Oxkintok, la ciudad maya más antigua y misteriosa de Yucatán
Descubre Oxkintok, una de las maravillas arquitectónicas y culturales del mundo maya.
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Se cree que Oxkintok es el asentamiento maya más antiguo de la ruta Puuc y que fue la zona con mayor tiempo de ocupación en la historia de la Cultura Maya. Dominado por 3 grandes casas y con una arquitectura única, Oxkintok abarca varios kilómetros cuadrados a la redonda.
En Yucatán, cerca del poblado de Maxcanú se encuentra la mítica Oxkintok, el asentamiento maya más antiguo del que se tenga registro, perteneciente a la ruta Puuc.
Con una arquitectura fascinante a la que tienes oportunidad de acceder, la zona arqueológica conocida como Oxkintok encierra aún infinidad de misterios de la cultura maya en sus días de gloria y más; pues de acuerdo a las últimas investigaciones, esta milenaria ciudad maya fue una gran capital, centro de un importante intercambio cultural y comercial, antes del poderoso surgimiento de Uxmal.
Conocida también como Maxacan, Oxkintok fue una ciudad devota a Chaac, dios maya de la lluvia y el rayo. Además, es una de las 3 ciudades mayas conocidas hasta ahora que poseen un Tza tun tzat (lugar para perderse o perdedero), una especie de laberinto maya muy raro de encontrar y que posee un significado casi sobrenatural.
Conoce más acerca de Oxkintok, las 3 poderosas familias que mandaron en sus mejores días, la devoción de su pueblo; qué pasó con su gloria y lo que alberga en su interior el misterioso laberinto maya.
Oxkintok, los secretos de la ciudad maya más antigua de Yucatán
En Yucatán, en la carretera que va de la ciudad de Mérida rumbo a Uxmal, existe una desviación poco antes de llegar al poblado de Maxcanú, la cual lleva a una de las ciudades maya más antiguas y espectaculares que existen en la península, se trata de Oxkintok, La Piedra de los Tres Soles.
Es muy posible que Oxkintok fuera un importante punto de encuentro cultural y comercial para el mundo maya; el estudio de sus jeroglíficos más antiguos arrojaron actividad en el sitio cerca del año 475 después de Cristo; sin embargo, se sabe que fue habitada desde el periodo preclásico superior (300 a.C – 300 d.C) hasta el postclásico tardío (1250 d.C – 1500 d.C).
Oxkintok es una de las zonas maya más ricas en cuanto al reflejo de la cultura que alguna vez habitó entre sus muros; pues estos parecen tener vida propia con sus formas humanas y lo imponente de sus pirámides.
En esta mítica ciudad puedes acceder a las alturas de sus estructuras y si tienes suerte, tal vez logres ver a lo lejos, lo mucho que aún falta por descubrir de Oxkintok, pues actualmente se encuentra bajo los cuidados del INAH y del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (PROMEZA).
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¿Qué significa Oxkintok?
Existen varias propuestas de lo que podría significar el nombre de Oxkintok, el cual está compuesto por 3 palabras:
Óox: Tres
K’iin: Sol
Took’: Piedra o pedernal
Entre las interpretaciones más utilizadas y aceptadas se encuentran Tres Días Pedernal, Tres Soles Cortantes o La Piedra de los Tres Soles.
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Los 3 soles de Oxkintok
Lo que se conoce hasta ahora del asentamiento maya de Oxkintok, se dividen en 3 grandes secciones: Ah Dzib, Ah Canul y Ah May. Dzib, Canul y May son los nombres de los linajes maya que probablemente eran líderes de cada sección. En este caso, el prefijo “Ah” significa “Los encargados” o “Los que se ocupan de…” y sirve también para delimitar la zona que estaba bajo la responsabilidad de cada familia.
La sección perteneciente al grupo Ah Dzib está conformada por una planta cuadrangular, con 4 plazas distribuídas en 3 niveles. Cada una tiene su propia escalinata de acceso, orientada de norte a sur, de las cuales una presenta jeroglíficos. En la esquina noroeste hay un juego de pelota y a un lado se encuentra un basamento circular que se piensa fue un baño de vapor. Del lado sur en la plaza sureste, está el palacio dedicado a Chaac y al sur de la plaza suroeste, una gran pirámide.
