
Casi todos los días comemos azúcar, sin embargo, pocas veces reflexionamos sobre su origen. Te contamos cómo llegó la caña de azúcar a México.
Casi todos los días comemos derivados de la caña de azúcar, mientras que en los meses otoñales e invernales solemos consumirla de forma natural, pues se coloca en las ofrendas de Día de Muertos o en los ponches y piñatas de Navidad. Sin embargo, pocas veces nos preguntamos sobre la naturaleza de la caña.
Lejos de lo que se suele decir, la caña de azúcar no es una fruta, se trata de una planta cuyo nombre científico es Saccharum officinarum y pertenece a la familia de las poáceas. Es de tipo cespitosas, por lo que posee múltiples tallos aéreos que pueden llegar a medir de 5 a 6 metros de altura. Los tallos de la caña son duros, jugosos y dulces. Se cree que la derivación de la palabra “azúcar” es del sánscrito शर्करा (śarkarā), que significa “dulce molido o confitado”. Al español llegó a través de la palabra árabe as-sukar.
Para que la caña pueda crecer se requiere de un clima tropical o subtropical. Asimismo, requiere de una gran cantidad de agua y luz solar. Una vez alcanzada la madurez de la caña, puede ser cortada y no es necesario reemplazar la planta, pues ésta retoña varias veces. A los cortes se les denomina “zafra“, los cuales provocan que el cañaveral se deteriore en un lapso de siete a diez años.
Para que la caña crezca se requieren de entre 11 y 17 meses, aunque depende de la región y del suelo donde se plante. Tradicionalmente el corte de la caña se realiza con machete, pero actualmente ya es común el uso de maquinaria. Sin embargo, el uso de la maquinaria se desaconseja, pues daña la raíz o tallo y disminuye la vida del cañaveral.
La caña de azúcar, de Asia a México
Aunque la caña de azúcar se cultiva abundantemente en estados como Veracruz, su origen no se sitúa en el continente americano. La caña es endémica del Sudeste Asiático y de Nueva Guinea. Gracias a la expansión de los califatos musulmanes, la caña fue cultivada en regiones de donde no es originaria. En Europa, la caña comenzó a sembrarse en el sur de España, específicamente en Málaga y Motril, regiones con climas mediterráneos. Posteriormente, la caña fue llevada a América, donde creció abundantemente y donde se consolidó la región azucarera más importante del mundo.
El proceso de refinamiento del azúcar inicia con la zafra, tras lo cual la caña deberá ser rápidamente procesada en el ingenio para evitar su descomposición. Para que la caña se transforme en azúcar, primero se tritura la planta a fin de extraer el jugo. Posteriormente, el jugo de caña pasa por diversos filtros para lograr su clarificación. Finalmente se realiza la cocción al vacío del azúcar y se cristaliza.
Actualmente, México se encuentra entre los cinco países que más producen caña de azúcar (4% a nivel mundial), siendo Brasil el primero con el 34% de la producción mundial. Además de comercializarse como azúcar refinada, la caña también sirve para producir bebidas alcohólicas como ron o aguardiente.
Una de las propiedades desconocidas del jugo de la caña de azúcar es su uso medicinal. La caña es es útil para tratar afecciones como tos, resfriados, ictericia, trastornos en los riñones, vejiga y estomago, además ayuda en el tratamiento de abscesos y tumores.
Existen varias formas de consumir la caña de forma curativa. Se puede masticar con el fin de extraer el jugo, beber el jugo o realizar un cocimiento de la caña y esperar su reducción.
