Pastorelas de febrero en Tócuaro (Michoacán)
Lucifer, enemigo de la luz y señor de las tinieblas, es posible que ocupara, para los primeros indígenas conversos, el lugar de Yayahuqui Texcatlopocatl, el Negro, y es casi siempre el personaje más importante de las pastorelas.
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Adrián Téllez, guía de turistas Tlalpujahua y mariposas monarca
Los primeros misiones que acometieron con optimismo la tarea de evangelización, consideraron que para realizarla, aparte de un milagro, se requerirían muchos años de paciente y abnegada labor; muchos de ellos comenzaron por aprender las lenguas locales: náhuatl, maya, totonaco, purépecha, entre otras; idiomas complejos que una vez dominados abrirían el camino para la redención espiritual de los pueblos indígenas de la entonces Nueva España; otros, quizá los más numerosos, se habrían de valer de intérpretes previamente aleccionados en el idioma castellano y ya conversos a la religión católica.Los indígenas, acostumbrados a las festividades, amantes de la danza y el teatro que en toda Mesoamérica tenían raíces muy antiguas, bien pronto aceptaron con interiores los famosos autos sacramentales, iniciándose así un proceso de sincretismo religioso extraordinario que, desde mediados del siglo XVI habría de llegar hasta nuestros días con modificaciones apenas perceptibles.
Las mayordomías se instituyeron para hacer rotar entre los miembros de una comunidad tanto la custodia de las iglesias como la veneración de las imágenes de los santos patronos. Ser mayordomo(a) de un templo es un honor pero también una responsabilidad que conlleva fuertes gastos. En todo México son importantes las mayordomías del Niño Jesús; su ejercicio dura por lo regular a un año y termina los días 24 y 31 de diciembre, 6 de enero y 2 de febrero.
En términos generales, los personajes onmipresentes en las pastorelas mexicanas son: el ángel (que representa el arcángel Miguel), los pastores, el ermitaño (que encarna el espíritu de los ancestros) y el demonio siempre interesado y dispuesto a robarse al Niño Jesús, el Niño Sol).Lucifer, enemigo de la luz y señor de las tinieblas, es posible que ocupara, para los primeros indígenas conversos, el lugar de Yayahuqui Texcatlipocatl, el negro, y es casi siempre el personaje más importante de las pastorelas. Dependiendo del lugar en donde la festividad se desarrolla se incorporan a ella otros personajes que desempeñarán papeles secundarios.A escasos 20 minutos de la ciudad de Pátzcuaro por la carretera que conduce de este lugar a la población de Erongarícuaro, se localiza el pueblo de Tócuaro, célebre por su ancestral tradición en el tallado de máscaras de madera relacionadas con los personajes de su famosa pastorela. Cada una es pieza única, producto de la creatividad e imaginación del artista artesano que la crea y, como la mayoría de los objetos del arte popular, pasaron de ser tallas sencillas aunque ingeniosas a verdaderos alardes de la habilidad manual de sus talladores. A lo tras año concursan entre ellos para disputarse el honor de que sus máscaras caractericen a los tres personajes más señalados dentro de su tradicional pastorela: tres demonios representativos del pecador que habrán de conjuntar sus poderes infernales para intentar robarse al Niño Dios.En la pastorela de Tócuaro interviene también un grupo de personajes llamados “los negritos” cuya participación es fundamentalmente satírica y harán blanco de su burla a todos los asistentes.
En otras comunidades indígenas de México a este grupo de personajes se les llama “huehuentones” y acompañan ciertas danzas donde su presentación obligada tiene como objeto burlarse de todo el mundo, particularmente de las autoridades civiles del lugar. Los negritos son los únicos personajes dentro de la pastorela que gozan del anonimato; en tal sentido resultan intocables por parte de aquellos a quienes hacen víctimas de sus críticas e ironías. En medio del auto sacramental bailan con los personajes centrales o con cualquiera de los espectadores que de esta manera son ingresados a la representación.Caso diferente al anterior es el de los miembros de la comunidad que han sido elegidos para representar a los demonios, selección que es considerada como un honor; a pesar de su disfraz y máscara pueden ser perfectamente identificados por lo que su participación está controlada por los mayordomos organizadores.En este contexto, la famosa pastorela de Tócuaro inicia su presentación el último día de enero y culmina el dos de febrero; se desarrolla diversas, como concursos de máscaras, juegos pirotécnicos –la constante quema de cohetes que anuncia la festividad–, danzas y bailes.En muchos lugares de México se han ido perdiendo estas costumbre pues la penetración cultural ha hecho estragos en importantes elementos de la identidad nacional; por ello es alentador que en la pintoresca población de Tócuaro, enclavada en la región lacustre del estado de Michoacán, la comunidad haga un esfuerzo constante por defender y perpetuar la pastorela como parte de nuestra maravillosas tradiciones ancestrales.
SI USTED VA A TÓCUARO
Puede llegar desde Morelia tomando la autopista en dirección a Pátzcuaro y a escasos 20 minutos de esta ciudad por la carretera rumbo a Erongarícuaro y al borde del lago Pátzcuaro se encontrará con el pueblo de Tócuaro, famoso por su talla de máscaras.
Fuente: México desconocido No. 252 / febrero 1998
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