Santa María La Ribera - México Desconocido
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Barrios Mágicos

Santa María La Ribera

Ciudad de México
Santa María La Ribera fifu

Descubre este Barrio Mágico de la CDMX que, en tiempos del Virreinato, surgiera como la primera colonia construida más allá de la traza original de la Ciudad de México. ¡Te conquistará con su ambiente nostálgico e intelectual!

Un poco de historia

La primera sociedad inmobiliaria de la ciudad fue la Flores Hermanos, encabezada por don Estanislao, quien pidió permiso al Ayuntamiento para establecer una colonia en el Rancho de Santa María. Se pretendía extender la urbe hacia la ribera de San Cosme, para que así sus pobladores vivieran “más sanos”.

La traza de sus calles y manzanas, junto con su Alameda, sigue la forma reticular de la antigua metrópoli. De acuerdo con Salvador Novo, la nomenclatura de sus calles se debía a que: “…la botánica forestal alternaba en Santa María La Ribera con la floricultura –chopos, cedros, naranjos, pinos, nogales”. Esta colonia nació prácticamente sin ningún servicio: ni agua, ni calles pavimentadas, ni banquetas, ni luz eléctrica; sólo abundaban numerosos pozos artesianos. Por ello, los vecinos se organizaron para empedrar algunas calles y embanquetarlas. Durante el Porfiriato, varias lograron pavimentarse y tener alumbrado eléctrico; pero fue hasta mediados del siglo XX cuando todas las calles de Santa María se vieron asfaltadas.

A lo largo de su existencia La Ribera ha sido residencia de diversos personajes de la historia capitalina y del país. En Santa María habitó la madre Conchita (Álamo 51), acusada de la autoría intelectual del asesinato de Álvaro Obregón a cargo de José de León Toral, quien también vivió en este rumbo. Destacan también Chucho el Roto, el Robin Hood mexicano; los integrantes de la banda del automóvil gris dedicada a secuestrar ricos; el Dr. Gustavo Baz (Carpio 111); el destacado pintor Dr. Atl, Gerardo Murillo (Pino); Joel Zúñiga Ávila, legendario bolero en la Alameda; el inspirado compositor José Alfredo Jiménez, al cual le decían “fello”, catalogado como el hombre más sencillo que uno se pueda imaginar; el gran escritor Mariano Azuela; y don Facundo, el domador de ratas que se hizo artista en la Alameda, entre muchos más

Voces y anécdotas del ayer

Uno de los carteles publicitarios de la colonia Santa María La Ribera justificaba su creación de la siguiente manera: “Porque México tiene sin duda que crecer y todo anuncia que será al lado poniente, donde la belleza del paisaje, la abundancia de agua potable… y otras mil circunstancias estarán atrayendo a la población”. No sólo creció al poniente, se extendió hacia los cuatro puntos cardinales: en 1886 la vara cuadrada de terreno (0.64 metros cuadrados) costaba 12 reales; en 1905 el metro cuadrado se cotizaba en $15.

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Tómalo en cuenta

En Santa María aún hay comercios tradicionales como el Salón París, donde se dice que trabajó de mesero José Alfredo Jiménez; las Quesadillas Gigantes y el Kolobok, especializado en empanadas rusas, todos están alrededor de la Alameda.

En la calle de Santa María están los antojitos Pachuca, desde 1927, donde se reunían los grandes actores del cine de oro mexicano; enfrente, aprovecha y prueba unas deliciosas fresas con crema.

1 y 2. El primer atractivo se encuentra en su límite sur, sobre la avenida Ribera de San Cosme, vía histórica que formara parte de la antigua Calzada de Tlacopan; se trata de la Casa de los Mascarones (2), extraordinario ejemplo del estilo barroco churrigueresco mexicano del siglo XVIII. En su hermosa fachada conserva las rejas de hierro de sus ventanas, la enorme puerta de madera y, en las bases de las columnas estípites rematadas con atlantes, los pequeños mascarones que le dan su nombre. Perteneció al séptimo conde del valle de Orizaba, José Diego Hurtado de Mendoza, y fue la primera casa en México que tuvo sótano habitable.

A su lado, ocupando los jardines que fueran de esta residencia, los jesuitas levantaron un voluminoso inmueble de portada neoclásica: el Instituto Científico (2) , ocupado desde 1927 por la Escuela Secundaria No. 4 Moisés Sáenz.

3. La calle Santa María La Ribera es la vía principal de esta colonia, donde se asentó la actividad comercial. En ella sobresale el Templo de la Sagrada Familia o de los Josefinos, que luce una ecléctica fachada donde se mezclan los estilos neobizantino y neogótico; su autor es el arquitecto Carlos Herrera. El padre José María Vilaseca, difusor de la devoción al señor San José (Josefinos), colocó la primera piedra de este inmueble el 23 de julio de 1899, y fue abierto al público hasta 1906; no dejes de admirar los hermosos vitrales polícromos en su interior, que fueron traídos de Francia.

