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Cultura

“Se me subió el muerto”, explicación científica de una leyenda mexicana

© Hasta el viento tiene miedo (1968) Hasta el viento tiene miedo (1968)

"Se me subió el muerto" es una experiencia que casi todos hemos tenido. Conoce cuáles son sus causas y qué cuenta la gente al respecto.

En México es muy común escuchar la expresión “se me subió el muerto”, la cual hace referencia a una experiencia angustiante durante el sueño, la cual suele ir acompañada de pesadillas o de la sensación de estar despierto pero no poder tomar control del cuerpo físico.

La sensación puede durar de uno a diez minutos, durante ese lapso puede sentirse desesperación, miedo, ansiedad, opresión en el pecho, falta de respiración, ganas de gritar, etcétera. También se pueden tener alucinaciones, es decir, ver o escuchar imágenes tenebrosas o tener la sensación de estar despierto. Se trata de la parálisis del sueño, una experiencia que vive entre el 30 y 50% de la población por lo menos una vez en su vida.

Aeron Alfrey, “Possession”.

“Fue cuando tenía como 10 o 12 años –fue la primera vez–, estaba con los ojos abiertos y de pronto dejé de tener control sobre mi cuerpo, no podía abrir la boca, ni cerrar los ojos, escuchaba todo lo que pasaba pero estaba paralizado por completo. Tenía mucho miedo, estaba la luz prendida del cuarto, lograba escuchar a mi hermano en la cocina y quería gritarle que algo me pasaba. De pronto comencé a tener una visión; vi una luz en la esquina superior izquierda del cuarto, y de esa luz salió un ente azul con ojos rasgados. En ese momento entré en un pánico total y parálisis. De pronto la visión desapareció y logre moverme y cerrar los ojos.”

Relata Yamaluddin Contreras vía Facebook.

“Se me subió el muerto”, explicación científica

De acuerdo con una entrevista al Dr. Enrique Solís para La Jornada, el fenómeno que la gente identifica como “se me subió el muerto” ocurre cuando se está entre dormido y despierto, por lo que hay una dificultad para conectar con los músculos. Dicha etapa del sueño es conocida por los especialistas como llamada MOR (movimientos oculares rápidos o REM, por sus siglas en inglés) y sucede antes del momento de despertar. Cuando un individuo se queda en dicho estado, el cerebro despierta, pero el cuerpo continúa dormido, lo que genera una experiencia disociativa.

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“Fue hace aproximadamente ocho años. Estaba durmiendo normalmente, boca arriba (esto fue inusual, siempre duermo de lado). De pronto, lo único que recuerdo es algo frente de mí, como si algo se acercara a mí rápidamente y eso me hizo abrir los ojos. Los abrí, vi el techo y la lámpara colgada moviéndose como vibrando sobre de mí.

Entonces noté que no me podía mover, al lado de mío estaba alguien durmiendo, logré voltear la cabeza y según yo comencé a gritarle que me ayudara. Entonces me di cuenta que no podía gritar, ni mover mis brazos ni nada. Así que empecé a orar mucho hasta que paró de moverse el techo. Yo respiré como si hubiera salido del agua y pude volver a mover mi cuerpo. Me levante en ese momento para ir al baño y echarme agua en la cara y brazos. Fue muy intenso. Nunca me ha vuelto a suceder.”

Testimonio de Leyla Macuilxochitl Ponce Boone.

Explicaciones culturales de la parálisis del sueño

Debido al tipo de experiencia que se presenta, culturalmente ha generado mitos y leyendas para su explicación. En el caso de México, suele asociarse con la posesión demoniaca, de los muertos o de los nahuales, quienes entrarían al cuerpo en el lapso que el individuo duerme. Según algunas creencias, si el individuo no lucha para expulsar al espíritu invasor, podría morir o perder su cuerpo.

John Henry Fuseli, “The Nightmare”.

Por ello, algunas personas utilizan como antídoto para la parálisis del sueño oraciones, rezos o insultos, con lo cual se genera la estimulación necesaria para lograr despertar. Sin embargo, Solís señala que puede ser el resultado de la ingesta de comida, estrés o una mala posición al dormir. Otras causas podrían ser el abuso de sustancias (café, alcohol u otras drogas) o trastorno de estrés postraumático. Es justo el factor de estrés el que más podría influir, de ello que la experiencia sea más común en lugares o épocas vinculados con lo paranormal, como podrían ser el Día de Muertos o dormir en un lugar siniestro.

José Guadalupe Posada.

Filósofo por formación. Contempla el alma e imaginación de México.