Los hermanos que desangraron a un monstruo para crear al mundo - México Desconocido
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Los hermanos que desangraron a un monstruo para crear al mundo

Los hermanos que desangraron a un monstruo para crear al mundo fifu

Tezcatlipoca se cortó un pie arrojándolo al mar para atraer a la bestia. Cuando se aproximó atraída por la sangre de un dios, él y su hermano Quetzalcóatl empezaron una incontrolable batalla sangrienta

Tezcatlipoca negro empuñó su filoso cuchillo y se mutiló el pie izquierdo arrojándolo al mar. La sangre de la extremidad atrajo al terrible monstruo andrógino mitad cocodrilo, mitad serpiente al que llamaban Cipactli.

Cuando al fin la bestia se aproximó para tragarse el pie, Tezcatlipoca y su hermano Quetzalcóatl, saltaron hacia su lomo para matarla, logrando su objetivo de aniquilarla tras una larga lucha.

No fueron los primeros que se enfrentaban al monstruo, muchas deidades lo habían hecho fracasando en su intento de aniquilarlo. Pero Tezcatlipoca y Quetzalcóatl eran los mejores de todos, tenían la cualidad de ser guerreros y dioses al mismo tiempo, los dos eran hijos del dios Ometeotl, unidad que conforman la fusión de Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl.

Imagen de Cipactli

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Ometeotl había dejado pendiente la conformación del mundo, así que eran sus vástagos los que tenían que terminar la misión. La conformación del mundo era menester para que el hombre pudiera surgir.

Cuando la bestia Cipactli yacía muerta los dos hermanos la estiraron hasta desmembrarla, con las extremidades construyeron el cielo y la tierra, con el resto del cuerpo puntos cardinales y el tiempo, de esta forma existieron las condiciones para el surgimiento de la humanidad.

Con el éxito en las manos Quetzalcóatl se presentó con su padre quien lo felicitó, no sin antes recordarle que la misión no podría ser completada hasta que se crearan los hombres, cuyo fin era venerar a los dioses.

El guerrero dios emprendió una complicada expedición y bajó nueve planos hasta llegar al Mictlán para obtener los “huesos preciosos”, que pertenecieron a viejos intentos de crear al hombre y quizá a seres humanos de tiempo inmemoriables. 

Una vez en ese reino Quetzalcóatl le pidió a Mictlantecuhtli, amo de Mictlán, le diera las osamentas para poder crear al hombre. Le dijo que sí, pero con la condición de superar pruebas que consistía en pasar por mundos subterráneos, dimensiones diversas y cerros que se cierran, varias veces Quetzalcóatl estuvo a punto de fallecer.

Cuando Quetzalcóatl llega al lugar más profundo, luego de haber pasado todas las dificultades, se encuentra con los huesos sagrados y los toma para escapar con ellos al reino de los vivos, pero en el trayecto cae a un agujero y muere.

Su calidad de dios le permite resucitar, pero los huesos sagrados están hechos trizas derivados de la caída, recoge cada fragmento, y tras mucho tiempo logra salir con ellos de Mictlán. Una vez en el exterior, y con el permiso de su padre, pulveriza los huesos, se corta parte del miembro viril y arroja la sangre al polvo, creando así una pasta con la que modeló a los hombres. 

Referencias: 

Ometeotl

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