Paisajes de invierno: la Sierra Gorda nevada

Desde niño, “el mal tiempo” me ha cautivado. Cuando las nubes crecen robustas y se desata una tormenta con truenos y centellas, o los frentes fríos llegan del norte y las temperaturas bajan, es momento de salir a los picos más altos y capturar bellísimos paisajes de invierno. Como fotógrafo, se ha convertido en una obsesión estar “a la caza” de estos momentos. Si se trata de heladas, la atmósfera despejada, seca y fría con los árboles repletos de escarcha ofrece paisajes efímeros, con el hielo dando un aire distinto a lugares que bien conozco.

Siempre he preferido los paisajes de invierno

Las nevadas transforman aún más la paleta de colores, cobijando con un manto blanco y silencioso, doblegando viejos robles, pinos y abetos, redondeando sus formas y recordándoles su linaje norteño, controlando plagas y dando significado al invierno. El frío activa la circulación y los sentidos, también te hace sentir más vivo. Es entonces que la vida en el bosque cobra otro sentido y realidad, pues los sonidos se amortiguan. Con el inminente cambio climático heladas y nevadas se han tornado en fenómenos cada vez más escasos, alterando la dinámica y los patrones de ecosistemas enteros. Esperemos que cada año sigan estando presentes en los bosques mexicanos y podamos disfrutar de los hermosos paisajes de invierno.

La Sierra Gorda alberga poblaciones ancestrales de coníferas, habituadas a heladas intensas y nevadas periódicas. En enero de 2010 se presentó una que dejó unas 10 pulgadas de nieve. En la de marzo de 2016, cayó una cantidad similar. Así fue como se lograron las siguientes imágenes, perfectas para una postal de paisajes de invierno.

Roberto Pedraza