Sarah Jiménez Vernis, la artista que grabó el México revolucionario
Sarah Jiménez Vernis militó como revolucionaria a través de sus grabados. Su obra muestra las luchas políticas sociales de gran parte del siglo XX.
Sarah Jiménez Vernis fue una de esas artistas mexicanas traspasadas por el pensamiento revolucionario y la convicción de crear un país y un mundo más igualitario. Nació en Piedras Negras, Coahuila, el 3 de febrero de 1927. Su padre, don José Guadalupe Jiménez, fue un médico militar perteneciente al sistema de trenes mexicano y militante de las filas de Venustiano Carranza.
Fiel a sus ideales constitucionalistas, el doctor Jiménez formó parte del cuerpo médico que auxilió al presidente Álvaro Obregón cuando perdió su brazo. Todo ello repercutió en la ideología y obra de Sarah Jiménez Vernis.
La última de siete hijos, desde niña Sarah mostró una sensibilidad por el arte, por lo que aprendió a dibujar y a tocar el piano desde la secundaria. Debido a su vocación artística, su padre la apodaba la «Pintora de Ollitas».
A la edad de veinte años se mudó a la Ciudad de México con el objetivo de estudiar secretariado. Sin embargo, tres años después se inscribió a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, donde estudió arte por tres años. En dicha institución, Sarah Jiménez Vernis tuvo como maestros a reconocidos personajes del medio como Santos Bolmori, Fernando Castro Pacheco, Erasto Cortés Juárez, Arturo Estrada, entre otros. Asimismo, fue compañera de clase de prominentes artistas, entre ellos Leopoldo Méndez, Luis Arenal Bastar, Andrea Gómez, entre otros.
Sarah Jiménez Vernis y el Taller de Gráfica Popular (TGP)
Su carrera estuvo principalmente enfocada en el grabado, aunque también pintaba y hacía dibujo. Participó en el mural de la Escuela Belisario Dominguez, en la que pintó a un soldado caído. La escuela, fundada por José Vasconcelos en 1923, posee un patrimonio artístico de 900 metros cuadrados de mural que fue pintado por diversos artistas de forma paulatina hasta 1973.
En 1963, Sarah Jiménez Vernis entró en una de las etapas más importantes de su carrera cuando se unió al Taller de Gráfica Popular (TGP), colectivo artístico que tenía una fuerte conexión con los movimientos obrero, campesino y estudiantil. Entre las principales misiones del TGP estaba la producción de panfletos de los sindicatos y movimientos sociales de izquierda a través de la técnica del grabado.
Docencia y últimos años
Poco después, Sarah inició su trabajo como docente en la Escuela de Iniciación Artística Núm 1 del INBA y, posteriormente, en el Bosque de Chapultepec. Se retiró de la enseñanza en 1989.
Gracias a su trabajo como grabadora en el TPG, lo que implicaba su militancia en las causas de la izquierda, Sarah fue invitada a exponer en diversos países con gobiernos socialistas, entre ellos Yugoslavia en 1957, Cuba en 1960, la Bienal en Chile en 1965, y la Unión Soviética en 1967 y 1947. Su prestigio también le permitió ingresar al Salón de la Plástica Mexicana.
Gran parte de su trabajo se encuentra en colecciones públicas y privadas de Estados Unidos, México y Europa, ya que algunas piezas fueron comercializadas por ella misma. Ejemplo de lo anterior, es su retrato de Emiliano Zapata, el cual permanece en el Marion Koogler McNay Museum de San Antonio, Texas. En cuanto a las colecciones públicas, destaca la del Museo de la Estampa, donde se conserva su obra realizada durante su estadía en Cuba y que tiene por temática la revolución popular de la isla caribeña.
Aunque nunca militó en ningún partido político, Sarah Jiménez Vernis dejó ver en su obra su afinidad por la izquierda. Asimismo, fue crítica de la disociación entre el arte y la política a inicios del siglo XX.
Sarah falleció el 13 de marzo de 2017, a consecuencia de un paro respiratorio. Sus restos fueron cremados.