Significados de El Paraguas, la majestuosa fuente del Museo Nacional de Antropología
Detrás de la imponente fuente que da la bienvenida a los visitantes del Museo Nacional de Antropología e Historia existe una historia que muy pocos conocen.
Siempre que le pregunto a algún mexicano o mexicana qué es lo que más recuerda de su primera visita en la infancia al Museo Nacional de Antropología e Historia, la mayoría contesta sin dudar que la gigantesca fuente de la entrada. Confiesan haber sentido algo de escalofríos por la cascada que cae desde la techumbre con la consecuente brisa fría que emana de ella.
Así, con el paso de las décadas, esta fuente nombrada desde su creación en 1964 como El Paraguas, se ha ganado un lugar en la memoria colectiva de todos lo que alguna vez hemos pisado el museo; tanto como el Tláloc y quizá a la par, lo digo con el debido respeto, de la Piedra del Sol o la Coatlicue, todas ellas piezas de este museo asentado en Bosque de Chapultepec.
Por cierto, si otra hubiera sido la ubicación del Museo Nacional de Antropología e Historia, tal vez no existiría El Paraguas, pues ésta fue diseñada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez pensando en las condiciones climáticas y arbóreas de la zona, y es en este punto donde nos iremos despacio.
Resulta que la fuente es en realidad una columna hecha de concreto armado de 12 metros de alto que soporta un techo de cuatro mil 500 metros cuadrados a base de vigas y tensores de metal que se sujetan de los edificios contiguos.
El boquete que está en la cúspide fue planeado en ese tamaño para que el agua de las tormentas y lloviznas, que con intermitencia pegan durante siete meses del año a la Ciudad de México, encontrara una salida, así como también para que los kilos y kilos de hojas de los árboles no taparan el torrente.
Fueron los hermanos José y Tomás Chávez Morado, ambos artistas guanajuatenses, los encargados de revestir en bronce la columna, con una obra en relieve a la que llamaron “Imágen de México”, concebida por Jaime Torres Bodet, mismas que se compone de cuatro puntos cardinales con los puntos cruciales en la historia de México:
En la vista este se observa la época prehispánica representada por el águila y el jaguar y el arribo de los españoles simbolizados por naves españolas y espadas. En la vista oeste está “la proyección de México” en la que entre símbolos aztecas y españoles aparece un hombre con los brazos extendidos y las entrañas descubiertas con una rama de olivo en una mano y una paloma en la otra, como símbolo de paz.
Mientras que al norte y al sur están esculpidos los símbolos formativos de México, Independencia, Reforma y Revolución Agraria, representados con tres armas que penetran el cuerpo de la columna.
Punto y aparte se debe mencionar que el agua, que hace lucir el esplendor de El Paraguas, es a la vez el elemento que más la daña, cada cierto tiempo se realizan trabajos para librarlo de suciedad y sales acumuladas, que forman en la pieza estalactitas y estalagmitas parecidas a las que existen en una cueva.
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