A la conquista del histórico Pénjamo
Un grupo de amantes de los deportes extremos tomó como base esta población guanajuatense para explorar -por tierra y por aire -, diferentes sierras, ríos y carreteras del Bajío. ¡Ésta es su travesía!
Olvídate de la rutina y escápate:
Vuelo en Globo San Miguel de Allende
Para esta nueva aventura, quedamos de vernos en Pénjamo, Guanajuato, con nuestro contacto aventurero. La cita fue en la cafetería y crepería Libélulas. Ahí conocimos a nuestros anfitriones de la operadora turística Xanharati. Nos contaron que muy cerca está la zona arqueológica de Plazuelas, al pie de la Sierra de Pénjamo. Ése fue nuestro primer destino.
Amanecer en las alturas
Antes de los primeros rayos de sol, llegamos a un campo dentro de la comunidad de San Juan El Alto Plazuelas. Mucha gente llegó a lo que sería todo un acontecimiento. Las señoras del pueblo ofrecieron tamales calientitos y champurrado de chocolate, perfectos para comenzar el día. De manera muy ágil se prepararon las canastas y se extendieron unas telas enormes, ¡era nuestra primera sorpresa del día!, globos aerostáticos. Ya extendidas en el piso, accionan unos ventiladores para empezar a inflarlos. Cada globo parece caleidoscopio, como una cueva de colores con espirales dentro. Éramos alrededor de 80 personas, se hizo un gran círculo y se deseó un buen vuelo para todos. Entonces comenzaron a asignar los lugares en los globos, todo mundo quería volar, pero las canastas son más bien pequeñas, para cuatro personas máximo, así que fue un privilegio ser parte de esto.
En la distribución me tocó con el piloto llamado José, que vino desde Madrid para el Festival del Globo. No hubo tiempo para mucha charla, los quemadores ya estaban calentando y los globos comenzaron a elevarse. Era un espectáculo muy vistoso y llamativo. Pronto las burbujas de colores brillantes aparecieron a nuestro alrededor, arriba de nosotros y por todos lados. La gente aprovechaba para tomarse fotos. ¡Ya estábamos volando! A donde quiera que volteara, la vista era increíble. Arriba, los demás globos y un cielo azul despejado; abajo, personas que nos saludaban emocionadas por el espectáculo y los globos que quedaban, cuyas largas sombras se proyectaban sobre la tierra. Cada vez que se apagaba el quemador, se hacía un silencio tan impresionante que daban ganas de cerrar los ojos, pero la vista era tan increíble, que no quieres cerrarlos más de un instante. A un costado apareció al fin la zona arqueológica de Plazuelas, que es la más importante del estado. La pirámide está a las faldas de la Sierra de Pénjamo y el paisaje simplemente hizo de ésta una experiencia inolvidable.
Los pilotos se ponían de acuerdo a través de la radio para arrojar pétalos de rosas en el aire, al mismo tiempo y de todos los globos. Fue un espectáculo que disfrutaron al máximo niños, niñas, amas de casa y campesinos que salían de sus escuelas y casas para seguirnos. Nos gritaban: “¡Aterricen aquí!, ¡No se vayan!” Mientras bajábamos, el piloto se dio cuenta que las corrientes cambiaban de dirección, por lo que rápidamente tuvo que subir de nuevo ¡antes de estrellarnos con los cables eléctricos! Después de re calcular el aterrizaje, lo volvimos a intentar, pero una vez más los caprichosos vientos nos llevaron en dirección contraria.
El tercer intento fue en un campo de futbol, estuvimos a punto de ¡chocar con la portería!, pero finalmente el viento nos permitió aterrizar.
La sierra de cerca…
Xanarathi nos tenía preparado un recorrido en cuatrimoto por la Sierra de Pénjamo, aquella que vimos imponente desde el globo. Después de un lunch ligero, fue tiempo de preparar cascos, lentes, paliacates, montarse en la moto y ¡listo! Antes de partir, Paul, nuestro guía, nos dio las recomendaciones técnicas de manejo, como la ubicación de los frenos y el acelerador, y de seguridad, como tener cuidado en las curvas y mantener la distancia. Cada indicación fue importante en su momento.
