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La Paz, una ciudad rodeada de playas y naturaleza

Baja California Sur
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Capital de Baja California Sur, La Paz es un sitio obligado para vivir uno de los fenómenos naturales más sorprendentes del mundo: el paso de la ballena gris por aguas del Mar de Cortés.

Baja California Sur desde el avión se ve como una franja de tierra montañosa rodeada por el mar, y la pequeña ciudad de La Paz se distingue perfectamente entre el desierto y la bahía.

Aterrizamos y llegamos al centro en escasos 15 minutos, de inmediato quedé sorprendido por la transparencia del mar y la tranquilidad del oleaje. Me quise meter a nadar de inmediato, pero una amiga paceña me detuvo, riéndose un poco de mi idea: “Espera, al rato vas a ver qué playas”, me dijo, y me invitó a desayunar tacos de camarón en alguno de los restaurantes del malecón.

Después de esta suculenta especialidad de La Paz, caminamos un poco por la capital de Baja California Sur. Hay estatuas de temáticas marinas y destaca el monumento creado por el escultor Juan Soriano, el cual celebra que esta bahía es Patrimonio de la Humanidad.

“No molestar, lobos marinos divirtiéndose”

El plan era visitar la Isla Espíritu Santo, un parque marino protegido de casi 60 mil hectáreas, para tener mi primer encuentro con los lobos marinos y la numerosa fauna del Golfo de California o Mar de Cortés, como se le conoce a esta parte del Océano Pacífico.

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Antes de zarpar, echamos un vistazo al Parque Central de La Paz, para conocer una de las primeras catedrales jesuitas de las Californias. Desde aquí, los misioneros fueron subiendo por otros pueblos como Todos Santos y Santa Rosalía, hasta llegar más al norte, donde las misiones prosperaron en importantes ciudades estadounidenses, tales como San Diego, Los Ángeles y San Francisco.

Subimos al bote y La Paz se fue quedando atrás. Navegamos por casi dos horas, disfrutando de las formaciones rocosas y del buen clima de la bahía, hasta que la isla apareció en el horizonte. Bajamos la velocidad y notamos que la costa estaba llena de cientos de lobos marinos. Rodeamos y escuchábamos a estos increíbles mamíferos; los machos protegían su territorio moviéndose amenazantes, mientras las hembras descansaban echadas bajo el sol y los pequeños lobos marinos jugaban entre sí y saltaban al mar.

Nos detuvimos a unos 50 metros de la orilla, donde es posible nadar siempre y cuando se use chaleco, aletas y visor, pero sobre todo, sin acercarse a los habitantes de la isla.

Ya en el agua, los más jóvenes se acercaron a nosotros, nadando veloces por todos lados. Son curiosos y uno se me acercó tanto, que tocó mi nariz con la suya. La experiencia fue increíble y conmovedora, dos horas después de nadar con estos nuevos amigos, fue hora de partir.

Playas de película

Era la hora de la comida y llevábamos todo a bordo para detenernos en la playa El Tesoro, a 1 kilómetro del puerto de Pichilingue, a las afueras de La Paz. Dejamos el bote a unos 700 metros de la orilla y comenzamos a caminar por el mar transparente, con el agua a la cintura y sobre un fondo de arena blanca y muy suave. La belleza de la playa es tal, que lo primero que me vino a la mente fueron las deslumbrantes y famosas playas tailandesas que sólo he visto en fotos, pero para qué ir tan lejos, si las playas que rodean a La Paz están entre las mejores del mundo.

Así, nos instalamos para comer arroz con camarones empanizados, que ya llevábamos preparados, porque aquí no hay vendedores ni hoteles, sólo una gran formación rocosa y una playa anchísima de colores verdes turquesa. Mi amiga me dijo que en estos hermosos lugares no hay que dejar más que las huellas de las pisadas, y llevarse sólo las fotos, ni una conchita o piedrita de la playa, porque con ello estaríamos demeritando el lugar. Lo que sí nos llevamos fue nuestra basura.

Tuvimos tiempo de hacer una visita rápida a Playa Balandra, con su famosa piedra moldeada por el viento y regresamos a La Paz justo al atardecer. El malecón estaba lleno de personas disfrutando del final del día. Abundan los pequeños locales al aire libre, en donde pedimos una cerveza y vimos cómo se ocultaba el sol, recordando los mejores momentos del primer día en esta ciudad y disfrutando de la brisa cálida de la noche paceña.

Transporte

La Paz cuenta con un aeropuerto Internacional que recibe vuelos de Guadalajara, Hermosillo, Culiacán, Los Mochis y ciudad de México. Aeroméxico es una de las líneas aéreas que vuelan a La Paz. También es posible llegar al aeropuerto de Los Cabos, a sólo dos horas de La Paz. Por mar, puede tomar el ferry desde las ciudades de Mazatlán y Los Mochis, los barcos pueden transportarlo con todo y auto.
www.bajaferries.com

Dónde hospedarse

Hotel 7 Crown
www.sevencrownhotels.com

Qué comer

Bismarckcito
Álvaro Obregón esquina Constitución.
Tel. (01) 612 128 9900.

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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