Papantla, un pueblo con olor a vainilla
Ubicada al norte de Veracruz, en la región del Totonacapan (donde predomina el olor a vainilla), esta población te conquistará con sus centenarias tradiciones entre las que destaca la Danza del Volador.
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Papantla: La población que huele a vainilla
Ubicado al norte del estado de Veracruz, cerca de la zona arqueológica de El Tajín, se ubica este Pueblo Mágico con aroma a vainilla. Papantla -que significa “la ciudad de los pájaros ruidosos”- es precisamente famosa por ser el origen del singular ritual de los hombres voladores que se realiza desde hace un milenio para invocar la fertilidad de la tierra, mismo que es considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Los campos de los alrededores son colinas de verdes intensos que dan lugar a paisajes excepcionales, entre los ríos Cazones y Tecolutla. El trazo de las calles de este poblado de clima cálido es irregular, dejando tranquilos rincones rodeados por casas con techos de tejas.
También hay una que otra mansión colonial que perdura aún con sus portones, zaguanes y patios llamados asoleaderos, donde tradicionalmente la vainilla se ponía a secar al sol. Hoy Papantla recibe a sus visitantes haciendo gala de sus tradiciones de pasado totonaca, donde los atrevidos voladores y el dulce sabor a vainilla son los protagonistas.
Conoce más
El ritual de los Voladores de Papantla antiguamente iniciaba con ir a buscar el palo que debía medir 17 metros. Antes de cortarlo, los participantes ejecutaban una danza pidiendo perdón al rey del monte. En el zoclo donde se colocaría el palo se ponía una ofrenda de tabaco, aguardiente y una gallina negra.
Actualmente solo se lleva a cabo la parte del ritual donde los danzantes suben al palo y saltan, dando cada uno 13 vueltas al ritmo de la flauta que representa el canto de las aves y el tambor a la voz de Dios.
De acuerdo con los especialistas, este ritual evoca el descendente camino de los rayos del sol (el ave sagrada) hacia la tierra para fecundar con su poder y calor los campos del Totonacapan. Es por ello que a los voladores también se les conoce como hombres-pájaro.
Lo típico
El principal cultivo en la zona es la vainilla, de la cual los lugareños no sólo elaboran dulces, sino figuras y artesanías derivadas de su vaina. En textiles es posible conseguir vestimentas típicas de los danzantes, quienes también son representados en figuras de barro y cerámica vidriada.
Otros materiales usados son la palma para la fabricación de cestos, sandalias, abanicos y sombreros; de la madera, se elaboran flautas y tamborcillos que llevan carrizo y piel de ardilla. Todo esto lo puedes adquirir en el Mercado Hidalgo.
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Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
La construcción religiosa más importante de este pueblo -contigua a la plaza donde se realiza el ritual de los voladores- es esta parroquia típicamente franciscana. Fue edificada en el año de 1700 sobre una colina de escasa altura, y de ella destaca el detalle de las cenefas de madera decoradas con motivos de las plantas de vainilla y el símbolo de Nahui-Olín, el quinto sol de la cosmogonía náhuatl.
A un costado de la iglesia, cubriendo las paredes laterales de la plataforma sobre la que se levanta, el artista Teodoro Cano creó el Mural Escultórico de la Cultura Totonaca, en el que se representa la historia del antiguo pueblo totonaca y su evolución, enmarcadas por una enorme serpiente emplumada.
Detrás de la parroquia se ubica el Cerro del Campanario, donde se yergue el Monumento al Volador. Desde este paraje se obtiene una de las mejores vistas de la ciudad.
Museos y templos
Otros de los edificios de interés de Papantla son la Capilla de Cristo Rey, construida a mediados del siglo pasado, y que es una pequeña copia de la catedral de Notre Dame en París; el Museo de la Ciudad; y el Museo Teodoro Cano, donde se exhiben colecciones de piezas prehispánicas de barro, pinturas y otras obras del maestro Cano y de estudiantes del taller de Papantla. Además, no dejes de visitar el Museo de las Máscaras, el del Totonacapan y la Casa de la Cultura.
La danza de los Voladores
En lo alto de un palo, el caporal toca un tambor y una flauta para invocar a los elementos generadores de vida, a los puntos cardinales, así como a la unión cósmica del Sol y la Tierra. Entonces los cuatro voladores saltan al vacío bocabajo, sujetados por la cintura, y descienden en forma circular para pedir fertilidad a los dioses.
El Tajín
A 10 km de Papantla está la llamada Ciudad del Dios del Trueno, uno de los centros político-religiosos más importantes de Mesoamérica, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por su arquitectura. Su edificio más conocido es la Pirámide de los Nichos, que ha dado lugar a numerosas interpretaciones de su cosmovisión. También son destacables sus 17 juegos de pelota y las pinturas murales que aún son visibles en algunas construcciones.
Parque Temático Takilhsukut
A dos kilómetros de la zona arqueológica se localiza este espacio donde se alberga el Centro de Artes Indígenas, que se creó con la intención de proporcionar a los artesanos de los diferentes pueblos del estado las condiciones favorables para desarrollar su oficio. Aquí también se puede aprender totonaca y conocer el proceso de hilado del algodón. En 2012 la UNESCO le dio el título de Patrimonio Inmaterial.
Costa Esmeralda
Entre el pueblo de Nautla y el río Tecoluta se extiende una franja costera con aguas color esmeralda. Su oleaje tranquilo y fina arena la convierten en un paraje ideal para disfrutar y relajarse. Además de las playas, ofrece una extensa zona de manglares conocida como Ciénega del Fuerte, donde se puede practicar el kayak y paseos en lancha. En esta zona hay agradables hoteles y spas.
Papantla fue fundada hacia el año 1200 por indígenas de Tuzapan, herederos de los olmecas, quienes llegaron a dominar la extensa región donde floreció la cultura totonaca, creadora de la imponente ciudad de El Tajín. Al llegar los españoles, la bautizaron como Papantla de Santa María de la Asunción y hoy se llama Papantla de Olarte, en honor al insurgente Serafín Olarte, nacido en esta localidad.