Misa en latín, esta es la única capilla de la CDMX puedes contemplarla
En esta capilla del Centro Histórico de la CDMX puedes disfrutar de la misa en latín, una de los favoritas de los católicos que buscan conservar tradiciones.
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El latín fue durante siglos la lengua ritual de la iglesia católica. No solo era un idioma de uso eclesial, sino también devocional. Su empleo fue estandarizado durante el Concilio de Trento en el siglo XVI a través de la misa en latín o tridentina. A lo largo de mucho tiempo esta fue la forma de oficiar el principal servicio religioso católico, hasta su reforma durante el Concilio Vaticano II en los años sesenta del siglo XX. En la actualidad, la Capilla de la Inmaculada Concepción sigue celebrando la misa en latín en la CDMX.
La misa en latín
El latín fue durante siglos la lengua eclesial y ritual del cristianismo católico. Sin embargo, había diferentes formas de celebrar la misa, a pesar de que en general se observaba el antiguo rito romano. No fue hasta que las convulsiones religiosas y políticas que originó el movimiento protestante de Martin Lutero, que las cosas cambiaron.
En primera instancia, la iglesia católica vivió un proceso de reforma interna para afrontar al movimiento de las iglesias protestantes. Dichos cambios se discutieron y oficializaron a través del Concilio de Trento, celebrado en diferentes capítulos entre 1543 y 1563 en Italia. Esta conferencia ecuménica (es decir, que reunía a todo el mundo católico) fue muy trascendente. El resultado de esto fue un reforzamiento de la doctrina católica, el énfasis en la disciplina institucional y un acento en la devoción popular.
A raíz de ello, el Papa Pío V procuró unificar el culto católico de Occidente. Para ello, ordenó que el misal romano fuese usado en toda la iglesia, exceptuando regiones y órdenes religiosas que tenían ritos con más de doscientos años de antigüedad. Este es el origen de la Misa Tridentina, la cual fue promulgada en 1570.
La Misa Tridentina
La misa en latín fue la forma oficial de celebrar la Eucaristía durante siglos en la iglesia católica. Se caracterizaba sobre todo por emplear exclusivamente el latín y tener al sacerdote dándole la espalda a la feligresía. No sería hasta el Concilio Vaticano II (celebrado entre 1962 y 1965) que las cosas cambiaron. Y es que en el afán de modernizarse y sobre todo, ser una institución abierta, incluyente y social, la iglesia cambió el rito. Ahora su conmemoración sería en la lengua vernácula de cada lugar, con el sacerdote viendo de frente a las personas. En el pontificado de Paulo VI se publicó el nuevo misal, entre 1969 y 1970.
Sin embargo, en el año de 1984 Juan Pablo II autorizó la celebración de la Misa Tridentina, a razón la solicitud de un grupo de fieles. Tiempo después, en el 2007, el pontífice Benedicto XVI amplió dicho permiso a los sacerdotes para realizar esta antigua liturgia. Más recientemente, el Papa Francisco limitó el empleo de la Misa Tridentina; para ello, se debía contar con el permiso expreso del obispo de la diócesis local.
Capilla de la Inmaculada Concepción en Salto del Agua, donde se celebra la misa en latín en la CDMX
La Ciudad de México posee uno de los lugares donde se sigue celebrando la misa en latín. Se trata de la Capilla de la Inmaculada Concepción, ubicada a la altura de San Juan de Letrán, en el Centro Histórico. Ahí la Eucaristía se sigue recitando en latín, con el párroco dando la espalda a los feligreses; además, las mujeres llevan mantilla sobre la cabeza, a la vieja usanza de los tiempos previos al Concilio Vaticano II.
El sitio se encuentra bajo la rectoría de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, agrupación religiosa fundada por Juan Pablo II. Por supuesto, cuenta con el permiso de la Arquidiócesis de México. Este rito tradicional es considerado como una forma extraordinaria de la misa convencional. Se puede asistir a celebrar la Misa Tridentina los días domingos en los horarios de 8, 10 y 12 horas. La forma más práctica de llegar es a través de la estación Salto del Agua, de las líneas 1 y 8 del Metro.
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