La ruta de los volcanes: una carrera de altura
Desde los picos nevados hasta los ríos y cascadas que recorren toda la serranía, este escarpado territorio está preñado de bellezas naturales, sueño de todo aventurero.
Antes de que los primeros rayos del sol se abran paso sobre la cima de la cordillera, los competidores parten a las faldas del Nevado de Colima, eterno compañero del volcán de Fuego, de allí el nombre de esta ruta de los volcanes.
Desde los picos nevados hasta los ríos y cascadas que recorren toda la serranía, este escarpado territorio está preñado de bellezas naturales, sueño de todo aventurero.
Todo competidor de un Ecotlón se enfrenta a si mismo en un reto que va mucho más lejos que las distancias a recorrer en cada prueba. Sin duda es una competencia de equipo, en la que el trabajo de conjunto marca la diferencia, sin embargo nadie puede sentir tu dolor al caminar con los pies ampollados.
La ruta de los volcanes es una carrera de altura y sus diferentes etapas suben y bajan en agresivo recorrido que va de 3,000 a 4, 000 msnm, con cambios extremos de temperatura que afectan el desempeño de todos los equipos.
En estas altitudes, el esfuerzo físico es brutal ya que el ritmo de la competencia requiere de una gran capacidad pulmonar. Sin embargo en la zona de montañas el proceso de oxigenación se complica por las bajas temperaturas.
El día de la competencia, la caravana de camionetas 4×4 parece no tener fin, dejan una densa estela de polvo que marca el espiral por donde suben los vehículos. Para Interark, organizar una competencia de esta magnitud requiere de un gran equipo de profesionales, por lo que se contrataron los servicios de Expediciones Tropicales para realizar la logística y seguridad del evento.
La prueba de tres días lleva a los 29 equipos participantes provenientes de Costa Rica, España, Puerto Rico y México a recorrer 195 km en seis disciplinas: ciclismo, patinaje, rapel, kayac, trekking e hikking. El reglamento señala que los equipos de 4 integrantes deberán tener cómo mínimo un miembro del sexo opuesto, y que si uno o más de los participantes de un equipo no pueden continuar, el equipo queda descalificado.
Durante las pruebas, los equipos deben sellar pasaportes en puestos de control que se establecen en las diferentes etapas de la ruta. Todos los miembros deben avanzar juntos –100 m es la distancia máxima entre los participantes de un grupo– por lo que el tiempo oficial no se marca hasta que los cuatro integrantes hayan llegado al puesto de control.
En esta prueba del Ecotlón, la competencia arranca con una etapa de 43 km de trekking por una de las rutas de ascenso al Nevado de Colima. La salida es en el refugio alpino de La Joya, desde donde se tiene una excelente vista del majestuoso volcán.
Los ocho kilómetros de subida anticipan lo duro de la prueba y marcan el destino de muchos competidores. Caminar o correr a campo traviesa 43 km lleva a cualquiera al límite.
En la cima, los equipos recuperan el aire y aprietan el paso en un arriesgado descenso, en el que cualquier error resultaría en una aparatosa caída. Los calambres y torceduras son frecuentes y, en general es la bajada la que más castiga al cuerpo, especialmente los tobillos y las rodillas.
Es un reto físico, pero sólo aquellos que son mentalmente fuertes tienen posibilidades de triunfar, sin importar si el objetivo es llegar en primer lugar o sólo terminar. Antes de que esta prueba termine varios competidores tendrán que soportar a las inseparables compañeras del deporte extremo: ¡las ampollas!
En la zona de transición, los equipos de apoyo se apresuran a tener las bicicletas listas para la segunda etapa, en donde se cierra el día con 21 km por una brecha de terracería.
Igual que en la caminata, las caídas y ponchaduras son parte de la competencia, todos lo saben, y sin embargo es difícil aceptar que eso marque la diferencia entre llegar en primer o segundo lugar.
El primer día termina con un ritmo significativamente superior al anticipado por los organizadores y, sorpresivamente es el equipo ASI de Jalisco el que ocupa el primer lugar. El equipo de España, Red Bull es el campeón defensor y amplio favorito.
El segundo día , después de los 6 km de patinaje en línea, el Red Bull tomó una cómoda ventaja en la transición a las bicicletas, pero es una etapa que favorece a sus perseguidores. Los 48 km de bicicleta de montaña dan la oportunidad a que una vez más el equipo de Javier Rosas tome la punta.
Las condiciones del clima impiden que la prueba de kayac se realice y los 20 km de esta etapa se reducen considerablemente. El nivel del agua en la presa del Nogal es bajo y hay muchas ramas que complican la competencia.
El remo es una prueba que te puede hundir si no se dominan las técnicas de canotaje, y literalmente es lo que pasó con el equipo ASI, cuya apretada ventaja como punteros se hundió para salir 25 minutos atrás de los españoles.
Al terminar el segundo día de competencias, varios equipos fueron descalificados por lesiones y otros han sufrido las consecuencias del deporte al límite. En una conducta de mucho espíritu, los equipos descalificados ponen todo su esfuerzo por terminar, aunque sea extra oficialmente.
El tercer y último día de competencia se inicia en el Pueblo Mágico de Tapalpa, en el corazón de la sierra. La ruta de 29 km en bicicleta de montaña conduce a los equipos participantes hasta la zona de barrancas en donde se localiza el Salto del Nogal y la Cueva de los Cristeros.
Desde aquí los competidores siguen a pie por una pequeña brecha que sube a la cueva y baja hasta la caída de agua, cruzando las barrancas. Ésta espectacular prueba de 5 km es demoledora, para entonces los músculos están muy resentidos por el esfuerzo de los primeros días y el dolor de las ampollas.
Al llegar al fondo de la barranca los competidores siguen a orillas de un pequeño río que conduce hasta el Salto del Nogal (102 m). Con cuerda tirolesa y en relevos de ida y vuelta, los participantes deben cruzar la poza de unos 50 metros de longitud.
Cuando el equipo completo cruza la poza, regresa río abajo hasta una cascada de 18 m de altura en donde se realiza el rapel. Para terminar la competencia se regresa caminando hasta el punto de transición en donde están las bicicletas y cerrar el evento con 12 km de regreso a Tapalpa.
La parte más dura de esta etapa no es la distancia sino los cambios de temperatura al entrar y salir del agua. Las pozas que se cruzan nadando están heladas, y entrar al agua fría, es una invitación al calambre muscular.
En una carrera no hay máscaras: los rostros de los competidores reflejan la emoción, el esfuerzo, el dolor y al final, la enorme satisfacción de llegar.
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