Teabo, Mama y Maní. Ruta de los conventos en Yucatán - México Desconocido
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Teabo, Mama y Maní. Ruta de los conventos en Yucatán

Yucatán
Teabo, Mama y Maní. Ruta de los conventos en Yucatán fifu

Ruta de los Conventos se ha denominado al camino que une las poblaciones de Acanceh, Tecoch, Telchaquillo, Tekit, Mama, Chumayel, Teabo, Maní, Ticul, Muna y Umán. Hablaremos de tres ejemplos de esta ruta.

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George de la Selva, balneario y cenote cerca de Mérida




Mama

Esta humanitaria fundación, como en el caso de Telchaquillo, es una obra del siglo XVI, adosada a la capilla abierta del propio XVI, pero sin duda lo que capta nuestra atención es la noria cubierta por un casquete de media naranja. Este humanitario sistema hidráulico producía una clemente sombra a la ronda de la noria. Se conserva también el aljibe y el sistema de canales para la irrigación, con el agua extraída de un bien abastecido cenote abovedado. El atrio se conforma por pollos (bancos) y la fachada ostenta con timidez una tardía decoración esgrafiada.Mama es, sin duda por su dimensión y belleza lineal, uno de los elementos más representativos de la arquitectura yucateca.

Teabo

Se inspira en La Mejorada de Mérida, con dos espadañas pareadas en su fachada, aquí podemos apreciar un elemento que al repetirse constituye un invariable arquitectónico.Los muros laterales tienen un corredor oscuro, como si se tratara de un paso de ronda que aflora en las ventanas. Es un elemento que se repite en muchas iglesias, pero sólo en Yucatán, quizá los ejemplos más grandilocuentes sean Dzemul y Mococha. No sabemos su finalidad, pero sí es evidente, por ley física, que el aire al circular por conductos emparedados se enfría y provoca una corriente con el aire de mayor temperatura, choque que se da precisamente en las ventanas construidas para refrescar e iluminar la iglesia.

Maní

Su nombre tiene remembranzas inquisitoriales que nos llevan al famoso auto de fe promovido por el inquisidor fray Diego de Landa, en el que se perdieron fuentes básicas del antiguo conocimiento Maya y del que mucho salvó el mismo Landa, bajo su propia interpretación en la Relación de las cosas de Yucatán, publicado en 1566. Maní también fue fundado sobre un cenote —eso significa su nombre—, y se conforma por una serie de adosamientos o superposiciones que se pueden ver fácilmente en el paramento de la nave de la iglesia. El templo en sí es de una gran dimensión, coronado por dos conjuntos de espadañas, con tres campaniles cada una, que flanquean una portada renacentista. La capilla abierta es de tal dimensión que como en Teposcolula supera a la iglesia. Es sin duda la de mayor monumentalidad en la provincia franciscano de San José de Yucatán y se ha atribuido a fray Juan de Herrera. Su claustro, como el de Izamal es de una austeridad y molicie impresionante. Guarda Maní el retablo más bello y antiguo de la provincia, en la parte inferior de su retablo, su predela historiada, aparecen los conquistadores con el atuendo de la época. Su autoría arquitectónica se debe a fray Juan de Mérida y como en el caso de Izamal, manifiesta una clara tendencia hacia el milenarismo.

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