Paseo del Pendón: Ríos de danza y color - México Desconocido
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Paseo del Pendón: Ríos de danza y color

Guerrero
Paseo del Pendón: Ríos de danza y color fifu

Desde 1825, Ríos de color, de música y de tradición corren por las calles de Chilpancingo una vez al año, el domingo anterior a Navidad.

De varios de los 75 municipios del estado de Guerrero llegan grupos de danza para participar en este desfile que nació en el barrio de San Mateo: es el llamado Paseo del Pendón, que ha llegado a incluir a más de 1 500 participantes en cerca de cincuenta danzas, además de decenas de bandas de instrumentos de viento y carros alegóricos.

ESTANDARTES ANDANTES

La tradición del Paseo del Pendón tiene su más lejano origen en 1529, cuando el cabildo de la naciente ciudad de México dispuso que se celebrara una fiesta en honor de San Hipólito en su día –13 de agosto–, fecha en que sucumbió Tenochtitlan a manos de Hernán Cortés y del nacimiento de la capital de la Nueva España. Al mismo tiempo se ordenó que la víspera de dicha celebración se sacara de la casa de cabildo el estandarte o pendón de la ciudad de México y se llevara en solemne procesión a la iglesia de San Hipólito.

En 1825, cuando Chilpancingo pertenecía a la provincia llamada México (actuales estados de Guerrero y de México), Nicolás Bravo decretó que cada año se realizara una feria decembrina en la ciudad (quizá en recuerdo de la de México), que se anunciaría también por medio de un pendón. Desde entonces la feria de San Mateo, Navidad y Año Nuevo se siguen celebrando en Chilpancingo del 23 de diciembre al 7 de enero, y el Paseo del Pendón continúa siendo su preámbulo, ocho días antes del 24 de diciembre (en domingo siempre). Los habitantes de Chilpancingo suelen decir que si hay un pendón malo la feria va a salir mal, pero si hay un Pendón bueno la feria estará bien.

Al inicio participaban en el Paseo únicamente los tigres y los tlacololeros, y sólo en el barrio de San Mateo, donde surgió esta fiesta de la danza. Poco a poco se fueron uniendo los otros barrios, luego pueblos y regiones del estado (de Morelos, incluso, llegó la influencia de los chinelos, hace unos 28 años, cuando un maestro guerrerense que radicaba en Yautepec trajo la danza y ésta se arraigó).

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UNA MAÑANA DE ALEGRES PREPARATIVOS

Plaza de San Mateo, a las 10:30 horas. De todas las calles van llegando los participantes, entre ellos varios niños con sus trajes de tigritos y de tlacololeritos. Las bandas de música se aproximan y empiezan a tocar una tras otra.

Cada vez hay más gente y más ambiente. Organizadores, participantes, invitados, vecinos… todos ríen, gozan el inicio de su Pendón. Para las 11 de la mañana la placita de San Mateo bulle con sonajas, machetes, bandas y los giros de las danzas previas al desfile.

Se despliegan luego las mantas que anuncian el barrio o la población de cada contingente que ahora llenan los alrededores de la plaza. Los tigres por acá, los lagartos por allá, las máscaras por todas partes, y los chicotazos de los tlacololeros que no dejan de sonar.

Y entonces, por la calle que baja y une a la placita de San Mateo con la plaza central de Chilpancingo, comienza el enorme desfile: el nombre por delante y el reconocimiento de la importancia en una manta que dice “Paseo del Pendón, tradición que nos une”. Enseguida, el infaltable cohetero, y después las señoritas a caballo, que con garbo portan los estandartes del Pendón y del Ayuntamiento.

Tras los caballos viene la burrita adornada que carga sus barriles de mezcal, figura tradicional del desfile (se dice que desde 1939 el hijo de un cacique del pueblo de Petaquillas prometió como manda llevar y repartir mezcal al Paseo del Pendón, ayudado por su burrita). Detrás aparece el carro alegórico con la Señorita Flor de Noche Buena, seguida por las autoridades gubernamentales, organizadores, invitados y representantes de los cuatro barrios de Chilpancingo: San Mateo, San Antonio, San Francisco y Santa Cruz.

BANQUETE VISUAL Y AUDITIVO

Lo que sigue entonces es el sinfín de danzas, la corriente interminable de personajes de mil formas y colores, entre gritos y zapateados, entre las melodiosas notas con sabor prehispánico de las flautas de carrizo, la tambora que se da gusto marcando los ritmos de las danzas, las sonajas y las risas, la admiración y los aplausos de quienes forman la valla por toda la ciudad.

Destaca por la difusión que tiene y por su gran cantidad de ejecutantes la Danza de Tlacololeros; por sus impresionantes máscaras, los diablos de Teloloapan; por su antigüedad, la Danza de Tigres, como la de Zitlala.

En la calle Altamirano la gente ofrece a los sudorosos danzantes, además de su reconocimiento, agua fresca, fruta y el tradicional mezcalito.

Una larga cuesta anuncia la cercanía de la plaza de toros, donde culmina el Pendón con el Porrazo del Tigre, lucha de fuerte sabor prehispánico en la que cada representante de los cuatro barrios de la ciudad, enfundado en su vestimenta amarilla con manchas negras (que representa al jaguar), compite con los demás en una eliminatoria. Al son del tambor y la chirimía, los combatientes tratan de tumbarse uno al otro para inmovilizarse un instante con la espalda en el piso. Finalmente se define el combate y el público del barrio ganador vuela de sus asientos y estalla en una gritería apasionada. Aunque hay quienes dicen que las danzas no deben sacarse de sus pueblos, otros afirman que con actos como éste se fomentan y difunden. “Chilpancingo –dice Mario Rodríguez, actual presidente del Patronato de la Feria 2000– es el corazón de Guerrero, un corazón quieto y apacible durante los once primeros meses del año, pero en diciembre este corazón empieza a latir con fuerza y entusiasmo, pretendiendo contagiar de alegría al resto de nuestra tierra”.

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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