Los telares de Zacatlán
¡Ven a descubrir los telares de Zacatlán! En este Pueblo Mágico de Puebla la habilidad de los tejedores convierte la lana en abrigadoras prendas.
Escápate un fin de semana:
Finca La Concordia, turismo inclusivo y hospedaje en el bosque
Zacatlán es uno de esos Pueblos Mágicos en la sierra poblana que invitan a tomar una estancia larga para conocer sus bellezas naturales y degustar su sidra y su gastronomía.
Pero es quizá su clima frío el que alentó la creación de uno de los talleres artesanales más singulares de la región: Telares Galindo, lugar donde la habilidad de los tejedores convierte la lana en abrigadores jorongos, quechquemitl, chalecos y otras prendas de excelente confección que resultan necesarias ante el ambiente fresco de esta región.
Al llegar a Zacatlán conocimos el Centro de Interpretación Artesanal, ubicado en los portales del Palacio Municipal.
Aquí platicamos con Fermín Fernández, integrante del taller, quien nos mostró un bello jorongo de lana natural y una cotorina, piezas que a pesar de ser de lana tenían una textura muy suave, gracias al cardado que logran en tu taller, a diferencia de prendas de otros lugares, donde pica un poco la lana. La confección llamó mucho nuestra atención y Fermín nos propuso ir a conocer su lugar de trabajo.
Caminamos unas pocas calles al norte de Zacatlán para llegar. Al abrir la puerta el olor a lana nos envolvió y pasamos hasta los telares.
Aquí nos recibió Susana Galindo, responsable del taller. Fue su padre quien fundó este espacio en 1962 “él trabajó primero en otro taller, pero con el tiempo logró comprar algunas máquinas y fue así como inició el negocio por su cuenta y ahora nosotros lo continuamos”, nos platicó Susana mientras mostraba algunos de aquellos aparatos que comprase don Fermín Galindo hace más de medio siglo.
Uno de los antiguos artefactos de trabajo es una especie de caja de madera, en él giran rodillos con puntas que van separando los mechones de lana y la limpian de espinas, pequeñas ramas y demás impurezas que pueda traer.
Lo anterior es apenas la preparación para la segunda máquina, la cardadora, donde se acomoda la lana limpia para ser jalada por una serie de rodillos con cepillos de alambre. En ellos la fibra se adelgaza, convirtiéndola en una fina y esponjosa tira, como si fuera algodón, que se convertirá en hilo tras ser pasada por la rueda de hilar.
Una vez hechas las madejas de hilo se preparan los telares de madera y comienza el proceso creativo, donde cada diseño lleva un trabajo distinto.
El tejido requiere toda la concentración del artesano para no equivocarse en el pase de cada hilo en la trama, un trabajo artístico que le da valor a cada prenda salida de estos aparatos controlados por manos y pies.
Por último está el terminado de las prendas, a los quechquemitl, rebozos o las capas se les tejen puntas, algunas muy elaboradas que se anudan a mano, a otras prendas se les cepilla, para que tenga un acabado suave, con un pelaje fino que sale del hilo.
Cada prenda es única, puede ser de color liso, con grecas o figuras. Algunas como las cotorinas, una especie abrigos, son más elaboradas, con botones y cuello de piel. Lograr cada pieza lleva su tiempo y es por eso que la producción es lenta, apenas unas 40 o 50 prendas por semana, pero sin duda, al adquirirlas uno puede llevarse consigo un pedazo de Zacatlán.
Telares Galindo
Nicolás Bravo 34. Centro, Zacatlán de las Manzanas
T. 01 (797) 107 5553
FB Telares Galindo
Quizá te interese leer:
¿Quieres escaparte a Puebla? Descubre y planea aquí una experiencia inolvidable