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Ecoturismo y aventura

Pueblitos mágicos en Hidalgo para practicar escalada, trail running y bici de montaña

Hidalgo
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© Vicenzo Di Giorgi/Unplash Escalada

Si te gusta estar en contacto con la naturaleza y los deportes extremos, te recomendamos te des una vuelta por Huasca de Ocampo, Real del Monte y Mineral de El Chico, tres pueblos mágicos en Hidalgo donde puedes vivir estas aventuras.

El concepto de “pueblo minero” que se le ha dado a Huasca de Ocampo, Real del Monte y Mineral de El Chico, pueblos mágicos en Hidalgo, quedó en el pasado, porque actualmente estos tres destinos cuentan con una buena oferta para vivir grandes aventuras.

Desde que se conocen los deportes de aventura en México, el Corredor de la Montaña del estado de Hidalgo ha sido “el lugar” para divertirse (sobretodo para los que vivimos en el centro del país).

Escalada en bloque

Se podría decir que Mineral de El Chico es un lugar “pionero” en muchos sentidos. Cuando se fundó hace más de 400 años, existían alrededor de 300 minas de plata y oro (que es un número grande, considerando el tamaño de pueblo).

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Marcos Ferro

También se jacta de estar rodeado de uno de los Parque Nacionales más antiguos del país, decretado como tal en 1898, y que tiene un centro de visitantes con zona de acampar y otras 2740 hectáreas de pino, encino y oyamel plagadas de rocas, senderos, varias presas y un sinfín de lugares para descubrir.

Pero en cuestión de actividades, si en algo destaca El Chico es la posibilidad de trepar piedras. Aunque la escalada en México nace en Peña de Bernal, es en esta zona donde se desarrolló con más fuerza. De aquel pasado aún se pueden encontrar antiguos anclajes cuando exploramos la zona de Las Ventanas o Las Monjas.

Y aunque todavía hay escaladores que buscan las vías largas y expuestas, cuando hoy en día algún amigo dice: “Vamos a escalar a Mineral”, se refiere a hacer boulder. La escalada en bloque o boulder consiste en subir rocas de mediana altura (hasta unos 8 metros de altura), sin usar cuerda y colocando algunos colchones (crashpads) en el suelo para amortiguar la caída.

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Esta modalidad de la escalada se ha vuelto cada vez más popular, y El Chico se ha consolidado como uno de los mejores lugares en México para practicarlo. Desde hace unos siete años, un grupo de escaladores descubrió el potencial que tenía la zona de Las Manzanas para hacer boulder y lo demás es historia.

La dinámica funciona más o menos así: un escalador descubre un bloque de roca, lo limpia y determina una secuencia de movimientos para trazar una ruta. Luego le pone nombre y determina el grado de dificultad. Finalmente, y lo más importante, es que lo tiene que escalar. Así el catálogo de desafíos crece para toda la comunidad.

Cada fin de semana, el restaurante de la señora Lili se vuelve el punto de reunión y campamento base para algunos. Y de ahí uno se adentra en el bosque, caminando por hermosos senderos, entre las diversas zonas, en busca de un “problema” por resolver.

Los bloques poco a poco se encuentran en una ladera de montaña, que es la base de Las Monjas, una de las formaciones rocosas más emblemáticas de El Chico. Desde allí se tiene una vista espectacular del pueblo y de toda la zona. Digamos que el hiking es una buena actividad complementaria y obligada cuando uno va a escalar.

Por otra parte, el boulder tiene ciertas ventajas frente a la escalada en roca deportiva o tradicional; se requiere de menos equipo y menos tiempo de preparación antes de cada “pegue”. También es posible escalar en la noche porque es más fácil iluminar un pequeño bloque y porque en la noche, cuando baja la temperatura, la roca permite tener más fricción.

Todo esto hace que este deporte sea bastante social y que uno se la pueda pasar todo el día caminando por el bosque, compartiendo con amigos la pasión por trepar bloques, incluso entrada la noche, para luego regresar al campamento base a descansar los adoloridos dedos y recuperarse con una sopa de hongos, unas quesadillas o una trucha.

Huasca, meca del trail running

Más allá de haber sido nombrado el primer Pueblo Mágico, Huasca debería jactarse de ser uno de los municipios más diversos de Hidalgo. Alrededor, sin ir muy lejos, existen bosques de pino-encino, barrancas semidesérticas, pequeños lagos y ríos, antiguas haciendas y maravillas naturales, como los Prismas Basálticos de Santa María Regla.

