Las Barrancas del Cobre en familia
¿Hace cuánto no vas de vacaciones con tu familia? Ser papá viajero es muy motivante y estrecha los lazos de una manera muy particular. Aquí los reportes de un viaje por las Barrancas del Cobre en familia.
Olvídate de la rutina y escápate:
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Este viaje que te propongo es una expedición de dos semanas por las Barrancas del Cobre en familia, que realicé hace algunos meses con mi hijo y cuatro sobrinas, sus edades fluctúan entre los 14 y los 22 años, todos cuentan con muy buena condición física y tienen ya bastante experiencia en esto de los viajes de aventura.
La manera más divertida e interesante de abordar las Barrancas del Cobre es sin la menor duda con el Chepe; es decir, el tren que cruza toda la barranca desde la ciudad de Chihuahua hasta Los Mochis, en Sinaloa.
El trayecto en tren ofrece algunos de los panoramas más extraordinarios de nuestro país, que no se tienen en muchos casos desde la carretera.
Además, es una magnífica oportunidad para el encuentro con otros viajeros que comparten su experiencia, regalan muy buenas recomendaciones, y en algunos casos se suman a las expediciones ya organizadas por otros grupos de expedicionarios.
El tren sale desde muy temprano ya sea de Chihuahua o de Los Mochis, como la salida es a las seis de la mañana resulta recomendable pernoctar desde el día anterior en alguna de esta dos ciudades.
Expedición desde Cerocahui hasta Urique
Para esta excursión-expedición que ofrece algunos de los paisajes y sensaciones más espectaculares de las Barrancas del Cobre, hay que bajarse del tren en la estación de Bahuichivo.
Bahuichivo está, si se sale de la ciudad de Chihuahua, antes de llegar al Pueblo Mágico de Creel. Desde esta pequeña localidad maderera hay que tomar un transporte hasta el pequeño poblado de Cerocahui que se encuentra a unos 15 kilómetros de distancia.
Aquí ya se está en plena sierra, el hotel Misión es una magnífica opción para hospedarse y la vieja misión jesuita de Cerocahui del siglo XVIII es una joya de visita obligada.
En Cerocahui es posible abastecerse con víveres y agua en abundancia, el equipo y enseres para la expedición tienen que haberse contemplado con toda anticipación. Son indispensables para esta excursión —de por lo menos tres o cuatro días— cuestiones muy puntales como las siguientes:
- Tiendas de campaña
- Cantimploras
- Sacos de dormir
- Bastones para caminata
- Botas adecuadas para la alta montaña
- Lámparas portátiles
- Navaja
- Pequeña estufa portátil
Si se viaja en invierno, conviene ir bien abrigado porque las temperaturas en la sierra son extremas. En ningún caso es conveniente salir sin un guía local.
Desde que se sale de Cerocahui los panoramas quitan el aliento, se descubren desfiladeros y barrancas imponentes, y a lo lejos aparecen las primeras cuevas tarahumaras.
Al final del día se llega a la ranchería de Huicórachi donde los lugareños reciben con alegría al viajero, y es el mejor lugar para acampar y pasar la noche.
Al día siguiente la marcha continúa hacia el fondo de la barranca, desde temprano ya se empieza a divisar a lo lejos el río Urique, la vegetación va cambiando a matorrales y cactáceas, lejos van quedando los bosques de coníferas de la sierra alta.
Al final del día se llega a la pequeña comunidad de El Naranjo, aquí en la propiedad de Lola y Polo se puede acampar con toda seguridad y con la calidez de sus anfitriones.
A la mañana siguiente continúa la ruta río abajo hasta la hermosa comunidad de Urique enclavada en el fondo de la Barranca del Cobre.
El lugar se trata de una antigua comunidad minera, con nostálgicos callejones y rumores de tiempos que no volverán.
El regreso, es decir, la subida por los desfiladeros con rumbo al Pueblo Mágico de Creel es formidable, varios miradores ofrecen panoramas que simplemente quitan el aliento.
Excursiones desde Creel
Desde el Pueblo Mágico de Creel existen varias opciones de excursiones que no tienen desperdicio:
- El Valle de los Hongos es espectacular y las largas caminatas regalan sensaciones estupendas; rarámuris viven en la zona, lo que permite convivir con esta etnia milenaria. Aquí se puede acceder a pie desde Creel o también a caballo (rentas en Creel).
- La comunidad rarámuri de San Ignacio ostenta una vetusta misión jesuita que es imperdible; está a un lado del Valle de los Hongos.
- El Lago de Arareko, también muy cerca de Creel (5km), es un magnífico lugar para “perderse” en el bosque o remar en este cuerpo de agua de idílicos horizontes.
- La Cascada de Cusárare se encuentra a poco más de media hora de Creel (20km) y es portentosa, muy cerca, el poblado del mismo nombre también regala una misión jesuita del siglo XVIII digna de visitarse.
Aventura sin límites en el Divisadero
Desde el Pueblo Mágico de Creel inicia la ruta que va hacia el Divisadero, el punto culminante de las Barrancas del Cobre, con los miradores y senderos más interesantes y espectaculares de la Sierra Tarahumara.
En esta ruta el primer alto en el camino es a ocho kilómetros de Creel, cerca de la comunidad de San Rafael, en este punto, que es la entrada a la parte alta de la fastuosa Barranca de Tararecua, se encuentra un camino de terracería de 12 kilómetros que lleva hasta las pozas de aguas termales de Recowata sobre el arroyo de San Ignacio.
Recowata es espléndido y los chapuzones en estas pozas cálidas e impolutas son maravillosos, los paisajes aquí son de belleza excepcional, y en los caminos se van descubriendo cuevas de rarámuris, reptiles como iguanas, tejones, armadillos, y aves de todo plumaje. Al caer la tarde es momento de emprender el viaje hasta el Parque de Aventura del Divisadero.
A unos 40 kilómetros de Recowata se encuentra finalmente el maravilloso Divisadero, que hoy y desde hace algunos años presume el estupendo Parque de Aventura Barrancas del Cobre que es ideal para que toda la familia disfrute de una estancia inolvidable.
La aventura puede iniciar con un viaje a bordo del teleférico que lleva has
ta media barranca, a la Mesa de Bacajipare, desde ese punto los miradores ofrecen vistas únicas, justo donde convergen las barrancas de Urique, la del Cobre y la de Tararecua, desfiladeros, gargantas profundas, cuevas, barrancas y picachos son aquí impresionantes.
Después, para los más avezados espera el ziprider, una silla sobre un cable de 2 kilómetros de longitud con el que se cruza la barranca a 135 kilómetros por hora!
Y el vértigo y los deportes extremos siguen con un maravilloso circuito de 5 kilómetros con 7 tirolesas, del mimo modo hay una tirolesa de más de 1,000 metros de longitud con la que se llega a velocidades de más de 110 kilómetros por hora.
Si todavía queda adrenalina por descargar hay que decantarse por la vía ferrata que combina rappel, escalada vertical y puentes colgantes, todo sobre desfiladeros de más de 500 metros de altura.
En el Divisadero se pueden adquirir las artesanías tarahumaras más coloridas y vistosas de la región: cestería, vestidos, violines de madera, lo típicos tambores, cerámica, etc…
En fin, este viaje a las Barrancas del Cobre en el corazón de la Sierra Tarahumara, es una de las aventuras más extremas y sorprendentes que se pueden realizar en nuestro país, una verdadera joya para llevar a los hijos adolescentes amantes de la naturaleza y de la adrenalina sin límites.
Después de este viaje tus hijos esperarán impacientes el siguiente verano para viajar y divertirse con sus padres.
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