La hormiga del fin del mundo de Azcapotzalco, de Quetzalcóatl al Apocalipsis cristiano

De acuerdo con la leyenda, la hormiga del fin del mundo de Azcapotzalco anuncia los días que le sobran al mundo. ¿Tendrá que ver más con el pasado que con el futuro?
Azcapotzalco es una de las alcaldías que guarda con gran celo sus tradiciones e identidad. Visitar su centro histórico inmediatamente destapa un baúl de la historia, repleto de tradiciones y leyendas. Una de ella, conocida y valorada por los habitantes de la zona norte de la Ciudad de México, es la de la la hormiga del fin del mundo de Azcapotzalco, ubicada en la Catedral que también lleva el nombre de la demarcación.
Se trata de una hormiga roja en el campanario del antiguo templo dominico dedicado a los Santos Apóstoles Felipe y Santiago que, de acuerdo con los lugareños, cada año avanza un poco hacia arriba. Según la creencia, cuando la hormiga llegue a la parte alta del campanario iniciara el fin del mundo. Por ello, de vez en cuando los chintololos –como se denomina a los habitantes tradicionales de Azcapotzalco– miran detenidamente el campanario; existiendo quien afirman que la hormiga ha avanzado.

Unión de pasado y futuro, la hormiga del fin del mundo de Azcapotzalco
El símbolo de la hormiga del fin del mundo de Azcapotzalco no es una casualidad, ya que este insecto es el principal símbolo de la alcaldía. Además, hace referencia a su nombre, que proviene de la palabra en náhuatl para decir «en el hormiguero». Dicho topónimo data de la época prehispánica, cuando existía el altépelt o demarcación de Azcapotzalco, y mantiene una relación directa con el mito de Quetzalcóatl, dios filantrópico que se habría transformado en una hormiga para darle el maíz al ser humano.

De acuerdo con Domingo Francisco Chimalpahin Quauhtlehuanitzin, Azcapotzalco fue fundado en 995 d.C. por lo tepanecas, un pueblo de origen chichimeca. Sin embargo, existen evidencias de asentamientos humanos anteriores. Entre el siglo XIV y XV, Azcapotzalco alcanzó su mayor esplendor bajo el gobierno de Tezozómoc. En 1436, su sucesor, Maxtla, perdió las alianzas y vio caer a su pueblo bajo el domino mexica. De dichas épocas, y aún en el periodo temprano de la conquista española, data la iconografía de la hormiga de Azcapotzalco.
Durante el periodo novohispano, los frailes dominicos fueron los encargados de la evangelización temprana de la región. Fue entonces que se construyó la actual Catedral de Azcapotzalco. De acuerdo con la placa en el exterior del edificio principal, la construcción inició 1565 y es un diseño de fray Lorenzo de Asunción. Se desconoce quién pintó la hormiga del fin del mundo de Azcapotzalco, pero sin dudo, ahora sabemos que fusiona perfectamente pasado y futuro, como casi todo en el corazón de dicha alcaldía capitalina.
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