Museo Cuauhnáhuac (Morelos)
Con el interés de dar a conocer Ias transformaciones que se llevan a cabo en varios de Ios museos mexicanos México en el tiempo realizó una entrevista a Ia directora deI Museo Regional de Morelos.
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Con el interés de dar a conocer Ias transformaciones que se llevan a cabo en varios de Ios museos mexicanos México en el tiempo realizó una entrevista a Ia directora deI Museo Regional de Morelos. Lo expresado por ella resume una experiencia que a todas Iuces habla de Ia renovación de esta institución.
F.S. Cecile, ¿cómo concibes el carácter y vocación de este museo?
C.C. Yo pienso que este museo, al igual que todos, adquiere un carácter de institución al conservar objetos que dan tesrimonio de nuestro pasado. Así mismo, opino que Ios museos son espejo de sus países. La mayor parte de Ias veces ocupan edificios históricos, como es el caso específico deI Museo Regional Cuauhnáhuac que está instalado en una de Ias estructuras coloniales de carácter civil más antiguas de nuestro país, y como tal debe tratársele: una reliquia que amerita una gran difusión, tanto por ser un monumento histórico como por su contenido, partiendo de Ia base de que estamos hablando de un museo histórico-arqueológico.
F.S. Regresando un poco a Ia pregunta, ¿consideras que el Museo Regional Cuauhnáhuac cumple con su función de mostrar al público en general lo que seria esta parte del país, el estado de Morelos con su pasado arqueológico e histórico?
C.C. Sí, desde Iuego, Todo nuestro empeño ha estado encaminado a evitar que este museo sea simplemente una tumba de objetos. Hemos tratado de darIe un carácter más didáctico y determinar su contenido cultural. En este caso, tratándose de un museo regional, mostrar Ias diferentes etapas y zonas arqueológicas deI estado de MoreIos.
F .S. Ahora una pregunta un poco difícil, porque pienso es una interrogante de todos nuestros museos, ¿Consideras que hay realmente un problema trascendental en cuanto a Ia conservación de los objetos arqueológicos e históricos que existen en el museo, y también respecto de Ia forma de presentarlos, es decir lo que Ilamamos discurso museográfico?
C.C. En este caso, nosotros pensamos que eI museo al definir su vocación, dar solidez a su difusión y establecer con claridad su objetivo, lo hace a partir de Ia conciencia y valoración de sí mismo como obra artística y también de Ios inestimables tesoros que alberga. EI mantenimiento de Ias piezas, entonces, es una tarea sobrentendida, algo inherente a cuaIquier museo. Nosotros hemos puesto mucho énfasis en Ia preservación de todas Ias piezas que, de una u otra manera, son testimonio de nuestra historia, cultura y arte. Pienso que es muy importante sensibilizar y concientizar a Ias personas, empezando por Ios custodios -que son quienes están en contacto con esas piezas- y aI público que viene a visitar el museo, pues en sus manos está el respeto, el mantenimiento y Ia conservación de Ios objetos que por generaciones trascenderán y hablarán de nuestra historia.
F.S. ¿Cuenta el museo con un departamento de conservación?
C.C. No. Tenemos un auxiliar de curaduría que es a su vez el encargado de Ia bodega de bienes culturaIes, pero en cuanto se detecta una pieza que necesita someterse a restauración acudimos aI Departamento de Restauración deI Centro INAH Morelos. Ésta es Ia forma en que nosotros damos mantenimiento a nuestras piezas.
F.S. También debe ser otro problema que siendo un edificio histórico, cuente además con elementos trascendentales en el arte mexicano, como los murales de Diego Rivera. Opino que es doble Ia problemática: objetos por un lado y luego edificio y murales por el otro.
C.C. Así es. Cuando un museo se encuentra instalado en un edificio como éste, necesita un doble mantenimiento: de su contenido y deI inmueble. EI mantenimiento que requiere este último es muy costoso. Simplemente Ia restauración de un muro, o el mantenimiento de una bóveda correctamente impermeabilizada cuesta mucho dinero. Afortunadamente, hemos contado con el apoyo deI Instituto Nacional de Antropología e Historia; deI año y siete meses que tengo yo al frente deI museo, puedo decirte que no hemos suspendido en ningún momento el mantenimiento deI inmueble.
F.S. Otros apoyos, los que provienen de Ia sociedad civil, son también muy importantes. ¿De qué manera participa en este museo Ia comunidad?
