Los 4 mexicanos que dieron su vida para construir el tren en el Desierto de Altar
En la película mexicana de 1965, Viento negro, se narra parte de esta historia. Todo por el sueño de que México estuviera mejor conectado.
Una de las películas más impactantes de la época de oro del cine mexicano es Viento Negro; no es gratuito que sea considerada una de las 100 mejores cintas del cine nacional. Lo que pocos saben es que el drama que plantea fue una historia verídica.
Los hechos reales ocurrieron en 1937, cuando cuatro trabajadores de la entonces Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP), perdieron la vida en el Desierto de Altar, trazando las líneas en las que irían las vías del nuevo ferrocarril.
Una de las varias razones que hacían que esta obra fuera la más importante del gobierno de Lázaro Cárdenas, era que conectaba a Sonora con Baja California, evitando así que esta última entidad corriera el riesgo de adherirse a Estados Unidos.
También tenía la misión de mostrar que México había entrado en un proceso de modernización tras la Revolución. En contraste, en ese entonces, no existían los equipos mecánicos ni tecnológicos para poder realizar la proeza de incrustarle al desierto una vía de ferrocarril.
En este contexto el ingeniero de la SCOP, Jorge López Collada; los ayudantes Jesús Torres y Jesús Islas, así como el conductor Gustavo Sotelo, fueron los comisionados para ir a realizar unos trazos más específicos al desierto, pero que, por motivos que hasta ahora no son conocidos, perdieron el rumbo.
Durante ocho días varios trabajadores de la obra, así como aviones de la Fuerza Aérea Mexicana, peinaron el desierto de altar en la búsqueda de los constructores.
En el último día fueron localizados los cuerpos de los extraviados, se dirigían hacia el mar como buscando agua, pero no llegaron, se quedaron a nada de alcanzar la Bahía de Adair, una conocida zona de humedales.
El primero en ser hallado fue el ingeniero Jorge López Collada, de 30 años de edad y recién casado. La prensa publicó la noticia, pero como es costumbre, los años fueron borrando esta historia hasta quedar en el olvido.
Tal vez sea por eso que 28 años después, en 1965, al director Servando González (cineasta relacionado con el partido en turno) se le ocurriera contar magistralmente esta tragedia en su cinta Viento negro, colocando como héroes a estos cuatro hombres que murieron en el Desierto de Altar, pero también a todos los que realizaron la hazaña de poner un tren en esta agreste zona de México.