Los soldados diablo usados contra los españoles en la Guerra de Independencia
Hasta el momento los habitantes creen que Pedro Ascencio, el cabecilla, tenía un nexo con el maligno ¿será?
No había pasado mucho tiempo desde que el ejército realista había sofocado el primer intento de insurrección por parte de los habitantes de Teloloapan para liberarse de España, cuando este grupo de personas empezó a planear un nuevo levantamiento.
Sin embargo este segundo intento no podía ser como el primero, tenía que tener una mayor planeación, mejor estratégica, todo eso con pocos hombres y casi cero armas de fuego disponibles. Fue entonces que a Pedro Ascencio de Alquisiras, cabeza de aquellos rebeldes, le vino una macabra idea a la cabeza.
El ataque de los soldados diablo al ejército realista
Todo estaba listo. La noche de poner en marcha el plan había llegado. Tomarían sorpresa a las fuerzas españolas. Los realistas empezaron a escuchar numerosos sonidos de balance a lo lejos, también bufidos de algo más extraño que toros gigantescos.
Hasta este punto los soldados realistas todavía se sentían con ánimos de soportar. Fuera lo que fuera que estuviera echando tiros a la distancia, sintieron, podían combatirlo, también a aquellos animales que realizaban esos sonidos.
Los españoles salieron aterrorizados
Pero el terror se apoderó de ellos cuando vieron salir a decenas de seres siniestros con cara de diablo de la tierra, de los arbustos, de los patios de las casas, de los campos baldíos.
Las fuerzas españolas trataron de combatir a aquellos seres, pero estaban muy aterrados como para tan siquiera activar sus armas. Salieron huyendo despavoridos. Así los prisioneros fueron liberados, al igual que Teloloapan.
El plan de Pedro Ascencio de Alquisiras
El plan de Pedro Ascencio de Alquisiras había tenido éxito. No eran demonios reales los que asustaron a los españoles, fueron habitantes provistos con máscaras de madera la cual fue llevada a los carpinteros del pueblo por las mujeres de la comunidad, de quienes los soldados realistas no sospechaban.
Mientras que los sonidos de balas no eran detonaciones sino chicotes de ixtle en cuya punta llevaba una pajuela, que al ser ondeada hacía el sonido de una bala.
Pedro Ascencio de Alquisiras fue nombrado como un héroe tras la consumación de la Independencia de México, sin embargo siempre quedó bajo sospecha, de la voz popular, de tener nexos con fuerzas oscuras.