Lanchita de vapor, tesoro de la juguetería tradicional mexicana
Durante varias décadas la lanchita de vapor fueron un boom comercial entre los niños mexicanos, convirtiéndola con los años en un clásico de la juguetería mexicana.
Hace varias décadas era frecuente ver en las plazas y mercados de México a personas que colocaban en el piso tinas con agua en las cuales ponían a navegar una lanchita de vapor hecha de lámina, la cual andaba por sí sola, haciendo siempre un peculiar sonido.
“Toc, toc, toc, toc, toc, toc, toc, toc, toc…” sonaba la lanchita de vapor infinitamente, bueno, casi infinitamente, a lo máximo dos horas, en lo que se terminaba la minúscula vela de parafina que calentaba los tubos.
La lanchita de vapor era vendida en Chapultepec, la Alameda…
Muchos recordarán que tal lanchita de vapor era vendida en la Alameda Central, en el Bosque de Chapultepec, en el Mercado de San Juan, en los alrededores del Palacio de Bellas Artes, y seguro que en otros sitios públicos de diferentes partes del país.
Carlos Rojas, propietario de Juguetería Chintetes, dice que la lancha de vapor de juguete se empezó a producir en México a partir de la década del 50, cuando las máquinas troqueladoras (aparatos que cortan y moldean lámina) se hicieron de uso común en nuestro país.
La lanchita de vapor se popularizó del 60 al 80
Diversos maestros troqueladores mexicanos empezaron a producir sus lanchas de diseño propio haciendo que en la década del 60, 70 y 80, este juguete tuviera su boom comercial entre la infancia mexicana. A todos maravillaba que aquel barquito se moviera solo sobre el agua, como si fuera magia.
Tristemente no lo era, se trataba de física. La flama de la parafina calentaba los tubos llenos de agua que previamente había sido inyectada, produciendo que el líquido se evaporizara haciendo sonar, en su búsqueda de encontrar salida, un pequeño tambor en su interior: “toc, toc..”
La relación de la lanchita de vapor con el motor Stirling
El juguetero Carlos Rojas comenta que este sistema se basa en el motor de vapor Stirling, creado por el escocés Rober Stirling en 1816. Este personaje, señala, había comenzado a hacer pequeños barcos modelo para poner a prueba su invento antes de colocarlo en embarcaciones reales. Así habría nacido el juguete.
No obstante, H. Richard Crane, del Departamento de Física de la Universidad de Michigan, explica que el barco de vapor de juguete fue patentado en 1897 por un ingeniero inglés. El juguetito adquirió varios nombres, entre ellos: Pop-Pop, Put-Put, Toc-Toc y Puf-Puf.
La lanchita de vapor mexicana hija de los barcos de vapor ingleses
Se hicieron populares en los países de habla inglesa rápidamente, diversas empresas los fabricaban en muchos modelos, gamas y precios, algunos bellísimos y de hechura detallada para los niños de familias de las clases altas.
En algún momento este famoso barco de vapor inglés llegó a México para fabricarse en territorio nacional en forma, sobre todo, de lanchas de lámina delgada, rotulados con las palabras «Acapulco», «Huatulco», «Xochimilco», o «Veracruz», para que pudieran ser comprado por los padres de millones de niños mexicanos de muchas generaciones a precios económicos.