6 animales clásicos para ver en Costalegre
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Costa Alegre: hábitat de 6 animales increíbles

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Hermosas playas del Pacífico en Costa Alegre
© Herbey Morales Hermosas playas del Pacífico en Costa Alegre

Estas seis especies te harán compañía en tu visita a Costa Alegre, en el Pacífico mexicano. Obviamente hay muchas más, pues la diversidad biológica de este corredor turístico ubicado entre Puerto Vallarta, Jalisco, y Manzanillo, Colima, es asombrosa.

Vive una experiencia única:

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Te invitamos a conocer algunos datos curiosos de estos animales, a los que nosotros conocimos en una estancia reciente en Las Alamandas, Jalisco.

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1. Águila pescadora

Esta hermosa ave de presa –también conocida como “halcón de mar”– se encuentra en casi todos los rincones del mundo, pues puede adaptarse a prácticamente cualquier hábitat siempre que haya un cuerpo de agua poco profundo y un buen lugar donde construir sus nidos. Aunque por lo general anida en las copas de los árboles, también se le ha visto en vallas publicitarias, torres de alta tensión y de comunicación.

Su cuerpo se ha adaptado para hacerla una cazadora excelente. Tiene un pasaje nasal que evita que le entre agua cuando se zambulle para atrapar un pez, así como dedos reversibles para que al pescar pueda tener dos dedos hacia delante y dos hacia atrás de manera que no resbalen los peces.

Algo curioso de las águilas pescadoras es que suelen ser monógamas, a menos que el macho sienta que su segunda pareja vive lo suficientemente cerca como para poder proteger ambos nidos. Se comunican a través de diversos sonidos, como gorjeos, silbidos y largas vocalizaciones, y pueden vivir hasta 12 años en estado salvaje o 25 en cautiverio. ¡Y sus crías pueden alcanzar el 80% de su tamaño adulto en tan solo un mes!

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2. Gallareta americana

Es un ave que emite gran variedad de cantos de día y de noche y disfruta mucho estar en el agua, por lo que es común verla nadando con un ritmo tranquilo y pausado, mientras balancea la cabeza hacia adelante y hacia atrás.

Las gallaretas suelen tener de una a dos nidadas por año. Al nadar, las mamás irán acompañadas por sus crías, quienes suelen estar listas para saltar al agua a las seis horas de haber nacido, aunque deben esperar hasta las ocho semanas para poder volar. Los padres solo alimentan a los pichones cuando estos lo “piden” torciendo el cuello hacia uno de los lados y, al caer el sol, las crías duermen en una plataforma especial construida por el padre.

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3. Tejón (coatí)

Estos simpáticos mamíferos tienen la peculiaridad de que aman los árboles, ¡incluso hacen nidos en ellos! Son criaturas muy sociables y pueden formar grupos de hasta 25 hembras, aunque los machos suelen vivir apartados a menos que sea época de apareamiento, momento en que deberán competir por atención.

Como sucede con los suricatos, los coatíes suelen montar guardias para alertar sobre la presencia de predadores, como el ocelote o el jaguar. Son animales que se guían por el olfato y pueden detectar alimentos enterrados y buscarlos con su hocico, de ahí que en guaraní se les diga “coatí”, que significa “nariz alargada”. Sin embargo, lo que más llama la atención es su extremidad posterior: una doble articulación que les permite doblar los tobillos para escalar, ¡incluso pueden descender los árboles boca abajo!

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4. Venado cola blanca

Presentes a lo largo y ancho del planeta, los venados suelen adaptarse con facilidad a entornos cambiantes. Pueden comer diversas cosas, aunque procurarán buscar aquellos alimentos de su preferencia a menos que estos estén escaseando. Cuando no encuentran comida, se conforman con comer lo que hay a su paso; no obstante, esto afectará durante el proceso de apareamiento, pues si sus necesidades básicas no se cumplen, no tendrán crías.

En invierno sus cuerpos adquieren un tono grisáceo para camuflarse con su entorno y sus astas se renuevan para el ritual de reproducción. Al nacer las crías, la madre y su cervatillo –que tendrá la piel moteada– se alejan de la manada durante dos semanas. Los venados se comunican a través de su orina y las glándulas odoríferas, con las cuales marcan su territorio y advierten de peligros.

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5. Iguana verde

Es uno de los reptiles más antiguos, puede vivir durante muchos años y pasa gran parte de su vida en los árboles buscando comida. Su cola es muy fuerte y suele utilizarla como un látigo cuando se siente en peligro. Si bien hay ejemplares pequeños de 35 cm, pueden llegar a alcanzar hasta el metro y medio de largo.

Aunque son solitarias, durante la época de reproducción forman grupos de hasta ocho iguanas hembras con un macho territorial. Los machos suelen ser muy agresivos y pelean en este periodo. Además, hacen un baile de cortejo para verse más atractivos ante las hembras, el cual consiste en expandir su papada, mover la cabeza y girar en círculos. Una vez embarazada, la hembra escarbará muchos túneles con varias ramificaciones para depositar sus huevos y confundir a los depredadores.

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6. Cigüeña americana

Considerada la única cigüeña nativa de América del Norte, habita en lugares donde predomina la hierba, los pastizales y los terrenos de cultivo. Su vuelo es lento, pero suele elevarse mucho en días de calor. Es un ave solitaria que rara vez se mueve en grupos; su época de apareamiento es en primavera, cuando el macho busca materiales para armar el nido y la hembra se encarga de su construcción en lugares cercanos a lagos y estanques.

Los huevos se ponen en diferentes días, y la nidada suele ser de dos a cuatro huevos. Ambos padres se encargan de la incubación, que toma alrededor de un mes. Ya nacidos, los pichones dejan el nido a las diez semanas, pero siguen pidiendo comida a sus padres durante uno o dos meses más.

autor #ViajeraExpertaMD y Embajadora de México desconocido en la ciudad de Puebla.
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