C.C. Con mucha satisfacción te comento que hemos contado con un apoyo bastante amplio y muy generoso por parte de Ia sociedad civil. Tú sabes que en este museo se encuentra el mural de Ia conquista y revolución de Diego Rivera, uno de los testimonios pictóricos más importantes de nuestro país. EI interés por mantener este mural en óptimas condiciones nos condujo a convocar a los miembros de Ia sociedad civil–en el mes de junio deI año pasado– y propusimos su restauración. EI presupuesto era un poco ambicioso, pero en hora y media, durante Ia ceremonia en donde se presentaron muy profesionalmente Ias posibilidades que había para conservar este mural, logramos el patrocinio de su restauración. La respuesta de Ia sociedad civil fue tan grande, que casi inmediatamente el Centro Nacional de Conservación deI Instituto Nacional de Bellas Artes ínició Ia restauración. Pienso que en dos o tres meses podremos entregar a Ia comunidad el mural totalmente restaurado.
F.S. iÉsta es una noticia extraordinaria!, porque me parece que va de la mano con una pregunta que todos nos hacemos en este momento, cuando el Museo Cuauhnáhuac, en este año, cumple dos décadas. ¿Consideras que la propuesta museográfica, la creación del museo y su discurso, es válida todavía a 20 años?
C.C. Sí, definitivamente, su guión museográfico sigue siendo vigente. A mí me gustaría, como museo vivo, incorporar Ia tecnología actual a Ia museología de vanguardia, porque pienso que al hacerIo se permitiría al visitante una autoeducación al realizar el recorrido por el museo. Ha sido un poco difícil llevar a cabo este proyecto, pero definitivamente, hoy por hoy, el guión museográfico del museo sigue siendo vigente. En primer lugar porque cuando las piezas arqueológicas están correctamente catalogadas por periodos establecidos, lo único que se necesita hacer es actualizar el guión. Uno de los proyectos más duros con el que nos estamos enfrentando es justamente la elaboración del cedulario, pues la información era insuficiente para que el visitante lograra identificar los periodos y las regiones arqueológicas. Menos información había sobre las piezas, y actualmente estamos trabajando apoyados por un grupo de investigadores deI Centro INAH Morelos. En cuanto a Ia información para los visitantes, Ias salas se encuentran ya bastante avanzadas, se ha hecho una revisión deI guión museográfico y se realizará un reacomodo de piezas. Pero en ningún momento hemos pensado cambiar su contenido; simplemente, como un lugar generador y creador de cultura, queremos volverlo congruente: que lo que se está viendo corresponda con Ia época y el acontecimiento respectivos.
F.S. Cuando hablas de nuevos sistemas de información en el museo, tecnología novedosa, ¿a qué te refieres en particular y qué posibilidad real ves de iniciar este cambio en el museo?
C.C. AI mencionar Ia tecnoIogía actual me refiero a pizarrones eIectrónicos, a un espectáculo multimedia, para ofrecerIe aI visitante una recopilación a través de un audiovisual que Ie permita fácilmente ubicarse en el tiempo y eI Iugar cuando visita el museo. La tecnoIogía actual convierte Ia visita en una autoeducación. Por ejempIo, un pizarrón eIectrónico muestra visualmente que mientras sucedía determinado hecho histórico –en tal sala que él está visitando- en otras partes deI mundo había otros acontecimientos. Estamos habIando de una cronoIogía comparada.
F.S. ¿Y es factible que, en un momento dado, pueda introducirse esta tecnología en el museo?
C.C. Es factibIe en el sentido de que estamos justamente tratando de motivar a Ia sociedad civil -a través de Ias asociaciones de amigos de museos- para que pueda darse el patrocinio de algún espectáculo multimedia, o de un audio visual que pudiera ver el visitante antes de iniciar su recorrido.
F.S. Y ya que nos referimos a los visitantes, ¿cuál ha sido tu problemática con respecto a ellos, y cómo Ia has resuelto, especialmente los ninos que vienen de Ias escuelas, los grupos, etcétera?
C.C. Ese punto fue uno de los retos que me propuse cuando inicié Ia dirección: no sólo darle al museo Ia dignidad que le corresponde como máximo recinto cultural deI estado, sino propiciar eI incremento de visitantes, específicamente de Morelos. Que los morelenses se sintieran orgullosos de su museo, que se acostumbraran a visitarlo, que el museo tuviera una propuesta «cultural» lo suficientemente interesante para atraer al visitante. Pensamos que Ia mejor forma era hacer una difusión cultural muy fuerte, con mucho movimiento, como se hizo: gran número de exposiciones, cursos de arte, ciclos de cine, de conferencias. EI museo tiene que hacer una propuesta interesante y atractiva tanto para un niño como para un experto. Con respecto a Ias escuelas quiero decirte con mucha satisfacción que incrementamos en un número grandísimo Ias visitas guiadas de niños. Hoy por hoy es extraño el día que no tenemos este tipo de visitas. Atraer al visitante es un reto que deben plantearse todos los museos; pienso que Ia única forma de resolverlo es tener una propuesta cultural realmente interesante y atrayente para el visitante.
