Museos de Michoacán, custodios de nuestra herencia - México Desconocido
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Arte y Artesanías

Museos de Michoacán, custodios de nuestra herencia

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Michoacán es un estado con historia y un caudal cultural impresionantes. Por lo mismo, a inicios de la vida republicana, surge la necesidad de contar con espacios que resguardaran y mostraran esas riquezas.

Entre los impulsores para formar un museo destaca, allá por 1853, Melchor Ocampo quien cediera sus colecciones de historia natural y un lote selecto de libros sobre el mismo tema. Por fin, en 1886 se fundó el Museo Michoacano en el colegio de San Nicolás y desde 1915, se aloja en una señorial residencia deleite para los amantes de la arquitectura colonial.

La casa de Morelos, de añeja tradición y plena de intensas evocaciones de su dueño y constructor, funcionó de manera informal hasta 1910 cuando el Gobierno Federal la adquirió para destinarla, año después, a museo público. En esta casa, que guarda su aspecto original, las piedras no oyen, como en la obra de Juan Ruiz de Alarcón, sino que hablan y transmiten el pensamiento del Siervo de la Nación.

Ya en la tercera década del casi extinto siglo, se creó el Museo de Arte e Industrias Populares en Pátzcuaro que conserva y muestra verdaderas joyas salidas de manos artesanas.

La segunda mitad del siglo XX resultó pródiga en este aspecto. Por citar algunos: en Morelia están el Museo del Estado que, alojado en dos casonas del siglo XVIII ofrece una visión del pasado y presente michoacanos con sus contrastes regionales; la Casa Natal de Morelos y la Sala Ocampo, de singular atractivo. Para el goce estético se encuentran el Museo de Arte Colonial y el de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce; y para los afectos al arte popular, el de Artesanías y el de la Máscara.

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Las colecciones de Historia Natural que tuvo el Museo Michoacano en sus inicios, luego de deambular por diversos lugares, fueron rescatadas para formar al actual Museo de Historia Natural. Su visita empuja a conocer el de Geología y Mineralogía, y el Orquidario de Morelia.

De camino a Pátzcuaro, vale la pena conocer el Museo Agrarista de Tzurumútaro y el de sitio de la zona arqueológica de Tzintzuntzan. A pocos minutos de la ciudad del lago, está el del Cobre en Santa Clara y ya rumbo a tierras más cálidas, el Museo del Primer Supremo Tribunal de Justicia en Ario de Rosales, situado en la misma casa donde los insurgentes instalaron el Poder Judicial, y el museo comunitario de Tacámbaro.

Camino a Uruapan, Tingambato cuenta con su museo y en la Perla de Cupatitzio hay que conocer el llamado Eduardo Ruiz.

Siguiendo a la región del Tepalcatepec, en Nueva Italia hay uno comunitario; otros del mismo tipo se encuentran en Apatzingán. En la costa, en el municipio de Aquila, la población de Cololá ha integrado otro más.

En la zona del Balsas, Carácuaro posee un espacio museográfico con temática que rememora a Morelos. Por la ruta que va a Salvatierra, Guanajuato, en el ex convento de Cuitzeo hay salas que exponen objetos diversos, y en Tlalpujahua, ya en el oriente, está la Casa de los Hermanos Rayón.

Como el lector podrá constatar, ciudades como Morelia y Pátzcuaro son en sí mismas museos dinámicos y vivientes. Pero es Michoacán en su totalidad, el que ofrece en los espacios destinados expresamente a mostrar nuestro hábitat y nuestra cultura un sinfín de acontecimientos y sorpresas agradables.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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