Así se vive Todos Santos en la Sierra alta de Hidalgo (fotos)
Nos lanzamos a la Sierra Alta de Hidalgo, específicamente a Molango y a Calnali. Esto fue lo que vivimos en Día de Muertos.
Molango
La primer parada fue Molango, poblado donde llegamos justo al medio día en medio de una densa bruma que nos acompañó gran parte del camino. En ese momento comenzaron a tronar petardos en las calles y cohetones en el cielo, con ellos se acostumbra recibir a las almas de los pequeños que llegan este día. Al pasar por las calles se ven algunas casas con la puerta abierta y un camino de pétalos de flor de cempasuchil hasta el altar dispuesto al interior de las casas.
En la plaza principal del pueblo se ha convocado a una muestra de altares, los exponentes son cada una de las escuelas de Molango, desde prescolar hasta universidad. Al rededor de una docena de ofrendas muestran la tradicional regional de disponer estos dones para los muertos.
Entre los elementos principales destaca el marco cuadrado y el arco, tradicionalmente hechos con varas o carrizos y adornados con cempasúchil y mano de león, flor púrpura que contrasta con el naranja de la primera. También hay quienes hacen su estructura con madera, cual sea el material este elemento representa un portal de bienvenida a este mundo.
En la parte baja del altar se acostumbra poner una base de madera o de carrizo donde se colocan las ceras encendidas, luz que les guía hacia tres niveles de escaleras. En Molango le llaman a estos niveles purgante, militante y triunfante, pasos que preceden al arco y las viandas colocadas para el disfrute de los que ya van llegando. Se colocan frutas, dulce de calabaza, pan y aquellos alimentos que gustaban al finado, incluso un morral de ixtle con algunas de sus pertenencias.
Para complementar la celebración, un trio de cuerdas toca sones huastecos. Aunque aquí es sierra y el frío cala, la influencia musical de la región baja está bien adoptada. No obstante, marcan su distancia «aquí no es Xantolo, es Todos Santos cómo llamamos a nuestra celebración» comenta la maestra Virginia Marín, una de las responsables de las ofrendas colocadas. Pero eso eso de menos, en la ofrenda principal comienzan a repartir zacahuil, ese tamal gigante huasteco que alcanza para unas docientas personas y que es delicioso.
Calnali
Continuamos el rumbo para Calnali, otro poblado serrano que, sin embargo, también es considerado huasteco. Aquí, a la fiesta de día de muertos también le llaman Todos Santos. Para el 31 de octubre se recibe a las almas de los más pequeños y se montan ofrendas en las casas, muy semejantes a las descritas anteriormente. Una de las distinciones locales es la base para las velas, la cual se elabora con un tronco de árbol de plátano.
Como parte de las actividades municipales, para esta fecha se realizó un concurso de catrinas donde alumnas de bachillerato desfilaron con elaborados atuendos para ganar el certamen. Las ganadoras fueron una Catrina Maria Candelaria, la Catrina Tehuana y la Catrina Mexicana, esta última con un gran tocado circular semejante al que usan en algunas danzas oaxaqueñas.
Y así, durante toda la tarde el evento mantuvo la atención del pueblo, antes de que las familias regresarán a sus casas a continuar con su costumbre en los altares domésticos, en una tradición que si bien va adoptando elementos modernos, tiene en la parte privada los momentos principales.