La plaza Santa Catarina, paseo de fin de semana en Coyoacán
Sobre una de las calles más hermosas de la Ciudad de México, es decir sobre Francisco Sosa, se yergue una de las joyas virreinales más entrañables y notables de Coyoacán: La Plaza Santa Catarina.
Caminar por la calle de Francisco Sosa desde la avenida Universidad hasta la plaza Hidalgo y el Jardín Centenario en el viejo barrio de Coyoacán es todo un privilegio; el paseo inicia en la pequeña capilla barroca de San Antonio de Padua de finales del siglo XVII y en el vetusto y nostálgico puente de Panzacola que cruza el río Magdalena, a partir de aquí la calle empedrada de Francisco Sosa, en algún tiempo conocida como la Calle Real o el antiguo camino a San Ángel, y el barrio de Santa Catarina se abren de par en par.
Una de las casonas más notables de esta calle colonial que ostenta imponentes conventos y residencias suntuosas es la Casa Alvarado que hoy alberga la Fonoteca de Coyoacán y que fue la última morada del Premio Novel mexicano Octavio Paz, la visita es por supuesto imperdible, si tienes suerte puedes coincidir con algunos de los conciertos que ofrece el lugar o con los exóticos artificios sonoros que aquí tienen un hábitat único.
Más adelante se descubre la soberbia Casa del Sol donde Venustiano Carranza redactara el proyecto de Constitución de 1917, y en el número 38 está la que fuera la casa de Francisco Sosa Escalante, insigne pensador, historiador, escritor y periodista de origen campechano pero coyoacanense por adopción hasta el final de sus días; y conforme uno se va acercando a la Plaza Santa Catarina se descubre la galería el Circulo Azul, y en el número 287 está el restaurante, librería y galería La Pause que es un lugar ideal para una relajante pausa en el camino.
Finalmente, justo después de una fachada blanca que anuncia el merendero Las Lupitas se yergue espléndido y entrañable el jardín o Plaza Santa Catarina, frondosos capulines, truenos y jacarandas regalan frescas sombras en este espacio seductor habitado por la nostalgia y cientos de historias y leyendas. Y es que aquí en tiempos prehispánicos ya había un asentamiento azteca, el sitio de Omac; y en el siglo XVI Hernán Cortés y Diego de Ordaz que tenía su residencia en el número 4 de Francisco Sosa habían escogido este barrio para asentar sus reales, y después los franciscanos construyeron aquí, justo después del Templo de San Juan Bautista (siglo XVI) en la Plaza Hidalgo, la capilla de indios de Santa Catarina (siglo XVI), un espacio abierto que al paso de los años le fue añadida su bella torre-campanario (siglo XVII) y posteriormente fue techado y convertido en lo que hoy es, la magnífica capilla de Santa Catarina que ostenta tesoros novohispanos por demás interesantes: su confesionario de madera del siglo XVII es soberbio, la estatua de Santa Catalina de Siena del siglo XVI es del mismo modo notable, como lo es una pintura anónima de la Virgen de Guadalupe del siglo XVI. Este destacado edificio es patrimonio histórico y cultural de la ciudad, de hecho la plaza fue el atrio de la capilla que con el tiempo fue abierta a todos los paseantes independientemente de su credo e ideología.
Frente a la plaza se encuentra una añeja e impresionante casona del siglo XIX que hoy alberga la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles, en honor al insigne historiador y politólogo veracruzano. Pasearse por los espacios y jardines de este lugar es una delicia, la cruz atrial que originalmente se encontraba en la plaza hoy está expuesta aquí, también se van descubriendo esculturas espléndidas como la de Diego Rivera y Frida Kahlo que son también importantes hijos adoptivos del barrio, una bella réplica del Calendario Azteca, y muchas otras esculturas a cielo abierto que engalanan este portentoso espacio. Los interiores de la casona tampoco tienen desperdicio, son especialmente interesantes su maravillosa cocina mexicana forrada de talavera poblana, sus tres galerías de arte, y los espacios destinados a los talleres y conferencias, de hecho si no tiene prisa puedes anotarte a las clases de danza popular como el danzón, el tango o la salsa.
En la plaza es del mismo modo destacable el busto de Francisco Sosa que se yergue entre la frondosa vegetación, y en frente, justo del lado poniente, hay comúnmente rumores y algarabía porque allí están: el Teatro de Santa Catarina de la UNAM, que siempre tiene en cartelera destacadas obras de teatro alternativo; el Mesón Santa Catarina que es un lugar típico de fin de semana para desayunar muy a la mexicana con huevos albañil, chilaquiles, y quesadillas de chicharrón prensado y requesón; y a un costado no es menos apreciado el Merendero Las Lupitas que suele tener además de sus excepcionales desayunos estilo norteño con chimichangas, burritos y machacas de la que son una delicia, un muy buen ambiente que ofrecen los trios de soneros veracruzanos y en algunos casos norteños.
La Plaza Santa Catarina, es un lugar imperdible en tu próxima visita a Coyoacán, aquí encontrarás todavía la atmósfera del Coyoacán novohispano, el del Camino Real que llevaba a San Ángel, el de los silenciosos conventos, el de las casonas señoriales, con el valor agregado de sus suculentos restaurantes tradicionales y su actividad cultural que es por supuesto una característica muy coyoacanense; sin embargo aquí hay un “no sé qué” que lo hace distinto, es quizá el hecho de que aquí no hay aglomeraciones, que es un pequeño espacio secreto del barrio solo para conocedores, solo para quienes los viejos muros hablan, para los que encuentran en la pátina del tiempo un razón suficiente para perderse durante horas, imaginando quizá cómo pudo haber sido la vida aquí hace casi 500 años, o 400, o 300, o 200, o 100 cuando la estación del tranvía que iba hasta el Zócalo de la ciudad estaba donde hoy se encuentra un elegante ultramarinos en la calle de Francisco Sosa.
Tip viajero:
En Francisco Sosa está también el Instituto Ruso Mexicano de Cine y Actuación Serguei Eisenstein que los fines de semana abre sus puertas para bazares y eventos culturales, o el Instituto Italiano de Cultura donde puedes empaparte de la cultura italiana en su librería y su cafetería que ofrece los mejores expresos y capuchinos de la comarca, esto por supuesto si no decides apuntarte definitivamente a las clases de italiano. En el Centro Cultural Los Talleres que es albergado por una hermosa casona de época se encuentra una íntima y entrañable cafetería en el jardín interior conocida como el Jardín de las Delicias, además aquí puedes informarte sobre las clase de danza, de artes plásticas y los cursos de cine.
Cómo llegar:
Si decides moverte en transporte público, el metro Coyoacán te deja muy cerca de la plaza, solo tienes que tomar la lateral de Churubusco con rumbo al aeropuerto y doblar en la calle Centenario que te lleva directo hasta la Plaza Hidalgo y justo donde empieza la calle de Francisco Sosa del lado del centro de Coyoacán. Desde el metro Viveros puedes hacer el trayecto al revés, es decir desde avenida Universidad hacia el centro de Coyoacán, por supuesto cruzando toda la hermosa calle de Francisco Sosa.
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