Pie de la Cuesta: paraíso de las aves (Guerrero) - México Desconocido
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Pie de la Cuesta: paraíso de las aves (Guerrero)

Guerrero
Pie de la Cuesta: paraíso de las aves (Guerrero) fifu

En Pie de la Cuesta nos hospedamos en el hotelito Evasión, de 12 cuartos administrado por Diane Leblanc, mujer franco-canadiense.

El lugar es tranquilo y está relativamente alejado de las multitudes; nos agradó por las finas atenciones de su dueña y por la variedad de turistas, muchos del D.F., otros de Canadá y Alemania. Disponíamos de hamacas en la playa, alberca, comedor y todo lo necesario para pasar unos 10 días junto al mar. Pie de la Cuesta no es tan turístico como Acapulco, y aunque un poco descuidado, su playa es maravillosa, cuando la intención es relajarse. Iniciamos nuestro primer día con un paseo ofrecido por la cooperativa de lancheros, que me recordó a los de Xochimilco por las lanchas decoradas con guirnaldas multicolores.

Desde ese momento comenzó nuestra primera aventura, que duró casi 6 horas. La laguna de Coyuca tiene una vista de las montañas da la Sierra Madre del Sur. Una gran cantidad de aves la sobrevuelan: garzas, pelícanos, patos, águilas y otros. Allí hay varias islas, una es la Isla de los Pájaros, de cuatro hectáreas, donde se observa una infinita variedad de aves en las ramas de los árboles. La laguna, que se convierte más adelante en el río de Coyuca, está rodeada de manglares; es rica en peces y es ésta la razón que atrae a las grandes bandadas de pájaros. Nuestra lancha, “La Juana”, paró en la isla Montosa para que los pasajeros nos deleitáramos con la comida que ofrecen sus habitantes.

Un lugareño moreno y sonriente se acercó para sacarme una foto en un columpio que está sobre el mar; resultó ser el hijo del “hombre de las siete mujeres”. Se cuenta que ahí vivió un hombre que tuvo siete mujeres, y para esta hazaña recomendaba el mezcal de esa región (al que llaman el “viagra mexicano”); vivió hasta los 90 años. Su antepasado recibió la concesión de esa isla para él y sus descendientes por parte del presidente Lázaro Cárdenas, quien fue su compadre.

Seguimos nuestro camino hacia la barra de Coyuca, lugar donde se juntan el río y el mar. Ahí conocimos a un pescador amistoso que pacientemente tejía una red para pescar; trabajo bastante lento, pues para terminar una red hecha con finísimos hilos de plástico se tardan dos meses. Nos explicó que el mar producía la barra de Coyuca naturalmente y que en septiembre, cuando el río no trae suficiente fuerza, se reúnen de 50 a 70 hombres para abrir la barra con palas para que el río pueda desahogarse. Esto produce una gran corriente en el mar y a su vez enriquece a la laguna con todo tipo de peces.

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Después de la barra, donde están los comedores rústicos que sirven platillos típicos de la región, especialmente pescado a la talla y mariscos, así como la iguana y el quinatán, regresamos a Pie de la Cuesta, donde disfrutamos de un bellísimo atardecer, con la luna frente a nosotros.

Muchos jóvenes conducen a caballo a los turistas por la playa; este paseo reemplaza las actividades acuáticas, pues allí el mar abierto no es recomendable para bañarse. Por las mañanas se ve a la gente disfrutando de diferentes deportes, como correr, caminar y tai-chi. La gente del pueblo y los turistas se congregan por las tardes en la playa para admirar la puesta de sol y para ver las piruetas que hacen sus hijos en las olas, deslizándose con sus tablas por el mar y por la arena como si fuesen patines, y también para pescar.

Pie de la Cuesta es un lugar bastante tranquilo, sin muchas fiestas y bailes, a excepción de las bodas, quince años y festejos en los diferentes hoteles.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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