4. Sobre la calle de Sor Juana Inés, casi esquina con Sabino, encontrarás el antiguo Templo de Nuestra Señora de la Salud, convertido desde hace tiempo en el Teatro Sergio Magaña. Su ecléctica fachada contrasta con su espacio teatral interior, en cuyos muros se aprecia una serie de estupendos murales que plasman las diversas etapas históricas de México. Sobre las calles de Sabino y Alzate podrás conocer la sencilla tipología de las casas de esta colonia, ocupadas por la clase media: muestran fachada, portón y dos ventanas, y son de un solo nivel. La casa ubicada en la esquina de Jaime Torres Bodet y Salvador Díaz Mirón es calificada como uno de los ejemplos más notables de la arquitectura habitacional de este rumbo, cuyo elegante diseño corrió a cargo del ingeniero francés Juan D. Fleury, colono de la zona.

5 y 6. La Alameda (5) de Santa María fue el primer jardín público establecido extra muros de la ciudad. Sus senderos amplios y rectilíneos se acompañan de cuatro fuentes octagonales revestidas de azulejos. Al centro de este tradicional espacio se colocó en 1910 el maravilloso quiosco morisco (6), símbolo indiscutible de esta colonia, sustentado sobre 44 esbeltas columnas metálicas al exterior, y 8 al interior que soportan una gran cúpula acristalada y rematada con un águila en bronce. Su nombre deriva de la filigrana decorativa en estilo morisco que llama poderosamente la atención. Su autor, el ingeniero José Ramón de Ibarrola, lo hizo fundir en Pittsburgh hacia 1884 para después representar a México en la Exposición Internacional de Nueva Orleans, Luisiana. Recién restaurado, este espectacular inmueble se vuelve una visita más que obligada.

7. En el costado poniente de la Alameda se ubica otro inmueble icónico de Santa María: el Museo de Geología, cuya elegante fachada de estilo renacentista italiano capta la curiosidad de los visitantes. Su interior luce una fantástica escalera metálica estilo art nouveau que antecede a las salas de exhibición, que alojan valiosas colecciones de minerales, rocas y fósiles tanto mexicanas como extranjeras, expuestas en preciosas vitrinas de madera de encino traídas de Polonia y San Luis Missouri. Su autor fue también el arquitecto Carlos Herrera y la inauguración del inmueble tuvo lugar en 1908. Sobresalen además, las pinturas de José María Velasco relativas a la flora y fauna de México, y los excelentes vitrales de la firma F. X. Zettler-Munich y México.

8. En el extremo opuesto, sobre la calle de Dr. Atl, en el No.215 se levanta una casa que fuera del ingeniero y sabio positivista Agustín Aragón. Más adelante, si la colonia Santa María, siendo una zona habitacional en sus orígenes, tuvo frente a su Alameda una institución científica como lo fue en un principio el Museo de Geología, ¿por qué no habría entonces de contar con un teatro? Localizado en la calle de Salvador Díaz Mirón No.69, el teatro de La Ribera lleva el nombre de Bernardo García y hoy en día sólo queda su elegante aunque deteriorada marquesina y un arco señorial como remate, ornamentado al centro con un mascarón alusivo al arte.

9. Una de las casonasque se distingue del común denominador es la que perteneció al torero Vicente Segura. Está situada en la calle Enrique González Martínez No.131, y no es para menos pues su aspecto de fortaleza atrae las miradas de forma inmediata. Destaca en su diseño la variedad de arcos que muestran sus ventanas, y la torre con sus columnas adosadas a los muros y prolongadas más allá del pretil almenado. Actualmente aloja a un centro de salud mental.

10. Otro inmueble representativo de la Santa María es el Museo Universitario del Chopo. Su impresionante estructura de fierro y cristal fue importada del norte de Alemania, de la cuenca del Ruhr, y armada en la antigua calle del Chopo (Enrique González Martínez) por los ingenieros Luis Bacmeister y Aurelio Ruelas, y por el arquitecto Hugo Dorner, entre 1903 y 1905. Las torres con sus remates estilo art nouveau miden 47 metros de altura, la nave principal 32 y las laterales 19.

El presidente Porfirio Díaz inauguró este palacio de cristal el 2 de septiembre de 1910 como sede de la exposición de arte industrial que realizó aquí el gobierno de Japón. Más tarde, en 1913, se alojó en este edificio el Museo Nacional de Historia Natural, cuya permanencia duró cincuenta largos años, etapa recordada por muchos capitalinos que admiraron ahí la reproducción del dinosaurio jurásico (diplodocus), y el esqueleto del elefante imperial del Valle de México, entre otros atractivos. Después de años de abandono, la UNAM se encargó de su restauración y de crear el Museo Universitario del Chopo, inaugurado el 25 de noviembre de 1975. En el Chopo los 365 días del año se organizan exposiciones de arte temporales y permanentes, talleres diversos y ciclos de cine, entre otras actividades.

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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