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Las fiestas de Oxchuc y Huixtán, en Chiapas

Chiapas
Las fiestas de Oxchuc y Huixtán, en Chiapas fifu

Viaja al estado de Chiapas y participa de las principales fiestas que se organizan en la región conocida como los Altos. ¡Vive una experiencia llena de magia, color y misticismo!

Un recorrido por estas comunidades indígenas, localizadas en los Altos de Chiapas, nos dio oportunidad de presenciar sus fiestas. Son un verdadero abanico de color, misticismo y tradición.

La región de las tierras altas de Chiapas encierra en su escarpada geografía un mundo mágico, donde el tiempo se desliza como las nubes entre las montañas a su propio ritmo y sus habitantes, descendientes directos de los mayas, tratan de continuar viviendo con sus costumbres y tradiciones, adorando a sus santos y a las fuerzas sobrenaturales que rigen el mundo.

Un día mágico

Internándome en las montañas, en medio de un paisaje frío y brumoso, llegué al corazón de los Altos de Chiapas, marcado por el pintoresco poblado de San Cristóbal de las Casas, en donde se localiza la “casa del jaguar”, Na Bolom, una Asociación Cultural con quienes he estado colaborando con fotografías y video de las fiestas patronales de los pueblos chiapanecos. La riqueza de estas fiestas es infinita y han adaptado los rituales a su propia cosmogonía, resultando dos celebraciones bien diferenciadas: la de los indígenas y la de los mestizos.

Visité en varias ocasiones los poblados tzeltales de Huixtán y Oxchuc, ambos localizados sobre la carretera que va de San Cristóbal a Palenque. Uno de mis objetivos era fotografiar sus trajes típicos, cuyos bordados y entramados simbolizan animales, flores, estrellas, ancestros… en fin todo su universo, siguiendo las técnicas prehispánicas en el hilado, teñido y la elaboración de los motivos. Desde tiempos inmemoriales, los símbolos decorativos de huipiles ceremoniales fueron plasmados como abstracción del entorno geográfico a través del uso de líneas y números, que dieron los principios para el quehacer textil de los mayas.

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Huixtán: bello de principio a fin

Localizado a 32 km de San Cristóbal de las Casas, en el fondo de un vallecito rodeado de montañas, está este colorido pueblo. Las mejores fechas para visitarlo son en la fiesta de San Miguel Arcángel (27 al 29 de septiembre), la de la Santa Cruz (3 de mayo) y la de San Isidoro Labrador (3 al 15 de mayo). En estos días, la gente baja de las montañas luciendo sus tradicionales trajes para reunirse en la plaza principal. El de los hombres recuerda a la indumentaria que se ve en los murales de Bonampak, donde los taparrabos enmarcan la parte superior de la pierna. El de las mujeres es más sencillo, pero igualmente atractivo.

Oxchuc: sabiduría ancestral

Este asentamiento tzeltal se instaló antes de la llegada de los conquistadores y fue un importante centro político ceremonial.

A diferencia de Huixtán, la llegada a Oxchuc, 16 kilómetros más adelante, no es nada escénica, por el contrario, es bastante complicada por la gran cantidad de taxis colectivos que la transitan.

Durante esta visita, conocí a don Manuel Gómez K’ulub, el clásico abuelo que se ha encargado de conservar la tradición oral; es además un gran artista, en su casa tiene una pequeña tienda llena de artesanía de talabartería, instrumentos musicales como arpas y tambores de diversos tamaños, ropa tradicional y piezas talladas en madera. Tiene la meta de crear el Museo de Oxchuc. Su gran sabiduría la debe a que desde pequeño sus padres le enseñaron los rituales de las ceremonias religiosas, el trabajo comunitario y aprendió a tocar el tambor, la guitarra, el violín, el arpa, la flauta y las sonajas. Es un gran promotor de las costumbres y tradiciones de Oxchuc y ha sido mi guía durante mis visitas.

Cambio de ropa de Santo Tomás

Llegué a Oxchuc por la mañana, la neblina aún cubría todo el pueblo. Abriéndome paso entre los comerciantes que instalaban sus puestos en el mercado, caminé hasta la iglesia dedicada a Santo Tomás (s. XVI), ubicada en la plaza central. La entrada estaba adornada con un arco de palmas y bromelias, al fondo se apreciaba el antiguo retablo de madera, frente a éste se había colocado un gran andamio por el que subían y bajaban los ch’uyk’aales (autoridades religiosas), envueltos en una nube de incienso. Conforme me fui acercando, me fui embriagando con los colores, el olor a copal y la tenue luz de las velas que con su cálida luz iluminaba a una familia que rezaba arrodillada. Bajo el altar estaban los músicos tocando, mientras los ch’uyk’aales iban y venían atareados con el cambio de la ropa de los dos Santo Tomás, ubicados en dos nichos del retablo, junto a otras imágenes de la Virgen y santos. Esta ropa fue regalada por el pueblo de Huitepec, quienes le tienen mucha veneración; el año pasado como tuvieron muy buena cosecha de café, decidieron regalar a la comunidad de Oxhcuc los trajes para las dos imágenes. Mientras tanto, las copas de pox (aguardiente local) circulaban entre todos, mientras uno de los grupos participantes cambiaba meticulosamente uno a uno los listones del bastón del santo.

Diferentes clases de itz (para los antiguos mayas secreciones del cuerpo humano o de árboles, especialmente el copal, rocío de la mañana, néctar de las flores) eran quemados en grandes braseros, en donde se convertían en humo, es la forma del sustento divino. La iglesia poco a poco se fue llenando de personas que llegaban a colocar velas y a rezarle al santo patrono. Esta fue una buena oportunidad para observar el traje tradicional de las mujeres de Oxchuc, quienes portaban un colorido huipil blanco bordado con originales franjas rojas y moradas, que casi lo cubren completamente, alrededor del cuello se bordan cuatro rayos.

Les recomiendo visitar las comunidades mayas en tiempo de fiestas, cuando los santos son transportados desde la iglesia hasta la plaza para que puedan contemplar a su gente honrando devotamente la tradición. Son días de mercado, de color y alegría, donde aún muchos de los enigmas de la cultura maya son revelados, luego de cientos de años de guardar celosamente las tradiciones.

Otros atractivos en Oxchuc

– La iglesia del Calvario, que corona una colina en las afueras del pueblo.
– Siguiendo la carretera a Ocosingo, a unos 10 km, se ubica la cascada de Mesbiljá o del Corralito, nacimiento del río Jataté.

Más de los tzeltales

Son el grupo indígena más numeroso de Chiapas, esta etnia de origen maya se asienta principalmente en el Altiplano Central de Chiapas y en las estribaciones adyacentes de las montañas del norte y del oriente. Los pueblos tzeltales y tzotziles pertenecen a la gran familia maya, y tienen su origen en una migración de los Altos Cuchumatenes, en Guatemala, a los Altos de Chiapas en donde comenzaron asentarse entre el 500 y el 750 a.C. A partir del año 1200 d.C. se da la diferenciación de lengua y región como parte del patrón de asentamiento variado entre tzotziles y tzeltales.

Más información
Asociación Cultural Na Bolom
www.nabolom.org

La Casa del tejido Maya en San Cristóbal de las Casas
www.snajolobil.com

Centro Estatal de Lenguas Arte y Literatura Indígenas
www.celali.gob.mx/iniesp.htm

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas
www.cdi.gob.mx

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autor Fotógrafo especializado en deportes de aventura. ¡Ha trabajado para MD desde hace más de 10 años!
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