El grupo Ah May se encuentra sobre una enorme plataforma distribuida en 4 plazas, con acceso por el costado sur. En su plaza principal hay una pirámide escalonada, estructuras con forma de bóvedas, plataformas que fueron hogares y varios altares que se distribuyen por las 4 plazas. La plaza sur tiene un edificio conformado por 3 cuerpos de esquinas redondeadas, que cuentan con escalinata de acceso en el lado norte, se cree que en su momento, pasó por varias remodelaciones y subestructuras. En la plaza suroeste existe al menos, una decena de unidades habitacionales mayas.
La sección que pertenece a la dinastía Ah Canul se comunica con los templos centrales de Oxkintok por medio de 3 sacbés (Caminos blancos). Está conformada por 25 construcciones que se distribuyen en 5 plazas principales. Entre sus secciones destacan el Palacio de la Serie Inicial (Estructura CA-6); el Palacio de la Serie Lunar (Estructura CA-5) y el llamado Palacio del Diablo Ch’ich.
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La leyenda del Tza Tun Tzat, el laberinto maya de Oxkintok
En las culturas de México, sobre todo en la cultura maya, la oscuridad juega un papel importante en la vida de la humanidad. Oxkintok, al ser una de las más antiguas ciudades maya, no es la excepción. En el sector occidental del núcleo central de Oxkintok, se encuentra el Tza tun tzat, el laberinto maya. El nombre Tza tun tzat significa “lugar para perderse” o “perdedero”. Tiene una forma rectangular y en su interior se pueden observar pasadizos con forma de bóveda, distribuídos de forma laberíntica.
Se cree que el Tza tun tzat de Oxkintok se ilumina por dentro durante los equinoccios de entre el 19 y 21 de marzo; así como entre el 21 y 24 de septiembre. Tiene unas medidas de 20 metros de largo por 10 de ancho y un máximo de 7 metros de altura.
La construcción del Tza tun tzat (laberinto maya) consta de 3 niveles superpuestos que solo pueden apreciarse desde la fachada oeste del mismo; zona en la que se encuentra el único acceso al interior. Por dentro, el misterioso lugar contiene 16 cuartos distribuidos en los 2 primeros niveles, que se comunican entre sí por medio de estrechos y largos pasillos, a su vez que se cruzan en tu camino pequeñas entradas y escaleras que se conectan a los diferentes niveles del laberinto. Después de sumergirte en la oscuridad y enfrentarse con algunos pasadizos sin salida; te espera una torreta que marca el final del laberinto, justo en el 3er nivel…si puedes llegar a él.
El mito del laberinto maya de oxkintok
Se cree que el Tza tun tzat o laberinto maya de Oxkintok representa los 3 niveles de la realidad en el que creía la Cultura Maya; El inframundo (9 regiones), la tierra y el supramundo (13 cielos). Es muy probable que su función haya sido meramente ritualística; pues el lugar está diseñado específicamente para perderse, por lo que encontrar la salida es el objetivo final del mismo.
¿Para qué? Pudo haber sido un ritual para preparar a los próximos gobernantes o a todo aquél que busca encontrar ese algo que necesita en su vida. Como se mencionó antes, la oscuridad era una parte importante en el desarrollo de la mente, cuerpo y alma para las culturas originarias de México; el laberinto maya pudo haber sido una metáfora viviente de esa búsqueda interior y recorrerlo era toda una experiencia para quienes eran elegidos o se aventuraban por su propia cuenta al interior del recinto; decididos a perderse para siempre entre las sombras, con el fin de encontrarse a sí mismos. El mito del Tza tun tzat no está escrito en ningún lugar conocido por la arqueología, pero vive gracias a la tradición oral del pueblo maya de Yucatán. Aquí la leyenda del laberinto maya:
Dicen que Oxkintok fue fundada por 3 razas de hombres: Gigantes, enanos y medianos. Se dice que vinieron de oriente por un camino secreto, por debajo del agua y de la tierra. Una vez en el lugar, surgieron a la superficie al mismo tiempo que el sol, ahí se instalaron y multiplicaron.
Pensaron entonces en hacer edificios y construyeron el primero sobre el agujero del camino secreto, llamado Tza tzun tzat. Desde ese momento, los más grandes sacerdotes de las 3 razas de hombres, se convirtieron en sabios magos que conocían toda la ciencia. Entonces, comenzaron a adorar a uno de los sacerdotes que regía y representaba al pueblo, cosa que no le gustó a los gigantes, quienes ejercían una indeseable tiranía. La maldad de los gigantes llegó a su punto máximo cuando hicieron aparecer al Itzam Cab Ain, un “monstruo” que llevaron a las profundidades del Tza tzun tzat.
