Todo es Maruata en costa de Michoacán
El vocablo Maruata, en lengua purépecha significa, "donde hay cosas preciosas". Es la raíz de maravatio (Maravatío) y nosotros creemos que a cualquier costa de Michoacán le va muy bien esta definición.
Escápate un fin de semana:
Adrián Téllez, guía de turistas Tlalpujahua y mariposas monarca
Aunque muchos le llaman la costa brava de Michoacán, esta región es más bien un lugar tranquilo, un poema de la naturaleza. Por eso afirmamos que toda la costa de Michoacán es Maruata.
Al entrar a territorio michoacano, por el Camino de las 200 Playas, nos encontramos Faro de Bucerías, una playa de arena gruesa y amarilla, y de oleaje fuerte. Cuenta con un solo restaurante, su acceso es por medio de una brecha que está comunicada con la carretera número 200. Se puede pescar o nadar tranquilamente.
También están San Telmo, Peñitas y Playa Corrida. La primera es una pequeña bahía de difícil acceso por tierra, sólo se puede apreciar desde la carretera. Su belleza radica en la arena blanca y la tranquilidad de sus aguas transparentes. No existen servicios. La segunda es de arena negra, y el oleaje poco más intenso y disparejo.
Le recomendamos tener precaución al nadar, ya que la corriente marina es muy fuerte. Existen palapas a todo lo largo de la playa.
Poco después, la breve caleta de San Juan de Alima. Seguimos hacia el sur, pasamos otra playa no menos acogedora, Colola, y llegamos a la desembocadura de una laguna.
Estamos en Maruata. Frente a los farallones y playas se puede ver una trinchera de islotes que actúa a manera de rompeolas naturales. El mar golpea furioso durante la marea alta. Los estallidos de la rompiente se multiplican en las innumerables cuevas y ventanas abiertas por el agua.
La costa es quebrada, de muy altos y escarpados acantilados. Algunos espolones de la montaña se adentran en el mar. Las olas, al producirse la resaca, silban y bufan como si tuvieran vida. Los blancos y espumosos chorros de agua a presión alcanzan varios metros de altura, y complementan el espectáculo más grande de la naturaleza. Una puesta de sol en Maruata es todo un acontecimiento. El agua y las arenas brillan con reflejos dorados y rosas. Además Maruata está al pie mismo de la carretera 200.
Por supuesto se puede disfrutar de las playas siendo buenos nadadores. Pero si no se anima, recorra las caletas. jamás se arrepentirá. Contemple, por ejemplo, El Castillo formado golpe a golpe por las olas como canteros del mar; una formación rocosa en verdad espectacular. Observe las miles de aves que vuelan sobre las olas buscando su alimento y deténgase un poco a admirar la exuberante vegetación. Maruata es todo eso y más, aunque no cuente con suficientes servicios. Pero sigamos nuestro camino por las playas de Michoacán.
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