La Isla Guadalupe, un paraíso más que se pierde, Baja California
La Isla Guadalupe es una de las más alejadas del territorio mexicano continental. Se encuentra a unos 260 km al este de la costa de Baja California, mide aproximadamente 290 km2y emerge del suelo oceánico desde una profundidad de 4 000 m. La gran cantidad de rocas volcánicas de diferentes tamaños esparcidas en todo su territorio, evidencian su origen volcánico.
En el siglo pasado, la isla fue visitada por naturalistas y aventureros, quienes al observar los extensos bosques con neblina, la enorme variedad de aves y la riqueza de sus paisajes le dieron el sobrenombre de “paraíso biológico”.
LUGAR DE PIRATAS Y BALLENEROS
Guadalupe sirvió de refugio a exploradores y piratas quienes la utilizaron como lugar de abastecimiento de agua y carne para sus largas travesías. También fue un importante sitio para balleneros, que acamparon en ella de forma permanente con el fin de explorar las focas y lobos marinos que abundaban en el lugar. En la actualidad, todavía se observan vestigios de aquellos visitantes y pobladores de la isla, ya que en la costa oriental existen restos de construcciones de indios aleutianos que fueron traídos por barcos rusos para la explotación de los citados animales marinos. Asimismo, en la isla existe una roca en donde están inscritos los nombres de los capitanes y los barcos que la visitaron; y en donde se observan leyendas que datan de principios del siglo XIX.
LA FLORA DE GUADALUPE EN INMINENTE RIESGO DE DESAPARECER
Debido a la situación geográfica de la isla, el clima es frío y la temporada de lluvias llega en invierno. Y es entonces cuando en los valles las semillas de hierbas y plantas germinan en los pequeños espacios que dejan las rocas.
Hace más de un siglo existían bosques de mediana altura en los montes de la parte sur, que se extendían hasta estos valles y en algunos de ellos existían especies únicas en el mundo como el junípero de Guadalupe, cuyo último ejemplar murió en 1983.
En la actualidad, varias de las especies vegetales que formaban esos bosques han desaparecido y los valles de la isla se han convertido en extensas planicies de hierbas introducidas por el hombre que han desplazado a la vegetación originaria, ya que en muchos casos se trata de especies domesticadas, competitivamente más fuertes, que acaban por ocupar el sitio de las especies originarias. Este es un ejemplo más de la acción devastadora del hombre.
Si la introducción de plantas es de consecuencias muy nocivas, lo es aún más la de animales herbívoros, como se ha demostrado en Australia con la incorporación de conejos en su fauna. Y al igual que en dicho continente, a finales del siglo XVIII, barcos balleneros de diferentes nacionalidades liberaron en la Isla Guadalupe una población de cabras para abastecerse luego de carne fresca.. Dadas las condiciones de la isla, y al no haber depredador alguno, la población de las cabras aumentó y en poco tiempo sobrepaso el número de animales soportables en tan reducido territorio. Fue tan grande el crecimiento de estos rumiantes que ya en 1860 se pensó en la posibilidad de explotarlos con fines comerciales.
Debido a este fenómeno, Guadalupe ha perdido la mitad de sus especies herbáceas; y al igual que toda la vegetación de la isla, el bosque no ha escapado de la voracidad de las cabras. A fines del siglo pasado cubría un área de 10 000 ha y hoy en día su extensión no sobrepasa las 393 ha, lo cual significa que en la actualidad existe menos de 4% de la superficie original del bosque.
Algunas especies vegetales de la isla son endémicas, es decir que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta, tales son los casos del encino, la palma y el ciprés de Guadalupe. De las plantas mencionadas, el encino de Guadalupe es sin duda el que actualmente se encuentra en mayor riesgo de extinguirse, ya que existen 40 ejemplares tan viejos que en su mayoría nos e han reproducido. La palma se encuentra en pequeños manchones y en muy mal estado, porque las cabras utilizan los troncos para rascarse, lo cual ha provocado que el talo se adelgace y sea más débil al efecto de los vientos. El bosque de Guadalupe está seriamente amenazado, ya que desde hace más de medio siglo no ha nacido un nuevo árbol porque más tarda una semilla en retoñar que una cabra en devorarla.
El último reporte de la isla es desolador: de 168 especies de plantas nativas, alrededor de 26 no han sido observadas desde 1900, lo cual ha hecho pensar en su probable extinción. De las restantes, se vieron pocos ejemplares porque generalmente se encuentran en lugares inaccesibles para las cabras o en los islotes adyacentes a Guadalupe.
LAS AVES DE LA ISLA, UN CANTO DESESPERADO
La escasez de árboles en el bosque ha obligado a algunas especies de aves a anidar en el suelo, donde son presa fácil de la enorme cantidad de gatos que viven en estado silvestre. Se sabe que estos felinos han exterminado cuando menos a cinco especies de aves típicas de la isla, y ya ni en Guadalupe ni en ningún otro sito del mundo podremos encontrar al caracara, el petrel y otras especies de aves que año con año han ido desapareciendo del depredado paraíso de esta isla.
LOS ÚNICOS MAMÍFEROS NATIVOS DE LA ISLA
En la época invernal, las playas arenosas y rocosas se cubren con el mamífero más notorio de la isla: el elefante marino. Este animal llega desde las islas de California en los Estados Unidos a reproducirse en esta isla del Pacífico mexicano.
En el siglo pasado, estos enormes animales fueron víctimas de los balleneros, y la matanza fue tal que en 1869 se pensó que estaban extintos, pero a fines del XIX en la isla se encontraron algunos ejemplares de esta especie, ya que ha sido en Guadalupe donde la población de elefantes marinos se ha recuperado. En la actualidad, estos animales pueden verse con frecuencia en muchas de las islas del Pacífico norte e México.
Otra de las innumerables riquezas biológicas dela isla es el lobo fino de Guadalupe que se creyó extinto debido a las grandes matanzas que de él hicieron en el siglo pasado por el valor comercial de su piel. Actualmente, bajo la protección del gobierno mexicano esta especie se está recuperando.
ALGUNOS ARGUMENTOS A FAVOR DE LA CONSERVACIÓN DE LA ISLA
Además de poseer una enorme riqueza biológica, la Isla Guadalupe es de gran importancia en el plano político y económico. Y como el reclamo de la soberanía de una isla está determinado en gran parte por la utilización que se tenga de ésta, en 1864 el gobierno mexicano envió una guarnición militar para protegerla de las incursiones extranjeras. Actualmente, este resguardo militar está a cargo de cinco destacamentos de infantería distribuidos en diferentes puntos de la isla, y su soberanía está además garantizada con la presencia de una colonia de pescadores que se dedican a la captura de langosta y abulón, productos que tienen gran demanda en el extranjero.
Además de ser un laboratorio biológico, por encontrarse a 140 millas de la costa de Baja California, la isla extiende 299 millas más nuestra zona económica exclusiva, y esto permite a México ejercer su soberanía para explorar y explorar los recursos marítimos dentro de esta área.
Si estos argumentos no fueran suficientes, sólo debemos pensar que la isla forma parte de nuestro patrimonio natural. Si la destruimos la pérdida no sólo es para los mexicanos, sino para toda la humanidad. Si hacemos algo por ella quizá vuelva a ser el “paraíso biológico” que encontraron los naturalistas del siglo pasado.
Fuente: México desconocido No. 210 / agosto 1994
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