Tollan: el reino milenario de Quetzalcóatl (Hidalgo)
En las historias que se escribieron a principios del siglo XVI, época final del mundo indígena, se relatan las hazañas de Quetzalcóatl.
En las historias que se escribieron a principios del siglo XVI, época final del mundo indígena, se relatan las hazañas de Quetzalcóatl, el hombre-dios gran civilizador del México antiguo, descendiente de Mixcóatl y dirigente de los teochichimecas que fueran valerosos conquistadores; y deChimalma, su madre, quién pertenecía al antiguo linaje de los pueblos civilizados Mesoamericanos. De esta manera, Quetzalcóatl unirá las dos corrientes generadoras de la época tolteca, la fuerza y el valor de los guerreros ancestrales, los chichimecas, y la sabiduría y conocimiento del mundo civilizado, representado por los nonohualcas, y con ellos, en el siglo IX de nuestra era, se funda Tula, llamada por los cronistasTollan Xicocotitlan, ubicada en la región meridional del actual estado de Hidalgo.
Los historiadores indígenas describieron con gran admiración los suntuosos edificios que se decía construyó Quetzalcóatl: palacios cuyas paredes eran de jade, de oro y de plata; calificativos que suponemos les otorgaron otros pueblos a las edificaciones de esta capital nativa, que contrastaría con la rudeza de los otros poblados vecinos contemporáneos. Los mexicas, que habitaron en las ruinas de aquella ciudad cuando fue abandonada por los toltecas, relatan que aún quedaban en pie construcciones que testimoniaban un glorioso pasado, en especial las columnas serpentiformes que identificaban el templo de la antigua deidad.
Ya en el siglo XX, en la década de los años cuarenta, el interés de arqueólogos e historiadores por localizar las ruinas de la fabulosaTollanrindió sus frutos, pues Jorge R. Acosta descubrió los principales restos arquitectónicos de la capital de Quetzalcóatl: una pirámide cubierta por lápidas que señalaban procesiones de coyotes, guerreros y águilas devorando corazones. Al interior de este basamento, concebida a manera de una gran tumba ceremonial, encontró los segmentos de las famosas columnas serpentiformes y en particular las gigantescas columnas, con la forma de guerreros divinizados a los que se les ha dado el nombre de Atlantes o Cariátides.
Al extender sus exploraciones, los arqueólogos sacaron a la luz la gran plaza, varias canchas de juego de pelota, el “Palacio Quemado” y un peculiar muro decorado con la sucesión de serpientes que devoran cuerpos de hombres descarnados que llamaronCoatepantli; el corolario de estos descubrimientos fue el hallazgo de un Chac-Mool, notable testimonio del arte tolteca.
No obstante lo sobresaliente que fue aquel reino fundado por Quetzalcóatl, debemos decir que en la entidad hidalguense también se desarrollaron otros pueblos y ciudades de gran importancia cultural: en Tulancingo, en el sitio de Huapalcalco quedan los restos de edificaciones que evidencian la presencia teotihuacana en la región. Los otomíes por su parte fueron vecinos de los toltecas, colaborando con ellos en su crecimiento y prestigio cultural, y que aún viven en su ancestral territorio, conocido como del Valle del Mezquital, donde se han localizado testimonios arqueológicos de su cultura antigua. Hacia el norte del estado de Hidalgo, habitan los huastecos; sus ancestros prehispánicos dejaron numerosas evidencias de sus manifestaciones artísticas y religiosas que pacientemente esperan ser descubiertas y estudiadas por los arqueólogos del siglo XXI.
Fuente: Guía México desconocido No. 62 Hidalgo / septiembre-octubre 2000
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