Tehuacan, Puebla. Manantial de sorpresas
Cada uno de los rincones que dan forma al Estado de Puebla están vinculados, de una u otra manera, con el rico pasado histórico de nuestro país, de manera tal, que resultaría imposible establecer cual de ellos es el más importante, después de la ciudad capital del estado.
No obstante, destaca de entre estos “rincones poblanos”, la tranquila ciudad de Tehuacán, famosa desde que en ella se comenzó a producir el popular refresco del mismo nombre, como resultado de la industrialización de las aguas de los manantiales que la rodean.; más pocos saben que Tehuacan encierra aun, muchas sorpresas para sus visitantes.
Sin ser una ciudad muy grande, Tehuacán conserva en su centro histórico, algunos bellos ejemplos de arquitectura colonial, como su Catedral y el Templo del Carmen, en donde actualmente se encuentra instalado el Museo del Valle de Tehuacan, cuyo principal atractivo son las piezas descubiertas en la zona arqueológica de Tehuacán, y que datan tiempos arcaicos.
Ahí también, se muestra un estudio del desarrollo del maíz, ejemplificado con diminutas mazorcas encontradas en las cuevas de El Riego y de Coxcatlán, las cuales datan aproximadamente de los años 5200 y 3400 a.C., siendo estas muestras, las que permitieron a los especialistas, deducir que el cultivo de esta planta se había iniciado en este región hace aproximadamente 5000 años!
Otro importante museo en Tehuacán es el Museo Mineralógico, erigido por iniciativa de don Miguel Romero, un prestigioso científico mexicano que dedicó gran parte de su vida a reunir una colección de casi diez mil muestras de minerales de formas, texturas y colores diversos, que ahora nos proporcionan un interesante panorama de la historia geológica de la corteza terrestre de los suelos poblanos.
Por otro lado, destaca también en Tehuacán la alegría y tradición de su gente, siempre preocupada por mantener vivas las ancestrales costumbres de sus antepasados, formando así, un verdadero arraigo cultural que la identifica.Así pues, tenemos que en Tehuacan aun sobreviven los célebres ritos ejecutados en antaño, con motivo de la “ceba del ganado”, especialmente del de chivos, los cuales datan de la época colonial y que aun se vienen desarrollando entre danzas, cantos y otras muestras de regocijo popular ante la presencia de un ganado abundante, el cual, más tarde, servirá para la producción de artículos diversos que van desde calzado tradicional hasta diversos platillos, como el renombrado mole de caderas, el platillo típico de Tehuacán.
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