Metztitlán, Hidalgo - México Desconocido
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Metztitlán, Hidalgo

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Metztitlán, Hidalgo fifu

Se localiza a aproximadamente 80 km de la capital del estado de Pachuca.

Se localiza a aproximadamente 80 km de la capital del estado de Pachuca. Conforme se avanza, el paisaje se modifica, hasta volverse agreste con vegetación de tipo cactáceo, poco después de tomar la desviación bajamos a una vega regada por el río Metztitlán, zona fértil sólo en época de lluvias.

El nombre significa “lugar de luna”. La tradición oral cuenta que los guerreros peleaban en noches de luna por lo que se les llamó “metzcas” o “metztitlonecas”, de donde derivó el nombre del pueblo. La construcción del conjunto la inició fray Juan de Sevilla en 1543 y la iglesia se dedicó a los Santos Reyes.

Metztitlán fue priorato (al igual que Molango y Tlachinol). En él residían varios religiosos bajo las órdenes del prior provincial y desde aquí incursionaban hacia diversos rumbos a los pueblos de visita, donde dirigieron la construcción de pequeñas iglesias que fueron modificando al pasar de los años. Fueron visitas: Santa María Xoxoteco, Metzquititlán, Zacualtipan, etc. Seis religiosos tenían a su cargo una red de 110 feligresías.

Una característica específica de estas construcciones en la Sierra es que debían de adaptarlas a la topografía del terreno, por lo que quedaban desplazadas del centro político y administrativo de la población, a diferencia de las que se establecían en los valles. Así, para Metztitlán, se buscó como apoyo parte de una colina, la cual se tuvo que nivelar para emplazar el atrio y el conjunto conventual. El atrio es de enormes proporciones, conserva una sencilla cruz atrial.

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Como caso atípico encontramos dos capillas abiertas, una junto a otra que se diferencian por sus dimensiones, sus murales se han perdido. Sólo conserva una capilla posa. La fachada de la iglesia es bella y elegante, su estilo plateresco lo subrayan las columnas estriadas cuyo fuste ciñe por un listón, el capitel es compuesto. En los nichos del primer cuerpo se encuentran las esculturas de San Pedro y San Pablo. Las jambas están adornadas con diseños renacentistas italianos y el arco se trabajó con elementos estilizados que alternan con cabecitas de querubines alados. El entablamento lleva una inscripción latina. Sobre la cornisa rematan perillones y en el nicho está el Niño Dios con ángeles que portan instrumentos musicales. Más arriba la ventana del coro y por último remata una gran espadaña de siete vanos. La influencia gótica se hace sentir en la gran altura del templo y la riqueza de las nervaduras. Los muros laterales los cubren retablos de los siglos XVII y XVIII.

Una de las mayores riquezas del templo es su retablo principal dedicado a los Santos Reyes, y es uno de los tres únicos del siglo XVI que se conservan en México. El retablo abarca todo el muro absidial; la pintura, las esculturas estofadas y los relieves narran pasajes de la vida de la Virgen y el Niño Jesús. Por supuesto no podían faltar las esculturas de notables agustinos como: San Nicolás Tolentino y Santa Mónica (madre del fundador de la orden San Agustín de Hipona). El relieve tiene por tema “La adoración de los reyes”, arriba de éste una crucifixión y rematando el conjunto, la representación del “Padre Eterno”. No cabe la menor duda del interés que pusieron los agustinos de cuidar el programa iconográfico, el cual se ve escrupulosamente jerarquizado. El recorrido continúa por el espacioso claustro ricamente decorado con pintura mural en sus diversas dependencias: refectorio, sala de profundas, sacristía, galerías y celdas. La escalera se decora con alegorías que exaltan la paciencia y la castidad; contenido dirigido a los propios misioneros.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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