San Luis Potosí del siglo XVI

Los españoles los sojuzgaron y luego los reunieron en el pueblo de San Luis para controlarlos mejor, pero además llevaron consigo una guarnición de tlaxcaltecas que asentaron en Mexquitic. Con el descubrimiento de las minas de San Pedro en 1592 y el consecuente desarrollo de la minería, los mineros negociaron con Juan de Oñate y con los nativos para establecerse en la planicie de San Luis Mexquitic, posteriormente San Luis Minas del Potosí, donde instalaron las haciendas de beneficio y sus viviendas. La nueva ciudad, que sería reconocida como tal a mediados del siglo XVII, recibió el trazo común de los asentamientos españoles en América: la retícula de tablero de ajedrez, disponiendo la plaza principal al centro y a sus lados la catedral y las casas reales. Pero a causa de la construcción de grandes iglesias y conventos, así como por la presencia de las haciendas mineras y de algunas corrientes de agua, la expansión de la ciudad debió sacrificar la regularidad geométrica de sus calles, por lo que fuera del sector central éstas no son rectas ni de la misma anchura, dando una fisonomía muy original a San Luis Potosí.

A diferencia de otras poblaciones de origen minero, como Guanajuato o Zacatecas, la irregularidad en San Luis no alcanza, sin embargo, un carácter laberíntico. Como en otras ciudades coloniales de México, la prosperidad de la minería y del comercio a finales del siglo XVII y principios del XVIII acarreó la reconstrucción de los principales edificios religiosos, como el templo y convento de San Francisco (que aloja actualmente al Museo Regional Potosino), al que se agregaron la capilla de Aranzazú y el templo de la Tercera Orden, así como la antigua parroquia y actual catedral, que en el siglo XIX seguía recibiendo nuevas obras de decoración, y el santuario de Guadalupe, de la última mitad del siglo XVIII, obra del constructor Felipe Cleere. También de la época y del mismo autor es el viejo edificio de las Cajas Reales, frente a la plaza.

De finales del siglo y del célebre Miguel Constanzó (autor del edificio de La Ciudadela en la ciudad de México) son las nuevas Casas Reales, actualmente Palacio de Gobierno. Buena muestra de arquitectura civil es la casa del alférez Manuel de la Gándara. Uno de los templos coloniales, el de El Carmen, de mediados del siglo XVIII, muestra una interesante fachada ornamentada con columnas salomónicas (en espiral) rodeadas de guirnaldas de piedra. Sus altares dorados (excepto el principal) son de los pocos que sobrevivieron en esta ciudad al cambio de moda que, a finales de la Colonia, los reemplazó por unos de tipo neoclásico.

Las antiguas casas de San Luis ofrecen excelentes ejemplos del trabajo de cantería en sus fachadas y patios. La progresiva secularización de la vida en México al finalizar el periodo colonial e iniciarse la época independiente, hizo que la arquitectura civil adquiriese una creciente importancia también en esta ciudad. El célebre arquitecto Francisco E. Tresguerras hizo el proyecto del Teatro Calderón en las primeras décadas del siglo XIX, dentro del estilo neoclásico dominante en aquellos años. En el mismo periodo se levantó la Columna de la plaza y se realizó el acueducto de la cañada del Lobo, con la espléndida Caja de Agua, obra de Juan Sanabria, que identifica a San Luis Potosí. Durante el porfiriato se construyó el Teatro de La Paz, de carácter clásico e igualmente emblemático de la ciudad, obra de José Noriega.

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