Tempestad sobre México de Rosa Eleanor King - México Desconocido
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Tempestad sobre México de Rosa Eleanor King

Tempestad sobre México de Rosa Eleanor King fifu

Rosa Elenor King detalló su experiencia revolucionaria a través de su libro Tempestad sobre México, retrato honesto de la realidad revolucionaria del país.

La británica Rosa Eleanor King nació en India en 1865, donde su padre poseía negocios vinculados al comercio de té, y falleció en México en 1955. Su infancia transcurrió en su país natal, la adolescencia en Inglaterra y después vivió en Estados Unidos, donde conoció a Norman Robson King, quien sería su esposo.

Hacia 1905, Rosa E. King vivia con su pareja en la ciudad de México, y por entonces conoció Cuernavaca. Dos años después, ya viuda y con dos pequeños hijos, decidió establecer su residencia en esa ciudad. Su primer negocio fue un salón de té, giro inédito allí, decorado con arte popular mexicano, que tanto gustó sobre todo a los extranjeros, y empezó también con la venta de artesanías, principalmente alfarería. Al principio Rosa la compraba en San Antón, hoy conurbado con Cuernavaca y después estableció su propio taller en ese pueblo; además adquiríó el hotel Bellavista para renovarlo y convertirlo en el mejor de la ciudad, inaugurado en junio de 1910. Entre otros personajes famosos allí se hospedaron Madero, Huerta, Felipe Ángeles y los Guggenheim.

HUYENDO DE LAS TROPAS

En 1914, Rosa King tiene que huir de Cuernavaca –evacuada ante las fuerzas de Zapata- en un recorrido y persecución dramáticos, a pie a Chalma, Malinalco y Tenango del Valle. En medio de los cientos de muertos que costó esa retirada, se lastimó la espalda, por lo que el resto de su vida padecería de una precaria salud. En 1916 regresó a Morelos para encontrar su hotel deshecho y el mobiliario desaparecido; de cualquier manera, se quedó a vivir para siempre en Cuernavaca.

Sorprende un libro tan amable titulado Tempestad sobre México y de buena fe proveniente de una persona que perdió todo su capital en la Revolución, pues las circunstancias la colocaron del lado de los federales y la hicieron víctima de los zapatistas, para quienes no tiene críticas, sino comprensión y hasta simpatía. Valgan algunos ejemplos:

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Podía ver a los pobres infelices, con los pies siempre descalzos y duros como piedras, la espalda doblada bajo una carga excesiva induso para un caballo o una mula, tratados como ninguna gente sensible trataría a un animal…

Tras su imponente catadura, los alzados zapatistas me habían parecido niños inofensivos y valientes antes que cualquier otra cosa, y veía en este súbito impulso destructivo una reacción infantil a cuenta de los agravios que habían padecido…

Zapata no quería nada para él y para su gente únicamente la tierra y la libertad para trabajarla en paz. Había visto el pernicioso amor al dinero en que se habían formado las clases altas…

Esas revoluciones que tuve que enfrentar para vivir eran inevitables, los auténticos cimientos sobre los que ha sido edificada la república del presente. Las naciones poderosas del mundo han sido construidas sobre las ruinas de una rebelión legitima…

RESPETO PARA LAS SOLDADERAS

Nuestras heroicas soldaderas no nacieron con la Revolución, sino desde un siglo antes, en la guerra de independencia. Así las veía King: El ejército mexicano no contaba con un departamento de avituallamiento regular; de modo que los soldados traían a sus mujeres para que les cocinaran y los atendieran y todavía prodigaban a sus hombres compasión y ternura extraordinarias. Mis respetos para las mujeres mexicanas de esta clase, la clase de mujer que desprecian las otras, las que viven en una indolente opulencia, con un orgullo que ignora su propia inutilidad.

Nuestra autora también conoció a otro tipo de revolucionarías: Me acuerdo de una en partícular; una guapa mujer; la coronela Carrasco. Decían que mandaba a su tropa de mujeres como un hombre, o una amazona, y ella misma se encargaba de ajustarles a tiros las cuentas, según el uso militar; sancionando a cualquiera que titubeara o desobedeciera en la batalla.

El presidente Madero pasó revista a las tropas zapatistas y le hicieron una trampa que aún hoy no está en desuso, Entre las tropas se distinguían las soldaderas, algunas con grados de oficiales. Una de ellas, que llevaba en el talle un listón de un rosa subido y como gracioso remate un gran moño en la espalda, resultaba especialmente conspicua. Se veía radiante y hermosa montada en su caballo. ¡Listoncito traidor! Descubrió todo el enredo, pues por culpa de esos centímetros de color encendido, muy pronto estuvo claro que las tropas no hacían más que dar vueltas a unas cuantas cuadras para aparecer y reaparecer ante don Francisco Madero.

LOS BUENOS TIEMPOS

En aquellos días, King tenía su taller en San Antón: Los artesanos trabajaban con absoluta libertad siguiendo los diseños de su aldea o copiando las piezas exóticas y hermosas que yo conseguía en otras partes del país; apartaba las que deseaba para mí y pagaba lo que me pedían. No me importaba el precio, lo duplicaba a mis clientes extranjeros y estos lo pagaban sin reclamar.

En aquel tiempo feliz vio esta curiosa fiesta en la iglesia: Todos los animales, lo mismo grandes que pequeños, deambulaban por aquí; caballos ataviados con estrenas de colores oro y plata, y alegres cintas sujetas a sus crines y colas, vacas, burros y cabras festivamente adornados y prevenidos para recibir el beneficio de la bendición, así como aves domésticas cuyas frágiles patitas habían condecorado con listones.

autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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