Los gigantes alimentaban a esta bestia con seres humanos que eran capturados por las noches, obra de un brujo y un grupo de guerreros. Las personas del pueblo no soportaron tal atrocidad, y juntos sacerdotes, pobladores y guerreros acabaron con los gigantes en una noche, sin dejar descendencia alguna.
Se cuenta que entonces, uno de los enanos fue ascendido al más alto rango político y en sus días de cacique, una vez consumado como un gran brujo, se atrevió a entrar al Tza tzun tzat, en donde encontró 3 sillones de oro y una mesa, bajo la que se encontraba el monstruo. Encima había un libro que tomó y estudió cuidadosamente, entonces los enanos también se corrompieron con este poder y el pueblo se encargó de darle fin a su linaje.
Los siguientes en gobernar fueron los medianos, quienes crearon una escuela para todos y mandaron levantar una gran pirámide sobre el cerro para ir a orar, jugaban a la pelota, adoraban al sol y la luna; eran tiempos de paz y armonía. Entonces, un malvado traidor se alzó contra los sacerdotes y muchos murieron, en un largo tiempo de agitación social, calamidades naturales y enfermedad.
Uno de los más ancianos sacerdotes aconsejó sabiamente a los más jóvenes que abandonaran la ciudad y muchos lo escucharon, huyendo. En esos tiempos turbulentos, un humilde joven llamado Cha’an Tsin tuvo la idea de ir a la pirámide del cerro a curiosear y ver el agujero por el que sale el aire. Su sorpresa fue grande cuando se percató de que la cima de la pirámide ardía en fuego y una voz le invitaba a quitarse el calzado para pisar la tierra sagrada de los Dioses.
Asustado, Cha’an Tsin comenzó a bajar el cerro y una voz le dijo “Yo te transmito el poder de los dioses para que vayas al Tza tzun tzat y mates al monstruo. Escucha bien, toma nueve trozos de caña, tres bejucos largos y un retoño de Chacá, saca la punta primero. Y guarda silencio, porque si le hablas a alguien de esto, morirás”.
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A la mañana siguiente y con la bendición de los Dioses Maya, Cha’an Tsin se dirigió al laberinto con mucha seguridad en sí mismo. Entró solo, sin miedo a sumergirse en la total oscuridad, cuando de repente notó que podía ver a la perfección en ella. Al mirar sus ropas, descubrió que estaba lleno de osamentas y supo que los dioses estaban de su lado.
Llegó a la orilla de una corriente de agua que atravesaba el camino, donde no temió a las muchas serpientes que se encontró y que ahuyentó con ayuda de los bejucos. A un lado pudo ver la entrada a otra gruta, abierta como las fauces del monstruo que debía derrotar. Todo era blanco, al fondo dentro de un círculo de llamas se encontraba una mesa, 3 sillones de oro pulido y 3 libros de ciencias ocultas que antes habían sido estudiados por los brujos.
Debajo de la mesa se encontraba enroscado el Itzam Cab Ain, que salió furioso y decidido a enfrentar al intruso, abriendo las mandíbulas para comérselo. Cha’an Tsin echó rápidamente las flores en las fauces de la bestia y clavó su lanza en el cuello del monstruo, que cayó muerto. El valiente joven tomó los 3 libros y convirtió en piedra al animal, la mesa y los sillones. Al salir del laberinto maya tapó la entrada, para que nadie corriera peligro aventurandose en los oscuros pasadizos.
«Algunos símbolos en el mito del origen del mundo en Oxkintok» de Miguel Rivera Dorado para la Revista Española de Antropología Americana (2003).
En el México prehispánico, los caimanes, cocodrilos y lagartos eran el símbolo de la tierra para muchas de las culturas originarias, pues según sus mitos sobre la creación del universo; antes de verse como la conocemos, la superficie terrestre no era otra cosa que un caimán gigante.
El Itzam Cab Ain en la historia pudo haber sido la representación de la tierra; pues existe la teoría de que el Tza tzun tzat es un reflejo de cómo se construye el cosmos, según la Cultura Maya.
Con una arquitectura única que abarca un máximo de 3 kilómetros (descubiertos hasta ahora); la zona arqueológica de Oxkintok es un misterio del Mayab esperando a que te aventures entre sus calles y ¿Por qué no? Dentro de los pasadizos de su laberinto, pues entre sus muros podrías ser el próximo en encontrar el gran poder que ahí descansa o si no eres digno, una bestia que te espera con las fauces abiertas.
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