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La región de Las Haciendas al norte de la costa nayarita

Nayarit
La región de Las Haciendas al norte de la costa nayarita fifu

Las Haciendas es una franja de tierra que se encuentra rodeada por el Pacífico y los enormes esteros que forman parte de las marismas nacionales.

Las Haciendas es una franja de tierra que se encuentra rodeada por el Pacífico y los enormes esteros que forman parte de las marismas nacionales.

En el norte de la costa de Nayarit se encuentra una franja de tierra de más de 100 km de longitud que comprende maravillosas playas y exóticas comunidades, como Rancho Nuevo, San Andrés, Santa Cruz, Puerta Palapares, Palmar de Cuautla, El Novillero y San Cayetano, entre otras. Desde principios del siglo pasado se estableció ahí una importante industria ganadera que funcionó con enorme éxito por varias décadas, periodo durante el cual se construyeron tres haciendas; de éstas sólo la de San Cayetano no ha sucumbido al paso del tiempo, como sucedió con las de Santa Cruz y Palmar de Cuautla, que prácticamente han desaparecido; sin embargo, los lugareños siguen refiriéndose a la región como “Las Haciendas”.

Esta franja de tierra se encuentra conectada con el resto del estado por una carretera que va de Tuxpan a Santa Cruz y otra de Tecuala a Playas Novillero, esto sólo a partir de 1972, pues antes estuvo totalmente aislada.

Las Haciendas ha tenido siempre una estrecha relación con la isla de Mexcaltitán, sobre todo comercial, nexo que viene desde la época prehispánica, cuando los aztecas habitaban la región. Hoy son numerosos los vestigios (figurillas, cerámica, puntas de flecha) que podemos descubrir entre los impresionantes conchales o concheros, que son unos enormes montículos formados por millones de conchas de los diferentes moluscos que consumían los indígenas; las conchas se iban apilando en un solo lugar hasta crear grandes cúmulos desde donde se podía divisar a varios kilómetros de distancia. Actualmente los caminos vecinales también están recubiertos por estas conchas, lo cual los vuelve blancos y brillantes, visibles incluso por las noches.

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Toda esta región pertenecía, mucho antes de la llegada de los españoles, a la confederación de Chimalhuacán, la cual estaba integrada por cuatro reinos: Colima y Tonatlán al sur, y Xalisco y Aztlán al oriente, con asiento en el actual estado de Nayarit.

En el manuscrito Nonoalca se llama aztatlecas a los aztecas; el primer gentilicio era el verdadero, pero se usó el segundo por eufonía; así, Aztatlán, “lugar donde abundan las garzas”, se convirtió en Aztlán, la patria original de los aztecas.

El reino de Aztlán comprendía una gran extensión que iba del río Santiago al río Umaya. Los pueblos más importantes de entonces y que aún conservan sus nombres son: Ytzcuintla, Centizpac, Mexcaltitán, Huaynamota, Acatlán, Acaponeta, Tecuala y Acayapan. La capital del reino era Aztlán, hoy San Felipe Aztatán, municipio de Tecuala.

En Aztlán se adoraba a Huitzilopochtli, deidad que siglos después regiría a todo el imperio azteca. En 1530 gobernaba el reino de Aztlán el rey Corinca, quien junto a sus mansiones tenía unos anexos donde estaban cautivos tigres, caimanes y otros animales, así como hermosas plantas de ornato que eran el deleite de sus cortesanos e invitados.

Finalmente, Aztlán fue sitiada por un numeroso ejército formado por indios tlaxcaltecas y tarascos y 500 españoles al mando de Beltrán Nuño de Guzmán.

A principios del siglo XIX Las Haciendas pertenecía a un afamado ganadero de Tuxpan, don Constancio González. La hacienda de San Cayetano, fundada aproximadamente en 1820, alcanzó gran fama por su ganado y por su abundante producción de algodón, así como por su excelente cecina, la cual se comerciaba en Tepic, Guadalajara, Tuxpan y Santiago. Fue importante también la producción de las salinas, donde trabajaban muchos de los peones de las haciendas.

Las rancherías que hoy se extienden a lo largo de esta franja costera tuvieron su origen en los inicios de este siglo; posteriormente, a finales de los años treinta el gobierno embargó a los patrones y se empezaron a formar los ejidos.

Las viviendas tradicionales de la época, visibles aún en nuestros días, contaban con tres piezas: una estancia abierta (donde se recibía a las visitas), la cocina (pretil) y la recámara, hechas con palos de mangle y recubiertas con adobe; los techos eran de palma.

En la actualidad los patios y los alrededores de las viviendas son adornados con una rica variedad de flores y plantas. En cuanto a sus actividades, los lugareños viven de la pesca que abunda en las marismas (camarón, mojarra, curbina, pargo, robalo, ostión). El camarón se pesca todavía con el antiguo sistema prehispánico de los tapos, sobre todo a partir de julio, con las lluvias. Asimismo, los pescadores bajan hasta ocho brazadas para recoger el ostión en placer, es decir, el que está en el fondo del mar.

La agricultura es también importante; por ejemplo, se cultivan dos variedades de sandía, el “calsui” y la “negra”, en ciclos de 90 días, en invierno y primavera, esto si la brisa no es demasiado salitrosa.

Además de la sandía es considerable la producción de chile verde, sorgo, coco, plátano, papaya, tomate, limón, caña, cacao, cacahuate, guanábana, tabaco y mango.

El crecimiento de las comunidades tuvo mucho que ver con el hecho de que los pescadores locales recuperaran la región lacustre de las pesquerías, donde abunda el camarón, que tradicionalmente estaban en poder de los pescadores de Mexcaltitán.

A principios del siglo pasado a esta región costera del norte de Nayarit llegó un cuantioso número de esclavos africanos, como parte del comercio esclavista que se realizaba a través de las naos de China, provenientes de las Filipinas. En la región se habla de que muchos de estos negros arribaron aquí después de que una de aquellas embarcaciones se hundiera y los sobrevivientes llegaran a nado hasta las playas de San Cayetano, Puerta Palapares y El Novillero. Hoy, cuando uno recorre esta costa, es perfectamente perceptible la influencia afromestiza entre sus habitantes.

Como dato curioso, hay quienes aseguran que aquí están los mejores bailarines del país; en Rancho Nuevo pudimos ver a un grupo de ellos bailar durante toda la noche, al ritmo de la música que bandas locales tocan a media luz, en las estancias de los humildes pero bellos caseríos

SI USTED VA A LAS HACIENDAS

Para llegar a esta región de Las Haciendas hay que tomar la carretera federal núm. 15 que va de Tepic a Acaponeta, donde se sigue la carretera estatal núm. 3 a Tecuala y después se continúa hasta El Novillero. Una vez aquí, hacia el norte se llega a San Cayetano, y hacia el sur a Palmar de Cuautla, Puerta Palapares, Santa Cruz, San Andrés, Rancho Nuevo y Pesquería.

Fuente: México desconocido No. 275 / enero 2000

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