La comida colimense
Marcada esencialmente por la presencia europea, la comida colimense conservó por muchos años un sello distintivo debido en gran medida al aislamiento en que permaneció la región.
En los platillos y en la mesa colimota se desdibuja la huella del México antiguo y aparece con nueva fuerza la herencia española y la imaginería del mundo novohispano, influida ésta por las corrientes gastronómicas de sus vecinos y por las características de un territorio rico y diverso.
En Colima, la gastronomía se ha visto tan influida por el avance de la cultura hispana que hasta la fecha gran cantidad de guisos y platillos tienen un sello más europeo que indígena, aunque no excluyen el maíz y el frijol como ingredientes básicos de muchos de ellos. Otro factor determinante en el gusto y en la preparación de los platillos es la cercanía del mar.
La comida colimense se nutre asimismo, en las postrimerías del siglo pasado, de los recetarios que acompañaban a los pequeños grupos de migrantes y adquiere en las casas solariegas el gusto, la forma y el estilo que los franceses derramaron sobre una buena parte del mundo.
Lo anterior es incuestionable cuando se tiene la oportunidad de saborear algunos de sus platillos primigenios, como es, entre muchos otros, la famosa sopa de pan, que resume en buena medida el refinado gusto de la gastronomía de un estado donde el amor a la tradición adquiere dimensiones excepcionales a la hora de sentarse a la mesa.
Como apertivos encontramos los ponches, de los cuales el de granada elaborado en Comala, es excelente. También se producen algunos aguardientes y tequilas de respetable calidad aunque el gusto por la cerveza es general.
Para la botana no podemos dejar de mencionar el tradicional cebiche con carne de pez vela y servido sobre tortillas tostadas en comal o fritas. Los antojitos de tipo mexicano, como sopes, tamales, pozole y birria, son típicos de muchos poblados, aunque los más ricos tal vez sean los de Comala.
En la ciudad capital, la bebida típica es la tuba, especie de aguamiel que destila la flor de la palma que se usa como bebida refrescante. También se toma el famoso tejuino, elaborado con masa de maíz, piloncillo, sal, limón y hielo picado. Aquí los platillos típicos son los chilaquiles, los tamales de ceniza, las enchiladas con tuba almendrada el pozole y el tatemado. En las poblaciones costeras, los platillos se preparan principalmente con pescados y mariscos, como los camarones a la diabla o en coctel, langostinos al mojo de ajo o con chile de árbol, cangrejos de río a la plancha y una extensa variedad de guisos preparados con pescado y mariscos, como atún, pez vela, dorado y pulpo, entre otros.
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