Sochiapam: El pueblo de México que se comunica a través de chiflidos
En el pueblo de San Pedro Sochiapam, Oaxaca, aún existen hombres capaces de comunicarse con ayuda del silbido. Entre niebla y montañas, aún se escucha su canto.
Oaxaca es uno de los estados de México con mayor riqueza cultural. En sus entrañas viven cerca de 19 grupos étnicos, cada uno con su propia diversidad cultural y lingüística. Sin embargo, entre ellos destaca la comunidad chinanteca de San Pedro Sochiapam/Sochiápam/Sochiapan, la cual posee una forma de comunicación hecha por chiflidos.
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Si bien es verdad que la comunicación a través del chiflido es usada en distintas partes del mundo, el caso de San Pedro Sochiapam es único por la complejidad con que se utiliza. Este lenguaje cuenta con 31 tonalidades y es capaz se sintetizar mensajes para no dejar espacio a las dudas, así lo relata el documental Chiflidos en la niebla, conducido por David Yetman para su serie Funding for America. Durante el episodio, Yetman cuenta con el apoyo de Mark Sicoli, lingüista que analiza la morfología de la lengua y su posible desaparición en los próximos años.
El riesgo de extinción se da principalmente por los movimientos migratorios y la occidentalización de la región, sin embargo, el factor educativo juega un papel fundamental, ya que los niños suelen recibir su escolarización en castellano, lo que provoca que con los años se pierda el idioma materno. De acuerdo con el testimonio de los silbantes, actualmente esta forma de comunicación genera cansancio, ya que se ha perdido la costumbre de ejercitar los labios. Los chiflidos ya no son parte de la cotidianidad como en el pasado, cuando los hombres silbaban para comunicarse entre los cerros recubiertos de nubes en San Pedro Sochiapam.
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Sochiapam y los hombres ave
En el documental Sicoli analiza esta forma de comunicación con ayuda de la tecnología, descubriendo que el chiflido es una variedad del chinanteco hablado, fenómeno que es posible gracias a la variedad tonal del idioma. Es decir, el chinanteco silbado emula las tonalidades y morfología del hablado, pues se trata de un idioma que posee en sí mismo musicalidad.
El chinanteco silbado es utilizado tradicionalmente por hombres, aunque también las mujeres lo entienden; esto porque eran principalmente los hombres quienes lo usaban en el campo. Con él se puede hablar casi “todas las cosas”, según relata Marcelino, uno de los hablantes que explica a Mark cómo se usa el idioma. En el documental podemos escuchar silbar a Marcelino frases como “¿hay hongo en tu milpa?” o “¿Vas a comer sólo tortillas?”
Durante la investigación, Sicoli realiza experimentos como grabar a distintas personas dando instrucciones a través de un chiflido. Al momento de comparar los audios, los investigadores descubren que se trata de la misma melodía, por lo cual la comunicación es realmente efectiva y precisa.
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Entre nubes y montañas
“Es un vocabulario muy desarrollado localmente, capacidad musical, entonación, muy confuso y maravilloso”, describe el conductor. Mientras tanto, Marcelino explica que el pueblo vecino también se comunica por chiflidos, sin embargo, la entonación es más fuerte, lo que contrasta con el dulce canto de San Pedro Sochiapam.
Por último, Sicoli entrevista a niños de escolaridad básica, quienes pese a que se ven afectados por las políticas educativas del gobierno, son capaces de hablar con facilidad su lengua materna y traducirla al silbido con orgullo y alegría.
“Si quieres conocer personas que chiflan como hablan, hay que subir las cuestas de la Sierra de Juárez, al lado húmedo, neblinoso, nublado del Este. Ahí es donde encontrarás a los últimos chifladores”, menciona David Yetman, conductor del programa Funding for America.