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Pero lo que pocos conocen, son la gran cantidad de senderos que se internan en las montañas, y que son un parque de diversiones para los que les gusta el trail running o carrera de montaña. Actualmente se realizan varios eventos deportivos en Huasca que evidencian el gran potencial que tiene el lugar para correr, andar en bici o en moto.

Pero respecto al trail running se podría decir que el detonante fue después de 2011, cuando se realizó el primero Ultra-Trail de México en Rancho Santa Elena. A partir de ahí y por el crecimiento de este deporte a nivel mundial, cada año en el mes de octubre, este evento convoca a unos 1700 corredores de todo el mundo.

Pero el resto del año se ha vuelto cada vez más común ver grupos de corredores que atraviesan las calles empedradas del centro y desaparecen en el bosque para recorrer decenas de kilómetros disfrutando en exclusiva de los lugares a donde el turismo de los folletos no llega.

El Ultra-Trail de México tiene una ruta de 100 kilómetros que recorre la mayoría de los lugares que vale la pena visitar Huasca, y aunque los corredores elite la hace en poco más de diez horas, hay quienes la disfrutan con calma y caminan completándola en tres días.

Saliendo del centro de Huasca, se recorren 5 kilómetros hasta el centro ecoturístico El Arquito, en la comunidad de Los Reyes Tepezala, donde hay una presa junto a la cual se puede acampar y bonito recorrido junto a un río encañonado.

Más adelante pasamos la comunidad de El Zembo y el demandante ascenso hasta las Peñas Cuatas, unas peculiares formaciones rocosas que son el punto más alto de la ruta con poco más de 2,900 metros de altura.

Bajando de las Peñas, cruzamos el Río Izatla y atravesamos un majestuoso arco de piedra antes de entrar a Santa Elena, un rancho de aproximadamente 1000 hectáreas que se dedican a la conservación del ambiente y a actividades de ecoturismo.

Saliendo de Santa Elena comienza el cambio de paisaje, el bosque se queda atrás mientras el horizonte se aplana y se recorren campos que en octubre suelen estar totalmente cubiertos por flores rosas y amarillas. El siguiente gran punto es Peña del Aire, puerta de entrada a la Barranca del Meztitlán.

Ahí es donde la “magia” de Huasca, desde mi punto de vista, no es su arquitectura, ni su folclor, sino la posibilidad de cambiar tan radicalmente de biomas con solo caminar o correr unas cuantas horas.

Al fondo de la Barranca encontramos aguacates, nogales y hasta algunas papayas. Sin mencionar una gran diversidad de cactáceas y orquídeas, como la espectacular “flor de muertos” considerada extinta en estado salvaje.

Además… Bici de montaña por la Sierra de las Navajas

La bicicleta de montaña es una gran compañera a la hora de descubrir nuevos lugares. La comunidad de El Nopalillo, entre Tulancingo y Pachuca, es la puerta de entrada a la Sierra de las Navajas. Conocida así porque durante la época prehispánica, los teotihuacanos venían a esta región en busca de obsidiana con la cual hacían puntas de flechas, navajas y otros utensilios filosos.

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Marcos Ferro

También desde esta zona, se pueden hacer muy buenos recorridos a pie y en bici de montaña. Y particularmente en este punto se pueden hacer recorridos que conectan los tres pueblos mágicos de la región; Huasca, Real del Monte y El Chico. Pero en este caso, mi destino es por lo general, el segundo.

La ruta comienza subiendo desde El Nopalillo hasta el mirador del Cerro de las Navajas, uno de los puntos más altos del estado, y que supera los 3,000 metros (incluso los días claros, desde allí se alcanzan a ver el Izta y el Popo). El bosque es casi nulo allí arriba, lo cual hace que toda la bajada se pueda disfrutar del paisaje.

Bueno, es un decir, porque en realidad el camino es bastante técnico y demanda total atención para no acabar al piso. Aunque desde Las Navajas hay varias opciones para llegar a Real, en lo personal me gusta bajar hacia la zona de Peñas Cuatas y disfrutar a toda velocidad la bajada por el sendero del Río Izatla, inmersos en un frondoso bosque de pinos y encinos. En lugar de bajar hasta Huasca de Ocampo, por lo regular bajo hacia la comunidad de San Antonio El Paso donde hay una zona de campos y frutales.

De los tres pueblos mágicos, Real del Monte es el que tiene mayor altitud (2700 msnm), suele ser más frío y con neblinas frecuentes. Claro que eso tiene su encanto, pero a la hora de pedalear, eso representa una fuerte trepada hasta llegar a sus pintorescas calles empedradas, techos de lámina y olor a paste en cada esquina.

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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