Durante el recorrido, el paisaje primero se nos mostró árido y agrícola, después se transformó en un bosque de arbustos y al acercarse a los ríos, ya era un hermoso bosque de sauces.
Nuestra primera estación fue un mirador espectacular llamado Forestal, desde ahí se aprecia el Cerro del Caimán, llamado así porque parece una gran cabeza de cocodrilo. Según la leyenda, el caimán se enojó hace mucho tiempo y amenazó con inundar Pénjamo porque sus habitantes se habían portado mal. Entonces, un sacerdote subió al cerro y logró apaciguarlo, desde entonces el animal está dormido. Cada lugar tiene sus leyendas, y ésta me hizo pensar que el Cerro del Caimán quizá tiene mucha agua dentro.
Emprendimos entonces camino hacia el río Panzacola, la siguiente estación, ahí la vegetación cambió dramáticamente. Primero atravesamos un laberinto de nopales, nunca había visto tantos juntos. Poco después aparecieron los sauces posados a orillas del río. Era momento de apagar los motores y disfrutar del entorno silencioso y fresco, acompañado de un buen refrigerio que los organizadores nos tenían listo.
Una visita a Corralejo de Hidalgo
Al caer la tarde, regresamos al Hotel Real de Piedra para descansar. Ahí nos pudimos quedar el resto del día, pues sus jardines, fuentes y patios son un parador campirano que vale la pena disfrutar, pero teníamos ya una cita en el pueblo de Corralejo de Hidalgo con las mujeres de la Asociación Legado de Hidalgo. Ellas se dedican a conservar las costumbres de gastronomía y medicina tradicionales del lugar, así fue que en el jardín, a la sombra de un árbol y con los últimos rayos de sol, nos invitaron a comer. En la mesa desfilaron los sopecitos de nopales con frijol, queso y crema. Y también nos mandaron el cabuchile, un chile rojo, chiquito pero muy picoso, y una jarra de agua fresca de lima. Una comida sencilla, pero deliciosa y una tarde maravillosa, gracias a estas mujeres.
Nuestra aventura doble en Pénjamo fue agotadora e inolvidable. Pero éste es sólo uno de los atractivos de Pénjamo. Recientemente se puso en marcha el Circuito del Tequila, un tour que incluye visitas a las tequileras Corralejo y Real de Pénjamo. Es otro tipo de aventura, de degustación y cultura, que dan muchas ganas conocer. Será otro día. Por el momento, me quedo con los recuerdos de un cielo azul con globos de colores, con los niños corriendo en el campo y con los sauces del arroyo en la Sierra de Pénjamo.
Más sobre qué hacer en Pénjamo
Uno de los atractivos de la ciudad es el Museo Interactivo de Don Miguel Hidalgo, que cuenta toda la historia de vida de este importante personaje de México. Además, los sábados y días festivos a las 21:00 horas se proyecta el show de imágenes “Luces de historia y libertad” sobre la fachada de la Iglesia de San Francisco y del monumento al cura Hidalgo, en la plazuela de la comunidad de Corralejo.
La Sierra en números
Se extiende por los municipios de Pénjamo, Manuel Doblado y Cuerámaro, sus altitudes van de los 1700 a los 2500 msnm, así que es un recorrido por varios ecosistemas.
Contactos
Operadora Turística Xanharati
Tel. 01 (469) 109 1000.
[email protected]
facebook.com/Xanharati
Hotel Real de Piedra
Av. Magallanes 1, a un costado de los Arqueles.
Tel. 01 (469) 692 0456.
www.realdepiedra.com
[email protected]
Desarrollo Turístico Guanajuato
www.gtoexperience.mx
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