Parral. El ganador de las 10 Maravillas Gastronómicas de México - México Desconocido
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Parral. El ganador de las 10 Maravillas Gastronómicas de México

Nuevo León
Parral. El ganador de las 10 Maravillas Gastronómicas de México fifu

Más que un pretexto para probar sus ya famosísimos dulces de leche, un paseo por esta ciudad norteña es la oportunidad de quedarse con un sabor de boca al brillante pasado que se paladea en cada rincón.

El Campus Central de Ciudad Universitaria fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad, el 29 de junio de 2007. Conoce un poco más sobre esta magnífico espacio sede la de la “máxima casa de estudios”. 

Después de que por una aplastante mayoría ganaron sus dulces, tomamos el avión para el norte. Llegamos a la ciudad de Chihuahua e inmediatamente tomamos el autobús a Parral, que está a casi tres horas. De camino íbamos pensando todo lo que esta ciudad ha pasado y nos dio gusto que aún fueran sus habitantes tan unidos y tan orgullosos de sus cosas… su gastronomía y su historia labrada con letras de plata.

A ojo de buen cubero

No tardamos mucho en hacer una buena ruta gastronómica. Encontramos varios lugares interesantes donde probar las delicias norteñas. Por orden de aparición en nuestro camino, y en nuestros antojos, nos zambullimos en pleno centro, nuestro olfato, como un buen conocedor de exquisiteces, nos llevó hasta el puesto de Chilo Méndez, el experto en burritos de toda la región, a un costado de la Plaza Principal. Son los auténticos, rellenos de carne y con una deliciosa salsa. ¡Nada que ver con aquellos que venden nuestros vecinos del norte! Por supuesto, dejamos espacio para continuar con el famoso cabrito. No podíamos saltárnoslo. Nos recomendaron el restaurante Los Pinos, toda una tradición en la materia. La carne era jugosa y el término de cocción perfecto. Todo acompañado con tortillas recién salidas del comal, de esas grandes que acostumbran en todo el norte del país. Muchos viajeros se rehúsan a salir de esta tierra sin probar los cortes de carne. Chihuahua comparte crédito con varios estados en tener los más apetitosos. Después de dar una vuelta por la ciudad, ya hambrientos, aunque no lo crea, fuimos directo al restaurante La Fogata. El ambiente era cálido y el servicio de lo mejor, y por supuesto, el sabor y textura de los cortes no nos decepcionaron, al contrario. Aunque parezca descabellado, después de tanta comida, en la noche ya queríamos probar otra especialidad. Nuestros anfitriones de la Dirección de Turismo de Parral nos recomendaron los Tacos Che, a un costado del Mercado Hidalgo. Nos percatamos que son muy populares, pero la atención es buena y en un momento ya estábamos disfrutando el sabor de unos de bistecs con generosa cantidad de cebolla guisada y salsas variadas. Después nos fuimos a vivir un poco de la vida nocturna y entramos a la discoteca J. Quissime. Tiene un ambiente muy especial, ya que además de bailar y tomar la copa, es posible cenar. Asombrados vimos que hasta en los antros sirven buena carne, lo que nos confirmaba que los parralenses no se andan por las ramas en cuanto a gozar de los productos que tienen a la mano. Vimos que hay unos grandes molcajetes bien servidos con filetillo, rajas, queso asadero y nopales. Aunque ya no podíamos comer más, les confesamos que se nos hizo agua la boca de sólo ver a nuestros vecinos de mesa hacerse sus buenos tacos.

Esa noche ya no llegamos al postre, pero queríamos dejarlo  para  un momento especial  y así fue. Al día siguiente continuamos con nuestro recorrido turístico por esta bella ciudad y uno de nuestros anfitriones nos abrió las puertas de su hogar para comer. No hay nada mejor que compartir la mesa de alguien cuando se quiere conocer el sazón regional. Así que estábamos felices por la invitación. Entre los aperitivos ayudamos a poner la mesa, mientras platicábamos sobre la historia de la ciudad. No nos cansábamos del tema. La señora de la casa, excelente anfitriona, nos sirvió caldo norteño y chile con queso acompañados de tortillas de harina. En ambos platillos se utiliza la chilaca, con muy buen sabor. Era el momento ya del postre. Doña Beatriz salió de la cocina con una hermosa canasta llena de diferentes dulces de leche, que habíamos comprado ya en la mañana en La Gota de miel y en La Cocada, ambas en el centro. Por supuesto, fue recibida con un aplauso, ya que eran los dulces el motivo principal de nuestra visita. Eran los ganadores, la receta considerada por muchos mexicanos, como la mejor de la gastronomía nacional. Además la historia cuenta que estando ahí Alexander von Humboldt (1769-1859), probó en una casa solariega, al llegar a los postres, los dulces de leche y nuez y sorprendido por el sabor, les dijo a sus anfitriones: “Son los mejores dulces que he probado en mi vida”. El tiempo le dio la razón. Tienen un finísimo sabor y aunque en otros lados se traten de emular, éstos son diferentes, frescos y deliciosos.