F.S. ¿Cuántos niños calculas que visitan tu museo por semana o por mes?
C.C. Aproximadamente de 900 a 1 000 niños semanalmente, cifra que tal vez no es muy interesante comparada con Ia de museos muy grandes o museos nacionales, pero en este caso sí Ia considero importante porque Ia población infantil deI museo era muy baja, al igual que Ia de visitantes en general. Te vuelvo a decir que se ha incrementado en mucho el número de visitantes, y pensamos seguir haciéndolo. Ahora, en el verano, tenemos un proyecto de conferencias y pláticas, de cine club para niños, para fomentarIes el hábito de venir al museo y que reconozcan este lugar como un sitio donde pueden aprender cosas interesantes.
F.S. Una pregunta que creo podría resumir Ia entrevista: ¿qué perspectiva le ves a tu museo para Ia próxima centuria, tomando en cuenta que es el centro cultural más importante generador de Ia historia de Ia ciudad de Cuemavaca y del estado de Morelos?
C.C. Un museo debe estar vivo, ser didáctico, y definir muy bien su vocación para lograr Ia solidez de su difusión. Si hablamos de solidez en su difusión estamos hablando de espectáculos Io suficientemente atractivos para que el visitante venga, de ciclos en donde Ia gente aprenda, de actividades pedagógicas que satisfagan Ias inquietudes intelectuales de Ios jóvenes y Ia «curiosidad» de Ios niños. En eso estamos trabajando mucho, y hemos planteado un programa cultural muy ambicioso que abarca no sólo exposiciones como Ias hemos tenido, muy variadas y numerosas- sino que incluya películas culturales, cine etnográfico, conferencias. Cuidar Ia estructura de un museo es una cuestión importantísima porque pienso que el museo como institución no son solamente los objetos que vamos a poner en una sala. Es un concepto, es una colección, son los servicios que brinda. En realidad, es un equipo de personas lo que hace Ia estructura de un museo; si a ésta le damos solidez a través de su difusión y de Ia claridad en sus objetivos, opino que Ias perspectivas tendrán que ser muy favorables.
F.S. Por último, ¿hay algo que quieras agregar a Ia entrevista, alguna inquietud en particular con respecto a tu museo?
C.C. Una inquietud que tenemos es dar una capacitación mayor a nuestros custodios para que en un momento dado puedan ser ellos quienes resuelvan Ias dudas deI visitante frente a una sala, algún objeto, alguna pieza. Me gustaría mucho que Ia capacitación que estamos dando a nuestros custodios hiciera de ellos personas autorizadas, en el aspecto cultural, para dar un juicio, o contestar una pregunta que satisfaga Ia inquietud deI visitante.
F.S. Esto lo has hecho de una manera sistemática, pues tienes cursos de capacitación.
C.C. Sí. La capacitación ha sido sistemática. Como se trata de un museo histórico-arqueológico, hemos pedido a investigadores, historiadores y arqueólogos que vengan continuamente a dar pláticas a nuestros custodios. Estos cursos se llevan a cabo por Ias tardes, cuando está cerrado el museo, y se hacen en una forma muy didáctica porque tienen lugar en Ia sala frente a los objetos, frente a los diferentes periodos si se trata de arqueología o de historia, y pienso que esta forma es Ia ideal para que nuestros custodios asimilen fácilmente los conocimientos que se les imparten.
F.S. En torno a los visitantes, ¿has notado que efectivamente ha habido una respuesta positiva?
C.C. Sí, Ia hemos notado y concretamente, pues tenemos un libro de comentarios en donde el visitante plasma sus inquietudes y su impresión de Ia visita. Con mucha satisfacción te digo que Ia forma como ellos se expresan de su recorrido, de Ia manera en que fueron tratados por un custodio o un miembro deI personal de este museo, siempre es muy favorable. En muchas ocasiones hemos tenido comentarios acerca de que Ies llama Ia atención que, aun ante Ia ausencia de cédulas, eI personal deI museo y Ios custodios satisfacen sus inquietudes con información correcta. Estamos trabajando muchísimo para concluir nuestro cedulario. Además estamos preparando una miniguía para ponerla a disposición deI público y desde Iuego pensamos ya en Ia edición de una guía para eI museo en Ia que aparezcan Ios aspectos que hemos mencionado durante Ia entrevista.
Fuente: México en el Tiempo No. 2 agostro-septiembre 1994
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