Los hábiles cantereros de Huichapan
Recorrer sus encantadoras calles, nos hacen trasladarnos a su pasado glorioso y colonial, pero a unos cuantos kilómetros, casi invisibles, están quienes son los responsables de mantener viva la Ruta de cantera en Huichapan, Hidalgo: los cantereros.
Uno de los emblemas de Huichapan, Hidalgo, es la cantera. Fui a conocer a los responsables del prestigio de este rincón hidalguense: los cantereros.
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Ruta de cantera
Nos recibe, Félix Cruz Magos, presidente de la Unión de Cantereros y Materiales Pétreos de Huichapan y Tecozaulta, con quien realizamos un recorrido por los ejidos de Mamithí y Dandhó. Ahí, como malabaristas, desafiando las leyes de la física, decenas de trabajadores, pendidos desde los acantilados que se extienden por kilómetros en un cañón, extraen las piezas que después irán a dar a cualquiera de los 45 talleres que operan alrededor.
Lo mismo para una fachada, marcos de puertas, diseños exclusivos o para exportación a Estados Unidos, Latinoamérica o al mismísimo Vaticano, aquí se trabaja a gusto del cliente.
El prestigio internacional
Hasta hace unos 35 años, con un proceso totalmente rudimentario, se hacían piezas para consumo local, eso ha cambiado, gracias a la tecnificación de los talleres y al cumplimiento de los estándares de calidad internacionales, hoy la cantera de Huichapan es apreciada no sólo por el mercado nacional, también en el internacional y hoy, los pedidos salen con el sello Hecho en México.
El orgullo del sello Hecho en México
Fernando Suarez Gómez, un joven abogado, pero canterero de tradición, mezcla su profesión y su herencia familiar, para mantener este oficio que no sólo le ha dado renombre a Huichapan, es también el sustento de por lo menos cinco mil familias.
Su papá, don Vicente Suárez Magos, supervisa una decena de trabajadores, quienes les toca hacer quizá el trabajo más rudo, porque extraen las piezas que después serán llevadas a los talleres. Ahí, a los trabajadores se les paga a destajo dice, de este trabajo, obtienen lo necesario para vivir, mantener a sus familias y en estos tiempos, lo más importante, es que el empleo no ha faltado,
“Sí hay trabajo, gracias a Dios para qué nos quejamos”, subraya.
La tecnificación ha ido lenta, Hermelindo Hernández, nos explica, que para extraer las piezas de cantera de los acantilados, se utiliza dinamita o cemento expansivo. Para ello se emplea fuerza y hay que esperar hasta ocho horas para que la piedra ceda y de ahí nuevamente barrenar, para extraer las piezas.
La tecnología, un factor
En el taller de Martín Cruz Magos uno de los más tecnificados, nos muestra el proceso y nos presume, que desde hace unos 15 años, su mercado es también Estados Unidos y Costa Rica. Recorremos con él y no solo son las piezas de exportación, también se elaboran artesanías, incluso bajo pedido y al gusto del cliente.
Rubén Hernández, nos muestra parte de sus obras, para él y para ellos es algo ordinario, no dimensionan, que llevan el nombre no sólo de Huichapan, sino el de México al mundo. Y ya listo para el embarque, un cargamento, lo abre y efectivamente, el sello de Hecho en México, ya está colocado.
Nos presume piezas que serán únicas, desde una imponente sirena, hasta columnas que si no nos los explica y lo comprobamos por cuenta propia, cualesquiera pensaría que son elaboradas de madera.
La magia de este pueblo, son también las manos y el esfuerzo de estos hombres y de estas piedras mágicas. Son aproximadamente 13 colores los que la naturaleza les regaló, los blancos son los más cotizados, entre ellos el Blanco Huichapan, único en el mundo y por el que pelean los clientes.
En cada obra, en cada pieza, ya sea en territorio nacional o extranjero, está el genio y el alma de un hidalguense, de un mexicano, que cobra vida, ya sea en una plaza, en una casa, en una fuente, en una columna o en algún rincón del mundo.
Twitter: @Marko_Cabañas