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Destellos de antaño

Durante toda esta “hazaña” gastronómica visitamos sititos muy interesantes. Cuentan las crónicas, pero sobre todo el anecdotario parralense, que Juan Rangel de Biezma, allá por el año 1629, levantó una piedra en el cerro de la Prieta y le pasó la lengua. Acto seguido exclamó: Esto es un yacimiento mineral. Ese yacimiento produjo plata durante 340 años.

Sin duda San Joseph del Parral, que recibiera después el nombre de Hidalgo del Parral, en unos cuantos años después de fundada se convirtió en la más importante ciudad del norte de México. Todo esto gracias al mineral descubierto en el cerro que corona sus calles y callejones y que fue bautizado como La Negrita por Juan Rangel de Biezma. Lo cierto es que la mina produjo suficiente plata para enviar a España el “quinto del rey” y para abrir los caminos de la colonización de tierras tan lejanas como las de Nuevo México. La capital del mundo, como la llaman los parralenses, y cabecera por muchos años de lo que fue la provincia de Nueva Vizcaya, sigue teniendo ese aire de provincia donde se acomoda la anécdota y las tertulias interminables de quienes nunca encuentran la ocasión para marcharse.

Es precisamente ese aire de provincia que le viene de lejos ganado a pulso por gambusinos emprendedores, mineros esforzados y ganaderos de viejo cuño, lo que hace de Parral un lugar atractivo para turistas interesados en coleccionar historias. Basta saber que La Negrita, llamada después La Prieta, produjo toneladas de plata a lo largo de más de 300 años. Hoy puede visitarse la mina (que llegó a tener 22 pisos de profundidad) para conocer lo que fue su patio y algunos de los túneles  por los que se accedía al mineral.

Visitar la Casa Alvarado, es interesante, ya que su dueño estableció ahí su casa y la administración de la mina conocida como La Palmilla. Un buen día este señor escribió a don Porfirio Díaz ofreciéndole los recursos que se necesitaran para pagar la deuda externa de México. Una buena parte del riqueza de la familia Alvarado es precisamente el Palacio construido por el arquitecto Federico Amérigo Rouvier, quien también construyó la casa Stallforth, el hotel Hidalgo (que don Pedro Alvarado le regaló a Pancho Villa) y la casa de la familia Griensen. Este Palacio funciona hoy como centro cultural y museo, los muebles que se conservan fueron traídos directamente de Europa y los muros del patio central fueron decorados por el pintor italiano Antonio Decanini de 1946 a 1948.

También puede admirarse la fachada de la casa donde nació Elisa Griensen, una parralense ejemplar que la emprendió a tiros contra un contingente de soldados que formaba parte de las tropas que se internaron en territorio nacional para buscar a Francisco Villa, después del que el famoso general incursionó con sus Dorados más allá de la frontera y atacó la ciudad de Columbus.

Se puede aprovechar la ocasión para visitar la casa museo Francisco Villa, ubicada en el lugar desde donde antiguos enemigos de Villa respaldados por el gobierno central, esperaron durante muchos días el paso del auto del general para dispararle matándolo en compañía de sus hombres de confianza, cuando se aprestaba para salir de la ciudad con rumbo a Canutillo. Muy cerca de ahí, en la Plaza Guillermo Baca, está el hotel donde velaron a Francisco Villa. Apenas unos pasos adelante, sorprende el edificio que ocupó la casa Stallforth. Los que fueron sus dueños y Pedro Alvarado se convirtieron en benefactores de la ciudad al donar los fondos necesarios para obras de servicio público.

Ya sabíamos que Parral fue nombrada capital del mundo de la Plata por el rey Felipe IV de España, también que fue nombrada sucursal del cielo por una importante autoridad eclesiástica, ahora deberá agregarse a esos títulos que sus dulces son Maravilla gastronómica de México.

El secreto de los dulces de leche de Parral

Sabemos que los dulces tradicionales están hechos a base de leche hervida a la que se le agrega azúcar y las especies que le dan un toque distintivo, pero lo cierto es que los dulces de Parral son únicos y la receta es un secreto que se ha guardado de generación en generación. Gracias a la producción de nueces y piñones en la misma región estos dulces se acompañan generosamente de ellos y también de pasas o cacahuates.

Es tal el gusto y el orgullo por sus dulces en Hidalgo del Parral que además de los niños, siempre dispuestos a comerlos sin importar el momento ni la hora, las familias reunidas alrededor de la mesa los ofrecen como postres, y su disfrute sirve como pretexto cuando la tarde cae, el frío aprieta y el cafecito reúne a los comensales en torno a la cesta de los dulces mágicos.

Alrededores

Muy cerca de Parral puede visitarse Santa Bárbara, antiguo fundo minero, considerada la ciudad más antigua del estado; San Francisco del Oro y sobre todo Valle de Allende, famoso por la producción de duraznos, peras y nueces de calidad excepcional. Ahí es recomendable visitar la casa de Rita Soto, cronista del lugar, excelente anfitriona y distinguida chihuahuense que recibe con los brazos abiertos a los visitantes. También, siguiendo por el camino de Valle de Allende, se puede llegar a Talamantes, antiguo pueblo textil que hoy funciona como balneario aprovechando las aguas de uno de los afluentes del Conchos.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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