Rehabilitación con caballos en la CDMX
En la actualidad los caballos son utilizados para ayudar a sanar. Aquí una breve historia del caballo en México.
De acuerdo con los testimonios de aquellos años, los indígenas en la época de la Conquista española pensaban que los caballos eran monstruos.
Los historiadores describen que imaginaban que “el caballo y el caballero eran todo uno” porque jamás los habían visto.
La llegada de los caballos en México
La historia de los caballos en México se remonta a Centla, Tabasco, cuando se dio la primera batalla entre la tropa española de Hernán Cortés y los mayas-chontales.
Entonces los caballos eran utilizados como arma de combate. Los indígenas se asombraban de la velocidad que los españoles podían alcanzar al montar. Estos animales fueron determinantes para que 800 chontales murieran y fueran derrotados.
La leyenda del caballo de Hernán Cortés
Del uso letal poco a poco los caballos fueron incorporándose a la vida cotidiana en México.
Entre las leyendas de la época de Hernán Cortés se cuenta que cuando tuvo que dejar a su caballo negro El Morzillo, los indígenas fascinados por el corcel negro hicieron todo para que no le faltase nada; sin embargo, murió, quizá porque no tenían idea de cómo tratarlo.
Para alimentarlo, como si fuera un dios, le ofrecían grandes cantidades de fruta fresca y carne. Erigieron una enorme estatua del caballo para que Cortés pudiera verla desde la lejanía si volvía.
La introducción del caballo en la vida cotidiana
De aquellas imágenes de los caballos combatientes pasamos a su labor en el campo, jalando carretas con alimentos y ayudando a arar la tierra.
De acuerdo con Artemio Cruz, profesor investigador de la Universidad de Chapingo: “La introducción en el siglo XVI de animales de trabajo y empleo del arado no fueron con la intención de aliviar a los indígenas del penoso trabajo que significaba el cultivo de la tierra y transporte, como en ocasiones se trata de aparentar; fue como tecnología, con el objetivo de que las explotaciones españolas se sirvieran de ellos; fueron empresas con el fin de obtener productos de consumo de la población española en Nueva España”.
El caballo como medio de rehabilitación
Ya desde los filósofos clásicos como Hipócrates se tienen referencias al poder curativo de los caballos.
Hipócrates en su libro Las dietas aconsejaba la equitación para “regenerar la salud y preservar el cuerpo humano de muchas dolencias y sobre todo en el tratamiento del insomnio”.
Además de eso afirmaba que “la equitación practicada al aire libre hace que los músculos mejoren su tono”.
En años más recientes, fue el Hospital Universitario de Oxford (1917) que fundó el primer grupo de equinoterapia, para atender el gran número de heridos de la Primera Guerra Mundial, también con la idea fundamental de quebrar la monotonía del tratamiento.
Pionera del uso curativo del caballo: Liz Hartel
Una de las historias inspiradoras del poder curativo de los caballos se remonta a Dinamarca con Liz Hartel, a quien se le reconoce como iniciadora del movimiento que generó la aparición de las escuelas de equinoterapia en todo el mundo.
A los 16 años, estando embarazada, contrajo poliomielitis lo que le provocó parálisis.
Ella decidió no renunciar a la equitación a pesar de su enfermedad y ocho años después, en las Olimpiadas de 1952 y 1956, fue premiada con medallas.
Su caso despertó interés en los médicos que comenzaron a indagar en actividades ecuestres como medio terapéutico.
A finales de 1960 la Asociación Médica de los Estados Unidos aceptó la equinoterapia como una “inestimable herramienta terapéutica”.
La equinoterapia en México
Hoy esta disciplina se practica en todo el país. En específico existe una fundación sin fines de lucro que nació en 2010 con la firme intención de apoyar a bebés, niños y jóvenes con problemas de desarrollo y aprendizaje a través de la equinoterapia: Franco Equinoterapia.
Su fundadora, Xóchitl Franco, dirige Francoequinoterapia, un grupo interdisciplinario dedicado a dar todo su amor y conocimientos para ayudar a mejorar las condiciones de vida de niños con discapacidad.
Bolsillo, Jalapeño y Pepe son los caballos que hacen las veces de instrumento para los procesos de rehabilitación.
Actualmente, existen dos sedes: una en la Ciudad de México y otra en Torreón, Coahuila.
Franco Equinoterapia
Artificios 201, El Capulón, CDMX
T. 55 6931 03 62
http://www.francoequinoterapia.com.mx/
[email protected]
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Vanessa Job